Por eso me hace especial gracia que una película como
“Viciosas al Desnudo”, clasificada “S”, y por tanto, con licencias para poder
ser rodada con el culo, dirigida por el manitas Manuel Esteba, que jamás cuidó
un solo plano en ninguna de sus películas, sea tan divertida,
refrescante, y, curiosamente, la más elaborada y mejor terminada de cuantas
rodó el artesano catalán.
Cuenta la historia de un escritor de éxito que escribe sobre
las bondades de la juventud actual. Siempre discute con su editor sobre este
tema, pues este incide en que la juventud de ahora solo piensa en drogarse y en
follar.
Cuando su mujer se va de viaje con los niños, y se queda en
casa solo una noche de lluvia, llaman a su puerta dos hippies que le piden
cobijo y un baño… pero lo que recibirán es la polla del escritor por todos sus
orificios. Vamos, que Jack Taylor, que es quien da vida al personaje, se pega
el festival.
Claro, que le saldrá cara la cosa, porque tras el folleteo,
las chicas le pedirán, incluso, dinero, y cuando se quiere deshacer de ellas,
acaban secuestrándole, formándose una espiral de sinrazón de sexo, drogas y
violencia, que si bien a mí me recuerda ligeramente (por plagiadora más bien) a “La naranja
mecánica”, a un entusiasma fan japonés en IMDB le recuerda a “Thelma y Louise”
(??).
Cojones ¡pues me ha entretenido mucho la maldita película!,
porque con Esteba, la fascinación no viene por la calidad y/o el
entretenimiento. Hasta con las desmadradas comedias de Los hermanos Calatrava,
hay que tener paciencia y soportar el aburrimiento que suele ser sinónimo de
Esteba, pero me temo que estamos ante la mejor de sus películas. Porque la
historia es interesante, las escenas de folleteo estéticamente están bien
resueltas, porque está bien dirigida, porque Esteba ha sabido dotar de ritmo
algo que podía haber sido muy coñazo, porque tiene humor involuntario, como no,
y un reparto que siempre mola verlo en pantalla. Y todo ello en una película
“S”, que como ya he dicho, no tenía por qué contar con ninguno de estos
elementos, solo coños y tetas.
Como diría el Pumares “Se la ha hecho un primo”.
Ahora, ver a Jack Taylor revolcándose en un yakuzzi con
Adriana Vega y Eva Lyberten, ver como alguna mano se le escapa al pan, sobando,
chupando, gozando y poniendo cara de chimpancé en lugar de cara de placer, es
una experiencia única que nadie debería perderse, así como algunos de los
diálogos, que de poco currados, acaban por ser brillantes, como el que tiene
lugar nada más comenzar la película, entre el escritor y el editor: “- Se que
tus libros dan dinero. ¿Cómo no lo voy a saber, si soy quien los editó? Pero
esa juventud que defiendes no es mejor que la nuestra. –Si que lo es, porque no
tiene prejuicios. –Precisamente por eso. Son una juventud que solo piensa en
drogarse” o algo muy parecido se escucha nada más comenzar.
En definitiva, una maravilla, una rareza (por potable) en la
filmografía de Esteba, y una “rara avis” (por entretenida) dentro del cine clasificado
“S”.
En el reparto, junto a Taylor, tenemos las ya mencionadas Adriana Vega (vista en
casi cualquier película ochentera de Mariano Ozores) y Eva Lyberten (nacida
Herminia Benito y vista en productos de consumo como “Porno: Situación Límite”,
“En busca del polvo perdido”, “La caliente niña Julieta”, “Neumonía erótica y
pasota”, “Los violadores del amanecer” o “La Zorrita en Bikini”) y Javier
Garriga a.k.a. Frank Garrik.