Lyle Swan es un reputado piloto de motocross que un día, en plena ruta desértica, cruza por en medio de un experimento científico y, sin darse ni cuenta, viaja al pasado, concretamente a la época del oeste. Una vez allí, su apariencia y, especialmente, su moto harán que se meta en toda clase de líos. Un grupo de rufianes le perseguirán, obsesionados en agenciarse la poderosa "máquina" sobre la que el muchacho cabalga. Una chica se lo beneficiará y, en fin, alguna cosa más.
Pues sí, hice mal no alquilando "Timerider" en su día porque la verdad es que está un rato entretenida. Igual que el western no me tira mucho, sí me ponen cachondo las pelis de viajes en el tiempo, con especial afición por las partes en las que el viajero, si va hacia el futuro, o el testigo, si vive en el pasado, lo flipan con los avances tecnológicos que contemplan.
"Timerider" es pura consecuencia del nuevo cine espectáculo que despuntaba ya en su momento (1982) en Hollywood, la diferencia es que sus perpetradores no contaban con los holgados presupuestos habituales de aquella época y se ven obligados a ceñirse más a la narración y a los personajes que a la priotecnia visual, lo que en este caso es un acierto. El film se gasta un ritmo más que efectivo, y el generoso y lustroso reparto está a la altura: Fred Ward (que interpreta al motorista pero, curiosamente, figura como secundario en los créditos), Peter Coyote en el rol del malo (siempre me ha fascinado la versatilidad de este señor que tanto puedes ver en un drama de prestigio como en una rastrera serie Z de terror), la guapa Belinda Bauer, y segundones de lujo como Richard Masur, Tracey Walter, Ed Lauter, L.Q.Jones y Miguel Sandoval debutando.
El director es William Dear, que aunque no sea extremadamente conocido, tiene en su haber un par de obras bastante reconocibles. Por un lado "Bigfoot y los Henderson" y por otro el episodio de la falsa momia de "Cuentos asombrosos" (bueno, y "Agente Juvenil" con Richard Grieco). Resulta curioso que Dear terminara currando para Spielberg habiendo parido algunos títulos muy deudores de su cine, especialmente si tenemos en cuenta el trivial, pero existente, parecido entre la trama de "Timerider" y la posterior "Regreso al futuro 3".
A "Timerider" también se la conocía como "La aventura de Lyle Swan", lo que hace pensar que tal vez se pretendía dar forma a una nueva franquicia, cosa que no cuajó por los motivos que fueran.
Una peliculilla sencillita, sin pretensiones y sin capacidad de deslumbrar pero que entretiene en su justa medida. Recomendable.