Parece más que claro lo mucho que el cine de Mel Brooks nos tira a los miembros de este blog, así que con el caballero seguimos.
El primer film de Brooks es, por otro lado, un filón que a su artífice le sigue proporcionando a día de hoy mastodónticos beneficios en forma de musical. De hecho, en los teatros españoles no hace demasiado que se estrenó, con actores que ni de coña le llegan a la suela del zapato a los enormes Gene Wilder y Zero Mostel y su habitual manía de mirar a la cámara de vez en cuando.
Un productor de musicales, venido a menos, convence a un contable para preparar una estafa: Reunir un montón de guita engañando a un grupo de ancianitas para que inviertan en un nuevo proyecto, gastar lo menos posible, esperar que fracase y, así, quedarse la diferencia. Para asegurarse el tiro deciden que sea el peor musical jamás llevado a un escenario, una apología del nazismo. Obviamente, será un éxito rotundo.
El primer film de Brooks es, por otro lado, un filón que a su artífice le sigue proporcionando a día de hoy mastodónticos beneficios en forma de musical. De hecho, en los teatros españoles no hace demasiado que se estrenó, con actores que ni de coña le llegan a la suela del zapato a los enormes Gene Wilder y Zero Mostel y su habitual manía de mirar a la cámara de vez en cuando.
Un productor de musicales, venido a menos, convence a un contable para preparar una estafa: Reunir un montón de guita engañando a un grupo de ancianitas para que inviertan en un nuevo proyecto, gastar lo menos posible, esperar que fracase y, así, quedarse la diferencia. Para asegurarse el tiro deciden que sea el peor musical jamás llevado a un escenario, una apología del nazismo. Obviamente, será un éxito rotundo.
Hacía años que no me sentaba ante esta película, y hay que ver lo bien que se conserva y lo disfrutable que es. Quizás se trate de la comedia mas estándar de Brooks, y también una de las mejores, un autentico festival de risas para todo amante del género que se precie de serlo.
Cinematográficamente hablando tampoco desmerece, ya que contiene una escena mítica y que debería recordarse tanto como a Gene Kelly encaramado a la farola, aquella en la que Mostel y Wilder bailan alrededor de una gigantesca fuente. Esta peli apesta a clásico por los cuatro costados.
Naturalmente, lo mejor es el dúo protagonista, en especial Gene Wilder, muy jovencito, pero dejándonos ver ya toda su capacidad, con esos absurdos registros faciales que hicieron de este hombre uno de los reyes de la comedía. Es cuestión de tiempo que a este actorazo se le redescubra.
Un peliculón en toda regla. Cuenta con un fallido remake de 2005 que pasaré a reseñar un día de estos.
Cinematográficamente hablando tampoco desmerece, ya que contiene una escena mítica y que debería recordarse tanto como a Gene Kelly encaramado a la farola, aquella en la que Mostel y Wilder bailan alrededor de una gigantesca fuente. Esta peli apesta a clásico por los cuatro costados.
Naturalmente, lo mejor es el dúo protagonista, en especial Gene Wilder, muy jovencito, pero dejándonos ver ya toda su capacidad, con esos absurdos registros faciales que hicieron de este hombre uno de los reyes de la comedía. Es cuestión de tiempo que a este actorazo se le redescubra.
Un peliculón en toda regla. Cuenta con un fallido remake de 2005 que pasaré a reseñar un día de estos.