La segunda película de Guillermo Grillo, financiada a base
de “crowdfunding” y, a pesar de ello felizmente terminada, es una pequeña y
agradable comedia dentro de los parámetros fantásticos, como acostumbra el
director argentino.
Las comparaciones siempre son odiosas, y más cuando en términos
presupuestarios, seguramente, los costes de esta sean bastante más bajos, pero si la comparamos con “Fantasma de BuenosAires” lo cierto es que “La noche del chihuahua” es ligeramente inferior, pero
no por ello, mala.
La película transcurre en un solo escenario, durante una sola
noche. Consciente Grillo de ello, y de que una cosa así, resuelta a base de
diálogos, puede llegar a cansar, apuesta por una duración de poco más de 64
minutos que dejan al espectador más que satisfecho.
La escena Argentina, que se prodiga sobretodo por pedantes
co-producciones Hispano-argentinas, protagonizadas casi siempre por Ricardo
Darín, está encorsetada del todo, y cuando nos referimos al cine independiente
de género, siempre se apuesta por la exageración, el gore mal entendido y el
humor cafre. Sin embargo, el cine de Guillermo Grillo resulta un oasis en el
desierto. Rueda con poco una comedia de hombres lobo. No tiene dinero para el
maquillaje, así que soluciona esto poniendo al actor una peluca, unas
orejotas, unos colmillos y unos hocicos de pega; en definitiva, un disfraz.
Pero lo grande, es que no se excusa por ello. Utiliza ese disfraz como parte
del humor de la película y se construyen gags alrededor de su ridículo aspecto, lo que no
deja de ser una muestra de honestidad, y de saber esquivar los contratiempos
presupuestarios…hasta tal punto que es el horripilante disfraz lo que da
título a la película.
A parte, esta recoge, con sus situaciones y diálogos,
el espíritu del vodevil, que si en nuestro país representaban las películas de
Mariano Ozores, en el suyo lo
representaban las de Olmedo y Porcel, con todos esos personajes
entrando, saliendo y hablando en un solo escenario. Sin embargo,
inexplicablemente rodada en blanco y negro, también se asemeja, por los mismos
motivos antes explicados, a los indies Americanos, más concretamente al primer
Kevin Smith y sus peroratas, lo que según se mire, no sería tan acertado, dado
el contexto cómico y disparatado de la obra.
Con todo, estamos ante una película entretenida,
dicharachera y, sobretodo, nada pretenciosa, lo que ya es mucho decir dentro de
la cinematografía Argentina, todo ello servido de la mano de uno de mis
directores Argentinos favoritos desde Hugo Sofovich.
Para sacar sus propias conclusiones, el director ha colgado
en youtube, para deleite de todo el público, la película completa, así que si
quieren verla, no tienen más que clickar aquí.