viernes, 25 de junio de 2010

TARZAN Y EL ARCO IRIS

Tremendo bodrio el que he osado ver anoche. Esto no se puede coger ni con pinzas.
Co-producción Ítalo-española y que, simulando la selva en parajes de Florida, nos cuenta una extraña aventura de Tarzán, en la que el arco iris del título, así como el buitre gigante y el arco y las flechas, no aparecen por ningún lado.
Prácticamente, no hay argumento: Unos cazadores furtivos van a la selva a cazar clandestinamente, hasta que Tarzán trunca sus planes, es entonces cuando estos deciden que igual a quien hay que cazar es a él. De por medio, una tribu que utiliza caretas de carnaval súper cantosas y horrendas. El liderazgo de dicha tribu se lo disputan un calvorota y un niño. Y mil cosas mas que no interesaban ni a los artífices de la película.
Si obviamos el hecho de que este Tarzán luce patillazas y tupé repeinado, la película no sirve ni para reírse de ella, pero no deja de ser curioso que el protagonista sea el tal Steve Hawkes, el menda que se comía un pavo intoxicado de marihuana en la marciana "Blood Freak" o "Fenómenos Sangrientos".
Por otro lado, más rozando el sensacionalismo "mondo" que la peli de aventuras, podemos ver como se filman sin ningún tipo de vergüenza imágenes crueles de maltrato animal (que hijos de puta eran en esta época) donde, por desgracia, una cría de elefante, un cocodrilo y una pantera negra no salen muy bien parados.
No hay que olvidarse de los montones de imágenes de archivo que insertan, las eternas escenas de Tarzán balanceándose por las lianas con la destreza de un discapacitado o el grito de este que parece extraído de una peli porno. Metemos todo eso en una coctelera y el resultado es diarrea de la que te jode el estómago pero bien.
A los mandos Manuel Caño, director de "El pantano de los cuervos" o "Vudú Sangriento". Hizo unas cuantas pelis de género más, pero nada relevante. De hecho, a mi ni me sonaba.