Según la carátula, esto se titula “Riendo se entiende la
gente”, según los créditos, “El Show de Beatriz Carvajal”. En cualquier caso se
trata de una cinta de vídeo del año 1986, un vehículo para el lucimiento de
Beatriz Carvajal que se le encarga al director Ismael González. González,
probablemente sea uno de los directores españoles de derribo más curiosos y
extraños que tuvimos en aquella época, que lo mismo le pasaba factura a una
cinta de vídeo como esta, que se rodaba toda suerte de documentales, que se
casca unas cuantas películas “S”, subgénero este en el que facturó clásicos
como puedan ser “Al Sur del Edén”, donde tiene un papel nuestro amigo Juan Pinzás, la archipopular “Los pornoaficionados” donde Emilio Linder se pone las
botas o, finalizando con este título su filmografía, “Estas chicas tan putas”.
Por otro lado, es el director de esa extraña (casi) apología del nazismo que es
la película “I Love Hitler”, firmada, al igual que sus pelis “S”, bajo el
pseudónimo de Félix Varón.
Tampoco tiene mucho que contar este vídeo más allá de lo
atractiva que pueda resultar su mera existencia. Se vende un show de Beatriz
Carvajal filmado en un estudio donde apenas han colocado un par de fondos de
color, que combinado con sketchs y la actuación del cómico Kiko y la Vedette
Carmen Valentzy, apenas llega a la hora de duración. La primera media hora la
protagoniza la Carbajal haciendo sendos monólogos de la época, interpretados
por dos de sus personajes más queridos, que ya interpretara en el “Un, dos,
tres”. Loli, la puta gangosa y una folclórica que es la clara imitación que nos
brinda Beatriz Carvajal de Lola Flores. De esa guisa, además, se canta una
canción y recita unos versos. La siguiente media hora se la reparten Kiko y
Carmen Valentzy. El primero, con una batería de chistes con un nexo de unión
—vamos, lo que hoy conocemos como monólogo— y, la segunda, se canta un par de
canciones de carácter picantón, para luego finalizar la cinta con un numerito
cómico a dúo. Y no hay más tela que cortar, señores.
La gracia está en que de estos acompañantes de Carvajal,
Kiko y Carmen Valentzy, a priori, pueden parecernos absolutos desconocidos,
pero a poco que echemos un ojo y le dediquemos unos minutillos a su búsqueda en
Internet, descubriremos que, por su parte, Kiko es en realidad José Luis
Carbonell, perteneciente a la primera pareja cómica de la televisión española
formando el dúo Kim y Kiko junto a Rafael Quevedo. Se trata de una pareja de
humoristas que venían de patearse los teatros, donde nunca tuvieron demasiado éxito,
que hicieron giras en Hispanoamérica, y que acabaron dando con sus huesos en
los estudios de Televisión Española a mediados de los años 50, donde
desempeñarían su labor de humoristas cuando nuestra tele estaba emitiendo en
pruebas. Esto les granjeó popularidad y les otorgó cierta fama, hasta que a
mediados de los 60, Kim falleció y Kiko se quedó solo. Desde entonces y hasta
su muerte, su actividad artística quedó relegada al teatro y las salas de fiestas y, de ahí, su
intervención en esta cinta encabezada por Beatriz Carvajal.
Por otro lado, Carmen Valentzy es lo que en la época de la
revista se denominaba “Súper Vedette”, que se diferenciaba de la Vedette a
secas por el hecho de que, mientras que la Vedette únicamente bailaba y lucía
palmito, cuando no, también cantaba, la Súper Vedette, además, podía actuar, y
su mera presencia era el reclamo de la revista que tuviera a bien interpretar.
Kiko y Carmen Valentzy en los ochenta se asociaron, formaron pareja, y dieron
un sinfín de numeritos cómicos en teatros y salas de fiestas, lejos del mundo
de la televisión y, por lo tanto, sólo serán reconocidos por los aficionados y
expertos de la revista.
En cuanto al contenido de la cinta, puede que peque de
rancio, obsoleto e incluso machista, pero yo siento mucha simpatía por el humor
español clásico, por la revista, y por este tipo de espectáculos en general. Al
margen de esto, Beatriz Carvajal, que a fuerza de chupar escenario se convirtió
en una de nuestras mejores actrices en activo, como humorista y artista de
variedades me parece una todo terreno y, verla aquí, en el punto álgido de su
carrera, en plena forma, con su humor, se me antoja una experiencia de lo más
satisfactoria. Descubrir, por otro lado, a Kiko y Valentzy, con un humor, si
cabe, aún más rancio y abotargado, me ha resultado igualmente muy sugestivo,
por lo que, sí, he disfrutado como un enano con esta cinta, aunque no se la
recomiendo al neófito por razones obvias. Y el experto… ya sabe a lo que
atenerse.