viernes, 30 de octubre de 2020

EL HALLOWEEN DE HUBIE

Lo que me encanta de Adam Sandler es que, un año, hace una película dramática en la que el tío ejecuta un papel tremendo de aquellos que sirven para que le den premios y consigue poner a toda la crítica a sus pies, y, al año siguiente, hace una película de Adam Sandler para fans de Adam Sandler, dando lo que se espera de Adam Sandler (por lo general, roles en los que interpreta a un individuo con ligero retraso mental) y consigue poner en su contra a toda esa misma crítica que el año anterior le laureó.
Además, cuando la crítica se ceba con Adam Sandler, suele ser especialmente cruel —de hecho, creo que fue con “Desmadre de padre”, un crítico británico, incluso llegó a desearle la muerte—. Pero Sandler no da puntadas sin hilo y sabe perfectamente la reacción que va a generar con cada película que hace. ¿Afecta esto a su modus operandi? En absoluto. Tiene a crítica y a público en donde quiere tenerlos en cada momento. Y por el camino, aumenta los ceros se su cuenta bancaria. ¿Stanley Kubrick? Me río yo de Kubrick. Adam Sandler sí que tiene absoluto poder creativo sobre lo que hace. Quizás por eso es la niña bonita de Netflix que le tiene en nómina desde el día cero. Por otro lado, fue Adam Sandler uno de los primeros hombres de negocios de Hollywood que se dio cuenta de que el futuro del cine estaba en las plataformas digitales y no en las salas. Y en ese negocio anda, intuyo, que por mucho tiempo.
Dentro de esa tesitura, “El Halloween de Hubie” es su última película para Netflix y en menos de un mes de vida en la plataforma la crítica ya le ha dicho de todo a Sandler menos bonito —esta tiene especial mérito, pues no solo ha puesto en su contra a la crítica convencional, sino también al público generalista, aquel que no es fan de Adam Sandler y que ven el film porque está disponible en Netflix, jamás pagaría por ir a ver una película de Sandler al cine, pero no tiene reparo en ensañarse con ella cuando el poder verla sólo es cuestión de darle a un botón. Bueno, en cualquier caso, hablar, opinar,hasta ahora es gratis—. No es para menos porque, en una reivindicación de sus papeles más irritantes, el Hubie de esta película es el típico personaje bobalicón y retraído que tan bien se le da hacer a Sandler y que puede sacar de quicio a neófitos y haters del cómico, pero que hará las delicias de sus fans, entre los que me incluyo. “El Halloween de Hubie” da exactamente lo que se puede esperar de una película de Adam Sandler. Esperar algo distinto es una absoluta necedad. Y lo que hoy se le critíca, ya lo había dado en películas como "Zoham". Así que, cuanto más se le critica, mas Sandler es, y cuanta más facilidad tiene para ofender a esos obvios plumillas y blogeros, mucho mejor.
La película viene que ni al pelo para estas fechas (Mañana se celebra Halloween, festividad esta que afortunadamente, y exportada de los USA, cada vez se celebra más aquí y a mí me encanta) y por eso la reseño este finde (mañana viene otra), porque no se me ocurre mejor cinta que esta para visionar durante la noche de las brujas, que es, por otra parte, para lo que ha sido concebida esta “El Halloween de Hubie”.  Así, tenemos una comedia de lo más tontorrona e inofensiva a la que se le ha dado un toquecito chiquitín de terror, para disfrute de toda la familia. Una película para Halloween y ambientada en Halloween. Y es una maravilla ver todo lo que sucede en el pueblo en el que situamos la historia (nada menos que Salem), debidamente acondicionado con toda la parafernalia propia de esa festividad y, además, muy a la americana, con lo cual es un placer para los sentidos. Entre esqueletos, calabazas y Adam Sandler, va la cosa. Por ponerle alguna pega, hay que decir que, la trama, me ha parecido un tanto confusa, así como vaga, pero como al final no es más que una chorrada y se resuelve con facilidad, nos da un poco lo mismo. La trama, no es más que una excusa para que veamos a Sandler y a su equipo para arriba y para abajo en la noche de Halloween.
Hubie lleva toda su vida viviendo en Salem y toda su vida ha sido víctima del buying al que le ha sometido casi la totalidad del pueblo. Durante la festividad de Halloween, él se ofrece como voluntario para hacer las veces de monitor de los jóvenes, por lo que patrullará toda la noche por el pueblo para garantizar la seguridad de todos durante la fiesta. Sin embargo, la presencia en el pueblo de un extraño nuevo vecino, y las desapariciones misteriosas (y medio paranormales) de unos cuantos habitantes, llevarán a nuestro protagonista a contactar con la policía (que pasa de él) para que investigue… y poco más. Y ni falta que le hace.
En realidad es un film muy del montón de Adam Sandler, los tiene mejores y también peores, pero, su ambientación en Halloween con tanto monstruito, tanto adorno, tanta calabaza, lo convierten sin duda en uno de los más simpáticos y agradables. Vemos la película, nos echamos unas risas, nos vamos a dormir, y al despertar al día siguiente ya no nos acordamos de ella. Pues maravilloso.
Por ahí tenemos, haciendo gracietas, a Ben Stiller, Steve Buscemi, Rob Schneider, Kevin Hart, Maya Rudolph, Ray Liotta… El director, que en una película de Adam Sandler es lo de menos, es Steve Brill, que ya lo dirigió en “Mr. Deeds” o “Sandy Wexler” y cuya película más gorda fuera de la órbita Sandler sería “De perdidos al río”. Ahí, es nada.