
Un dependiente de un video-club llamado Stan, tiene que irse a su fiesta de Halloween pero, antes, debe entregar unos dvd´s a la madre de su jefe, si no lo va a despedir. Camino de la fiesta, en el coche de sus amigos, decide hacer un desvío para entregar los dvd´s, con tan mala suerte que acaban perdidos en un extraño pueblo asediado por monstruos y allí descubre que es un descendiente de Van Helsing y el destino le ha puesto allí para acabar con estos monstruos. Y lo hará de la manera más absurda.
Video-clubera, mala como ella sola, de puro absurda acaba cayendo hasta simpática, gracias, como no, a los monstruos a los que Stan Helsing debe enfrentarse. Estos no son otros que unas replicas customizadas, pero muy fieles a los originales de criaturas del cine moderno. Si entendemos como monstruos clásicos al hombre lobo, Drácula, la momia o Frankenstein, entendemos como sus réplicas actuales a Jason, Freddy, Michael Myers, Leatherface, Pinhead y Chucky… Y ahí están, no todo el tiempo que nos gustaría, pero cuando lo hacen, es lo mejor de la peli. Eso si, de vergüenza ajena el numerito que se marcan a lo "Village People" cantando el "Y.M.C.A", cambiando la letra por otra de temática mas “slasher”.
¿Los chistes? Malos. ¿La trama? Tonta y absurda. ¿Y entonces, donde radica la gracia del engendro? En que se trata de un homenaje a los monstruos modernos y al video-club en particular, y eso a los fans, nos toca la fibra. No llega ni a entretenida, pero la vemos con agrado.
Después de meter el cuezo en algunos productos de terror en las labores de producción, Bo Zenga, debuta en la dirección con esto.
Y si, Leslie Nielsen hace uno de los mejores papeles de su carrera, motivo por el cual también merece el esfuerzo de consumirla.