La mejor película que he visto hasta ahora de la pareja Olmedo y Porcel es sin duda esta (aun me quedan algunas) que, para mi sorpresa, no viene dirigida por Enrique Carreras, si no por un tal Hugo Sofovich.
Y se nota la mejoría con respecto a las otras, pues no solo cuenta con unos gags potentísimos, de carcajada, sino que es generosa en tetas y agradablemente políticamente incorrecta… Aquí los protas están salidísimos, son poco más que violadores… Incluso sedan a dos damiselas para practicar el coito con ellas dormidas. ¡Eso hoy en día es imposible de ver en una película!
Olmedo y Porcel esta vez encarnan a dos camilleros de una clínica privada, que con la intención de seducir a dos bellísimas doctoras (¡no hay actualmente tías tan buenorras en el cine!) les dicen que son cirujanos. Entre coña y coña, nuestros farsantes son secuestrados por unos gangsters que tienen como intención que estos operen a su jefe herido de bala y luego matarlos.
Lo sospechoso es que la película sigue incluyendo gags que ya hemos visto en obras de Mariano Ozores, y teniendo en cuenta que uno que aparece en esta película de 1980 volvemos a verlo en "El rollo de septiembre" de Ozores, y del año 85, me da que pensar cosas muy malas acerca de mi director favorito. Aunque supongo que realmente, y yo lo celebro, una vez más se trata de una casualidad. El gag es divertido, pero no hace falta ser un genio para inventarlo. Aunque es curioso también que exista otra comedia sobre dos farsantes desarrollada toda en una clínica privada, como "Agítese antes de usar" de Ozores, posterior y de similares características.
Esta es muy divertida, con unos cuantos gags antológicos y un tour de force cómico inconmensurable que, aderezado con las altas cotas de machismo, misoginia y mala leche, lo convierten en, probablemente, lo mejor que hicieron estos dos actores argentinos.
Y se nota la mejoría con respecto a las otras, pues no solo cuenta con unos gags potentísimos, de carcajada, sino que es generosa en tetas y agradablemente políticamente incorrecta… Aquí los protas están salidísimos, son poco más que violadores… Incluso sedan a dos damiselas para practicar el coito con ellas dormidas. ¡Eso hoy en día es imposible de ver en una película!
Olmedo y Porcel esta vez encarnan a dos camilleros de una clínica privada, que con la intención de seducir a dos bellísimas doctoras (¡no hay actualmente tías tan buenorras en el cine!) les dicen que son cirujanos. Entre coña y coña, nuestros farsantes son secuestrados por unos gangsters que tienen como intención que estos operen a su jefe herido de bala y luego matarlos.
Lo sospechoso es que la película sigue incluyendo gags que ya hemos visto en obras de Mariano Ozores, y teniendo en cuenta que uno que aparece en esta película de 1980 volvemos a verlo en "El rollo de septiembre" de Ozores, y del año 85, me da que pensar cosas muy malas acerca de mi director favorito. Aunque supongo que realmente, y yo lo celebro, una vez más se trata de una casualidad. El gag es divertido, pero no hace falta ser un genio para inventarlo. Aunque es curioso también que exista otra comedia sobre dos farsantes desarrollada toda en una clínica privada, como "Agítese antes de usar" de Ozores, posterior y de similares características.
Esta es muy divertida, con unos cuantos gags antológicos y un tour de force cómico inconmensurable que, aderezado con las altas cotas de machismo, misoginia y mala leche, lo convierten en, probablemente, lo mejor que hicieron estos dos actores argentinos.