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Un chaval tiene que entregar un proyecto de ciencias o será suspendido. El pobre no tiene tiempo para dedicarse a el porque curra de mecánico. Así que se va a un desguace y, accidentalmente, se topa con un cacharro de origen marciano y que tiene la capacidad de abrir barreras estelares, espaciales y temporales. Naturalmente, nada más darle al "On" se monta la de dios, lo que le obligará a él y sus coleguitas (entre ellos una comparsa cómica tan tan irritante y desagradable que solo esperas que muera) a arreglar el entuerto, todo ello entre apañados efectos especiales (Doug Beswick y Rick Baker rulan por ahí) y el inevitable toque Spielberg del momento.
El resultado, se ve con agrado y entretiene razonablemente, a pesar de su aspecto casi tele fílmico. Comentar que la joya está protagonizada por John Stockwell, un actor muy de los 80 (lo habéis visto en "Sueños Radioactivos", "Top Gun" y "Christine" a la que citan en un diálogo de la peli a modo de pequeña coña) que acabaría convertido en director y firmaría cosas como la simpática "Turistas", nada menos. Le siguen Dennis Hopper y Richard Masur (el de "La Cosa").
Su realizador, Jonathan R. Betuel, actualmente colabora en el guión del inevitable remake de "The last Starfighter", aunque poco más hizo después de "Mi proyecto científico", aparte de un episodio de "Las pesadillas de Freddy". Eso si, bien merece un puesto en el podio de "Imitadores de Spielberg" junto a Roland Emmerich y Stephen Sommers, aunque solo sea por su condición pionera.