domingo, 10 de agosto de 2008

LA PIANISTA

Acabo de ver este afamado título del respetado Michael Haneke (o al menos lo era hasta que se dejó engullir por Hollywood con la zafia excusa moralizante de turno) y, la verdad, me he partido de risa.
Reconozco que la peli arranca bien, y la primera hora está muy digna, toda la parte centrada en contarnos las intimidades de la protagonista y su creciente locura. Sin embargo, a partir de que empieza la tortuosa relación con el estudiante guapete, cae en espiral... es decir, que la segunda hora de las dos que dura es bastante peor. Y todo ello llega a su colofón con un desenlace tope de chorra.
Decía antes que me he partido de risa viéndola, y os diré por qué. Es tanto el empeño que Haneke pone en provocar y resultar transgresor, que roza el ridículo unas cuantas veces. Y esa sensación te distancia lo suficiente como para no poder meterte en la historia, creértela y lograr que toda la pretendida sordidez te afecte. O bueno, ¿quien sabe?, a lo mejor eso quería el director, que nos riéramos un rato... ya se sabe que estos auteurs son muy suyos.
Me hacen gracia estas pelis artísticas que condenan la explotación de la violencia que hace la industria Americana, pero que, con el fin de atraer culos a las butacas, usan las mismas tácticas. Aunque su condición Europea les salva de ser vapuleados por la crítica hipócrita.
Cuando fui a ver "Doomsday", detrás mío tenía a un grupo de cholos que se morían por visionar "Funny Games". De hecho, uno ya la había visto y decía con convicción: "Mola, mola". ¿Que pensaría Heneke si supiese que su cine moralista no enseña nada, sino que, únicamente, alimenta los bajos instintos de la plebe como lo hace cualquier exploitation al uso?. Como detesto a estos intelectuales que se creen que nos dan lecciones de la vida desde sus tronos de plastilina. Aún así, si lo que queréis es una buena comedia, os la recomiendo.