He contado la siguiente anécdota un porrón de veces. Puede que incluso lo haya hecho por estos lares. Pero, dadas las circunstancias, es del todo necesario que recurra de nuevo a ella. Festival de Sitges, 1999. Dario Argento viene en persona a presentar su nueva película, una versión muy suya del clásico de Gastón Leroux "El fantasma de la ópera". Son los tiempos en los que tengo gran respeto por el cineasta Italiano, así que acudo genuinamente interesado.
Arranca la película y poco a poco me voy dando cuenta de que... en fin, muy buena no es. De hecho, hacia la mitad el público presente comienza a descojonarse de risa. Y no en las afortunadamente escasas escenas de comedia voluntaria, sino en los momentos más románticos y dramáticos. ¡Pero bueno!, ¿cómo se atreven?, ¡¡que es Dario Argento!!. Indignado sigo viéndola... y no, no mejora. Nada. Finalmente acepto lo que hay y me dejo llevar por la corriente. Vamos, que yo también empiezo a descojonarme de ella. Y así hasta el final.
Luego, acudo a la rueda de prensa en la que Dario suelta las mil monsergas cultas de rigor sobre los clásicos, el arte, etc. Incluso osa referirse a sí mismo en tercera persona, como toda una etiqueta y se sitúa junto a Mario Bava. Vaya, pienso, el amigo no necesita abuela. Más que "El fantasma de la ópera de Dario Argento", igual debería haberse titulado "El fantasma... de Dario Argento".
Desde entonces había evitado revisarla de nuevo, consciente de que, probablemente, sea esta la peli que marcó el inicio de su extensa decadencia (si dejamos de lado las notables aportaciones que hizo para la serie "Masters of Horror"). Pero el otro día leí algo sobre ella, me dieron ganas de verla y... bueno, aquí estoy, tecleando.
¿La trama?, ya saben, la puñetera historia de "El fantasma de la opera" solo que contada por el delirante director de "Suspiria", "Tenebre" o "Phenomena" (la peli, no el desafortunado evento). No he leído el original de Leroux, así que desconozco qué es cosa suya y qué del italiano. Aunque puedo hacerme una idea. Aquí el fantasma no es un músico con la cara desfigurada, sino un bebé abandonado y criado por ratas de alcantarilla (quienes se tomaron la molestia de enseñarle a hablar con pomposa perfección) que, por algún misterioso designio, adquiere fuerza casi sobrenatural. Hasta que le vemos con el aspecto de Julian Sands, pensamos que teniendo en cuenta lo que hace a sus víctimas (partirlas por la mitad o lanzarlas por los aires) debe de ser un monstruo horrible. Pues no. En realidad es un tipo sensible y romántico por el que las chicas se vuelven locas, a pesar de que sea tan bruto, mantenga una relación zoofílica con los roedores y mate con tanta facilidad a personas inocentes. Salvo en el caso de la niña acosada por un pederasta. Aquí es este último el que acaba con el cuello rebanado en una de las escenas más regocijantes de la peli.
Otros momentos seguramente ausentes en la novela son cuando el fantasma se sienta en un tejado a lo Batman y tiene visiones, destacando una muy grotesca con un montón de hombres-rata atrapados en una trampa. Aunque quizás la joya de la corona sea esa secuencia ridícula del automóvil caza-roedores digno de "Los Picapiedra".
En una ocasión Sergio Stivaletti, afamado técnico de efectos especiales que para la ocasión -suyos son los de la peli reseñada- se luce bastante, comentaba que si el cine de Argento había perdido tanto fuelle se debía a que el hombre, ya mayor, estaba cansado de terror y quería rodar bonitas historias de amor, solo que no le dejaban. Tampoco es de extrañar si tenemos en cuenta su sentido del romanticismo: cutre, pasteloso y digno de karaoke. Suerte que el tipo es consciente de lo que su audiencia espera de él y a ratos nos deleita con unas agradecidas gotas de buen gore... y de tetas. Tetas como las de la protagonista, su hija, la inevitable Asia Argento que, by the way, actúa con el culo. Ese tan hermoso que tiene. Siempre pone la misma cara, sus reacciones melodramáticas son harto exageradas y no te crees ni por el forro que sea capaz de cantar como los ruiseñores.
Para no ser tan negativos, citar otro buen momento de la peli: La caída sobre el público de la macro-lámpara que cuelga del techo de la ópera. Muy Argento en su sádico detalle. Claro que 24 horas después ya está arreglada, se ha limpiado todo y la gente no tiene ningún reparo en volver al recinto como si nada. ¡Qué eficientes y osados eran en el siglo XIX!.
A pesar de mi sarcasmo, y de que toda la parte romántica y pseudo-erótica me sigue resultando absolutamente penosa, no encontré "El fantasma de la opera de Dario Argento" TAN mala como la recordaba. Dejémosla en un poco triste pero con sus momentos majos.
De hecho, Argento haría después cosas aún peores... por increíble que parezca. Así que, quien no se consuela es porque no quiere.
sábado, 31 de diciembre de 2016
viernes, 30 de diciembre de 2016
HITCHCOCK TRUFFAUT
Resulta que en un momento de su carrera, Françoise Truffaut
reconoció ser un gran admirado de Alfred Hitchcock. De hecho llegó a
acatalogarle como el mejor director del mundo. Estos halagos, por un lado,
llamaron la atención del sector más
cultureta de la cinematografía, ya que no era normal que un autor tan
prometedor como Truffaut sintiera tanta devoción por un director de género, y
por otro, pusieron blandito a Hitcock quien recibió esos halagos de muy buen
agrado.
Como fuere, el Francesito concertó una entrevista con el
mago del suspense, con el fin de tener con él una entrevista que sirviera como
base para escribir un libro sobre las maneras de hacer del realizador Inglés.
Una entrevista muy mediática que
duró ocho días de conversaciones, de la que se registró todo el audio y
se sacaron abundantes fotografías, alla por el año 1962. Al fin y al cabo era
un gran acontecimiento.
De esas sesiones de charleta, salió nada menos que “Hickock
Truffaut”, que en nuestro país se titulo “El cine según Hitckcock”, libro este
que está considerado “La Biblia del director de cine”, y que, al igual que La
Biblia, la normal, la de Dios y esos rollos, no he leído. Que le vamos a hacer,
perezoso que es uno para según que cosas.
El caso es que tal impacto supuso este libro entre los
futuros directores más importantes de la historia del cine, que todos ellos
dicen haberlo usado para aprender todo lo que saben.
A partir de esa premisa, el documental ahonda en el libro y
las conversaciones que los directores tuvieron, si bien se centra en mostrarnos las declaraciones de
consumados directores de cine como Scorsese, Wes Anderson, Paul Schrader o
David Fincher, entre otros, que aseguran, por un lado, lo increíblemente bueno
que era Alfred Hitcock, y por otro, lo magistral que es el libro de Truffaut.
Pero más allá de ser “Hitchcock Truffaut” un documental sobre cabezotes
parlantes, el documental es terriblemente bueno –también- porque basándose en
explicaciones que podemos encontrar en el libro, se dedica a analizar los planos de las películas
de Hitchcock a través de las imágenes de sus películas, propiciando esto, que
en lugar de ser un documental de cabezotes parlantes, sea un documental teórico
de lo más didáctico, que ayuda a comprender a la perfección, a los neófitos de
Hitckock, por qué el director era tan excepcional. La película es como asistir
a una clase magistral del propio Alfred Hitchcock.
El tratamiento y tiempo que se le dedica a “Psicosis”,
explicando el por qué es una película tan estupenda, y por qué su técnica rodando
fue una genialidad, sin duda, vale su
peso en oro. De hecho, tras verlo, a mí, que jamás he aguantado a Hitchcok, que
no he conectado con su ritmo ni con lo que nos cuenta, ha cambiado bastante mi
percepción a cerca de él, he comprendido su idiosincrasia, y hasta puede que le
de una oportunidad.
Además hay que añadir que el dichoso documental es
endemoniadamente entretenido, así que, apaga y vamonos.
Dirige el asunto Kent Jones, que es un reputado
documentalista televisivo que sabe hacerlos. Porque además, me parece
delirante, que este no es un documental sobre un libro teórico de cine. Un
libro realizado por dos megalomaníacos muy importantes de la historia del cine,
sí, pero un libro teórico al fin y al cabo.
Muy recomendable.
miércoles, 28 de diciembre de 2016
LOS FOTOCROMOS DE "LOS INMORTALES: JUEGO FINAL"
Nunca deja de sorprenderme que las secuelas de "Los Inmortales" se hayan estrenado en cine. Yo juraría que eran directas al video-club, pero, he aquí la prueba de que se estrenaron en salas.
Aquí les dejo los fotocromos de "Los Inmortales: Juego Final".
Aquí les dejo los fotocromos de "Los Inmortales: Juego Final".
lunes, 26 de diciembre de 2016
INTERVIEW: MARTÍN GARRIDO RAMIS
Nacido en Palma de Mallorca en 1952, Martín Garrido Ramis,
un hombre de teatro que cuando se ha embarcado en la empresa cinematográfica,
lo ha hecho desde la más absoluta independencia, y desde ese lado Outsider, que
al que suscribe tanto le agrada.
Responsable de ser el primer director Mallorquín que
consigue rodar una película para su distribución comercial en salas (“¡Que Puñetera Familia!”), también lo es de la película más extraña y lúgubre del
cine español de los últimos años “El hijo Bastardo de Dios”, amén de tener una
dilatada carrera con títulos de absoluto culto como puedan ser “Mordiendo la
vida” o “Héroes de Cartón”.
Padre del también director Martín Garrido Barón (“H6, Diario
de un asesino”), nos concede unos minutos de su tiempo para hablar de los dimes
y diretes en torno a su carrera, de sus próximos proyectos y de sus
preferencias.
Martín Garrido Ramis, el último director independiente.
Comienzas en el cine con una serie de cortometrajes en 35
mm. para luego convertirte en el director de la primera película de corte
comercial realizada en las Islas Baleares, “¡Qué Puñetera Familia!” ¿Cómo surge
la oportunidad de realizarla?
Había hecho dos
cortometrajes: “… Pero no ahoga” y “La Rosario y el Pinzas”. Este último me lo
seleccionaron en 1983 en el festival de Cine de San Sebastián y viajé allí
invitado por el festival. Tengo críticas que lo clasifican como una pequeña
obra maestra. Cuando volví a Palma conocí a un empresario de cine (Joan Olives)
que me propuso alargar mi primer corto y convertirlo en un largo. Y así lo
hice. Costó 6 millones de pesetas y dio como 32. Aunque la película la
considero mala porque me daba igual hacer cine, pero ahí está como la primera
película comercial mallorquina de la historia.
Así que la consideras malísima…
Sólo mala. Escribía
cada día lo que iba a rodar, no había guión. Pero te diré una cosa que me han
dicho muchas veces pero de la que yo nunca he hablado; Es una primicia. Estoy
seguro que mi película la vio el joven Almodóvar y me copió una escena, la de
la meada. Yo soy el primer director que rodé una meada auténtica, luego lo hizo
él. Y como la película se vio en toda España… Y ya que estamos te diré dos
copias más que me han hecho. Mota me ha copiado el final de un corto que está
en Youtube y se llama “Muerte y resurrección de Pedro Navaja”, y un famoso
cómico inglés me acaba de plagiar otro corto mío de Youtube. Mi corto se llama
“Am not Becham” y él me ha plagiado para hacer un spot de calzoncillos de
Beckam. A partir de ahora registraré lo que cuelgue en Youtube.
Rodaste “¡Qué puñetera familia!” con equipo técnico
proveniente de Barcelona ¿No había en Mallorca equipo técnico cualificado para
acometer el rodaje de un largometraje?
En Mallorca no había
nada, por no haber ni había una cámara de 35 mm. La película la rodé en cinco fines de
semana, y cada fin semana traía a un equipo de siete personas, y el material alquilado,
pagándo todos los gastos y el sueldo. El director de fotografía es Joseph Gusi
de TV3, pero un fin de semana no pudo venir y lo sustituyó Carles Gusi, que
después haría películas con Almodóvar y en Hollywood.
¿Cuánto le debe “¡Qué Puñetera Familia!” al cine de John
Waters?
Waters es sexo, yo
siempre he sido crítico social. Mis películas son esencialmente de humor negro.
En la película cuentas con la presencia de un actor
clásico de la escena Mallorquina como es Xecs Forteza. ¿Cómo fue dirigirle?
Xesc Forteza era un
cachondo que estaba detrás de todo lo que llevara faldas. La escena que tiene
muriéndose con Lynn Anderson encima,
para él fue la releche. “Repítela todas las veces que quieras”, me dijo. En la
escena aparece él muriéndose tocándole los pechos a la actriz porno. Fue muy
divertido dirigirlo.
Cuéntanos algo sobre la distribución. ¿Costó mover la
película en la península?
Todas mis películas
se han distribuido en la península, menos una que se titulaba “Simpáticos
degenerados” protagonizada por Florinda Chico. No se distribuyó porque la
compró la Warner Bros para estrenarla en vídeo directamente. La distribución
para los que hacen cine en la isla es muy complicada y difícil, de hecho no
conozco a ningún director mallorquín al que le hayan distribuido su película.
También tengo que decir que los únicos que hacemos cine en Mallorca somos mi
hijo y yo.
“El último Penalti” y “Simpáticos Degenerados son tus
únicas películas que aún no he visto. ¿Qué me puedes decir de ellas?
Las dos son comedias
divertidas y poco más. Cuando las rodé estaba más por otras cosas más
divertidas. En las dos películas lo importante eran las fiestas que
organizábamos. No perdía nada de tiempo en escribir los guiones, lo hacía de
cualquier forma. Pero te voy a contar una cosa que tampoco he contado nunca a
nivel prensa; “El último penalti” se llamaba en realidad “La eterna España de
charanga y pandereta” y me lo iba a producir nada más y nada menos que José
Esteban Alenda, el primer productor español que ganó un Oscar. Yo era íntimo amigo
de él porque me distribuyó cinco cortometrajes e incluso me hizo ganar dinero.
Pues bien, él leyó el guion en el que me había esforzado un poco, y me dijo que
me lo producía si esperaba seis meses a que se recuperara del fracaso de
“Volver a empezar”, que le había costado 200 millones. Le dije que me lo pensaría. Y de repente surgió
en mi vida, desgraciadamente, Ricard Reguant, actualmente director de musicales
(“Grease”, “Chicago”), y me dijo que si le metía mano al guión haciéndolo más
hortera y con más sexo, me traía todo un equipo de Barcelona a precio tirado, y
que luego me presentaba a Antonio Llorens (Lauren Films). Yo, como en aquel
tiempo era joven, guapo y gilipollas, accedí y dirigí una mierda de película.
Al año siguiente la película fue seleccionada en el Festival de Cine de Comedia
de La Coruña, y el gran Berlanga me dijo: “Es una pena, Martín. Has hecho una
película mala pero hubiera podido ser muy buena.” Así es la vida, una mala
compañía puede cambiarte la vida.
En “Héroes de Cartón” ruedas en 35 mm. en unos años en
los que el vídeo ya se imponía en las producciones profesionales independientes.
¿Por qué decides rodar en 35 mm?
“Héroes de cartón”
existe por mi hijo que quería ser director de cine. Puedo decir que es mi
primer guión pensado y bien escrito. Aunque yo salgo como director y mi hijo
Martín Garrido dirigió la mitad de la película con tan solo 15 años.
¿Tuvo algún tipo de distribución esta película? Tanto
dentro como fuera de Mallorca.
La distribuyó Lauren
Films, la distribuidora que en aquel momento distribuía en exclusiva todas las
películas de Woody Allen. Parece mentira con las películas malas que hacía y la
suerte que tenía con las distribuidoras. No sé que debían ver en ellas.
En ella cuentas con la presencia de Antonio Mayans y
Ricardo Palacios. Ambos habían trabajado con anterioridad con Jesús Franco ¿Encuentras algún paralelismo
entre tu obra y la de Jesús Franco?
Ni por asomo.
Antonio y Ricardo hicieron sus papeles muy bien. Yo siempre he hecho un cine
malo hasta “El hijo bastardo de Dios”, porque me surgía el dinero para hacerlo,
ni más ni menos. Es increíble pero es cierto. Hacer cine, para mí, era
solucionarme un año con el dinero que ganaba. Y eso era lo importante.
¿Cómo fue la experiencia de rodar con un hombre con la
experiencia con la que cuenta Mayans, tanto como actor, como de jefe de
producción?
Antonio Mayans es el
clásico ejemplo del actor que podía haber sido muy importante en el cine en
español. Quizá el asociarse con Franco le perjudicó su carrera. La experiencia
con Mayans fue buena como lo es siempre. Es un actor muy intuitivo que no hace
falta decirle mucho para que lo haga muy bien.
Sin embargo, y a pesar de tu larga trayectoria
cinematográfica, tú siempre has realizado teatro.
Desde que tengo 19
años no he dejado de hacer teatro. Entre función y función era cuando hacía
cine. Fui a la escuela de Arte Dramático de Trino Trives y después ya no dejé
de hacer teatro. En estos momentos estoy montando “Un invierno en Mallorca”. El
teatro para mí es la vida, el cine es la parte cachonda del arte de crear. De
todas formas ahora, que en las redes me tachan como el último director
independiente de este país, me tomo el cine en serio. Desde “El hijo bastardo
de Dios”, me esfuerzo. Tengo por estrenar “Turbulencia Zombi” y “Una función
para olvidar” en la que Fernando Esteso hace un pequeño papel. Las dos
películas son tragicomedias, lo que me gusta.
“H6, diario de un asesino” en mi opinión es una de las
películas españolas de psycho-Killers más infravaloradas del cine de terror
español, dirigida por tu hijo Martín Garrido Barón y con guion tuyo. ¿Qué
opinas de la película? ¿Tú la hubieras
rodado de manera diferente?
Me alegra que me
digas esto porque si antes podía tener dudas de si entendías de cine, ahora
estoy seguro de que entiendes. Por primera vez en mi vida me comí el coco de
mala manera para escribir el guión de lo que sería el primer largometraje de mi
hijo Martín. Me lo comí de verdad, y el resultado fue un guion genial (no soy
humilde pero sí terriblemente objetivo). Y mi hijo con 21 años hizo una
película de puta madre. Y ahora te voy a contar otra cosa que nunca he contado
públicamente; “H6, diario de un asesino” se terminó y todos dábamos saltos de
alegría. La película había salido genial y nos fuimos a La Columbia para que la
viera su director, James Armstrong. El americano quedó flipado y dijo que la
estrenaba en Gran Vía y tiraba ciento veinte copias. Lo habíamos conseguido,
pensamos mi hijo y yo. Cuando salimos de la productora nos fuimos a comer una
mariscada los cuatro. Mi hijo y yo, y los productores de Kanzaman Mark y Denis.
Por la noche volvimos a Mallorca más contentos que unas castañuelas. Mi hijo
iba a conseguirlo con 21 años. La leche. Al día siguiente, a última hora de la
tarde nos llamó Samuel Gómez, el montador, para decirnos que los productores
habían cortado cuarenta minutos de metraje. Casi nos da algo. Al día siguiente
volvimos a Madrid y les dijimos a los productores de todo menos guapos. Pero no
hubo manera, querían que la película durara noventa minutos. Al quitarle a la
película tanto metraje, se quitó la esencia de la historia. La película fue un
fracaso comercial y las críticas la devastaron. Hay tanto inepto en el cine que
uno no se lo puede creer.
Vuelves a hacer cine años después, en 2015, con “El Hijo
Bastardo de Dios” ¿Qué te motiva volver? ¿Es el cine de tu hijo una inspiración
para esta película?
Simplemente tenía ganas de hacer un cine que siempre he
sabido hacer y que nunca he hecho. Increíble pero cierto. Hasta “El hijo
bastardo de Dios” mis películas no me gustan. Hablo de las que yo he dirigido.
¿No crees que el tener un presupuesto escueto puede
beneficiar de algún modo a esta película en concreto?
Repito: como dicen
en las redes soy el último director independiente de este país. Yo nunca he
pretendido hacer un cine convencional. A mí siempre me ha gustado el cine
independiente. Siempre. ¿Por qué? Porque haces lo que te sale de los cojones y
ningún productor gilipollas te puede cortar tu obra. “El hijo bastardo de Dios”
es una película que quería hacer, y sé, que con el tiempo será de culto. Ya lo
han dicho muchos, no sólo yo. De todas formas no es el cine que quiero hacer,
lo mío es la tragicomedia. Adoro a Berlanga.
¿Por qué “El hijo Bastardo de Dios” es tan sórdida y
lúgubre? ¿No crees que es demasiado extraña para un público que acude en manada
a ver “8 Apellidos Vascos”?
Tienes toda la
razón, pero yo prefiero que me recuerden como el director de “El hijo bastardo
de Dios” que como el de “8 Apellidos Vascos”.
“El Hijo Bastardo de Dios” se estrena en cines, sin
embargo, no cuenta con una edición en DVD. Pero ahora que lo pienso, tampoco
tus películas anteriores cuentan con distribución en DVD ¿Por qué ocurre esto? En
el caso de “El hijo Bastardo de Dios” en particular, y con el resto en general.
Lauren Films editó
la película en VHS, las demás no han salido en DVD. La razón no la sé porque
estaba de juerga. “El hijo bastardo de Dios” si va a salir en DVD.
Tus dos últimas películas son “Turbulencia Zombi” y “Una
función para olvidar”. ¿Por qué una
película de Zombies? ¿No te parece que el mercado esté sobresaturado de cine Zombie?
“Turbulencia Zombi”
es una tragicomedia en la que no sale ningún zombie. Es un grupo de parados de
un pueblo que decide grabar una película de zombies para Youtube y ganar
dinero, el problema es que no tienen ni idea de cómo hacerlo.
“Una función para olvidar” cuenta además con la presencia
de un grande de la escena cómica como es Fernando Esteso, además en un rol
dramático. ¿Cómo decides integrar a Esteso en el casting?
Esteso y Pajares son
grandes actores. Es más, todos los grandes cómicos son grandes actores
dramáticos. Lo conocí en una fiesta en Madrid, y años después le dije que me
gustaría trabajar con él. Leyó el guion y dijo que sí.
¿Podremos ver estas películas en cines o DVD, o el tema de
la distribución esta jodido en exceso?
Claro que sí.
Además, ya tengo distribución para las dos.
¿Eres consciente de que haces un cine muy distinto en
maneras y formas al del resto de cineastas españoles? Eres especialmente
antiacadémico. ¿Por qué crees que si no sigues las pautas marcadas por los
academicismos, las películas no encuentran un público?
Yo soy escorpión. ¿Sabes lo del escorpión que le pidió a la
rana que le cruzara el río? La rana le dijo que no porque le picaría. El
escorpión le juró que no lo haría, y la rana se fió. Y cuando estaban en la
mitad del río el escorpión le pico. “¿Eres imbécil? –le dijo la rana- “Nos
vamos ahogar los dos.” “Lo sé” –le contestó el escorpión-, “¿pero quién frena
mi personalidad?” Mi padre era de la FAI
y yo he salido a él: anarquista.
¿Qué cine ve habitualmente Martín Garrido?
El mejor cine que te puedas imaginar. Soy un cinéfilo de
cojones. Una película, por ejemplo: “Sed del mal” o “Matrix”.
Dime cinco películas que adores
Rufufú
Plácido
La Escopeta Nacional
Divorcio a la Italiana
La Jauría Humana
Cinco Películas que odies
No odio a ninguna
película porque sé lo que cuesta hacerlas.
sábado, 24 de diciembre de 2016
EL FIN DEL MUNDO
Owen tiene un problema. En realidad dos. Serían tres si contáramos su sobrepeso, aunque ello no le impida tener una novia bien atractiva, una por la que compite un mazas guaperas que intenta follársela y se toma a chota a nuestro protagonista. ¿Por qué?, pues porque a pesar de tener estudios de alta graduación, Owen ha preferido dedicar tiempo y esfuerzo a su pasión, abriendo un vídeo-club "frikista" especializado en.... ¡películas de catástrofes!. Sus favoritas. Las suyas y las de aquellos amigos con los que comparte chispeantes charlas sobre ciencia ficción.
¿Y los otros dos problemas de los que hablaba antes?, uno es que su pareja quiere que se centre, encuentre un curro respetable y bien pagado o cortará con él. El otro es que... bueno, el mundo está a punto de acabarse por culpa de una explosión de plasma que cae a la tierra destruyendo y matando por doquier. Es ahora cuando Owen demostrará a todos los que se ríen de él que el pasarse horas y horas viendo pelis de catástrofes le ha dotado de los suficientes conocimientos como para sobrevivir a tal entuerto. Una vez asumido ello, toca sacar del manicomio al único tipo capaz de solventar el problema, el Doctor Walter Brown, al que sus colegas llaman "Doc....... Brown" para mayor algarabía de Owen.
Esta es, a rasgos generales, la trama de "El fin del mundo", otra de las tantas y tantas películas baratas de catástrofes que hoy día se producen y que suelen ser habituales en la programación de "Syfy Channel". De hecho, su director, Steven R. Monroe, responsable también del remake de "I spit on your grave", ha firmado unas cuantas de ellas. Imagino que cansado de no salirse nunca de la rutina y la fórmula, Monroe decidió romper con todo pariendo esta "El fin del mundo" que, sin ser nada del otro jueves, es un poco más soportable de lo habitual. Sin duda gracias a su comedido pero bien presente sentido del humor (algo no muy común en el género) y a, efectivamente, que sus protagonistas son lo que son, lo que le sirve al director para reivindicar esta clase de cine, el "nerdismo" en general y, de paso, pintar al guapo y cachas, normalmente el héroe de la función, como el malo.
El desenlace es tan precipitado, anodino, tonto y cutre como de costumbre, pero al menos el resto puede verse sin sufrir demasiado y con una leve sonrisa de complicidad en el rostro.
¿Y los otros dos problemas de los que hablaba antes?, uno es que su pareja quiere que se centre, encuentre un curro respetable y bien pagado o cortará con él. El otro es que... bueno, el mundo está a punto de acabarse por culpa de una explosión de plasma que cae a la tierra destruyendo y matando por doquier. Es ahora cuando Owen demostrará a todos los que se ríen de él que el pasarse horas y horas viendo pelis de catástrofes le ha dotado de los suficientes conocimientos como para sobrevivir a tal entuerto. Una vez asumido ello, toca sacar del manicomio al único tipo capaz de solventar el problema, el Doctor Walter Brown, al que sus colegas llaman "Doc....... Brown" para mayor algarabía de Owen.
Esta es, a rasgos generales, la trama de "El fin del mundo", otra de las tantas y tantas películas baratas de catástrofes que hoy día se producen y que suelen ser habituales en la programación de "Syfy Channel". De hecho, su director, Steven R. Monroe, responsable también del remake de "I spit on your grave", ha firmado unas cuantas de ellas. Imagino que cansado de no salirse nunca de la rutina y la fórmula, Monroe decidió romper con todo pariendo esta "El fin del mundo" que, sin ser nada del otro jueves, es un poco más soportable de lo habitual. Sin duda gracias a su comedido pero bien presente sentido del humor (algo no muy común en el género) y a, efectivamente, que sus protagonistas son lo que son, lo que le sirve al director para reivindicar esta clase de cine, el "nerdismo" en general y, de paso, pintar al guapo y cachas, normalmente el héroe de la función, como el malo.
El desenlace es tan precipitado, anodino, tonto y cutre como de costumbre, pero al menos el resto puede verse sin sufrir demasiado y con una leve sonrisa de complicidad en el rostro.
viernes, 23 de diciembre de 2016
SADOMANÍA (EL INFIERNO DE LA PASIÓN)
Si hay un género de cuantos cultivó por el que el tío Jess es reconocido
mundialmente, ese es el WIP. Y “Sadomanía (El infierno de la pasión), adscrita
al género, sería su aportación ochentera, ya con Mayans al frente del reparto
–y de la producción-, al género de cuya película más popular es “99 Mujeres”.
Lo cierto es que, con un presupuesto, quizás, ligeramente
más holgado que posteriores películas de la década, pero igualmente escueto,
los “Woman in Prison” son bastante agradecidos; porque habiendo un descampado
como en el que transcurre “Sadomanía (El infierno de la pasión)” y un buen
montón de tías jamonas, ya tenemos suficiente.
Y como ocurre aquí, la cosa sale sola.
No obstante, aquí tenemos un Franco bastante menos manazas
que de costumbre en los ochenta, y consigue una película cuyo punto flaco es que es bastante estándar en
formas y maneras, y el punto gordo es
que está lo suficientemente entretenida, bien rodada y montada, como para que
nos sentemos un ratillo y echemos la tarde viéndola, como el que la pasa viendo
cualquier película familiar de aventuras, salvando las distancias.
Cuenta la historia de un matrimonio que acaba en una zona
dónde una enorme negra lesbiana tiene reclusas a mujeres criminales, así que
capturará a ella, mientras que él por ser hombre, quedará libre, así que este
decide quedarse por allí dando una vuelta. El resto de la trama la componen
subtramas sin demasiado orden ni concierto, en las que destacan la del
gobernador impotente que compra esclavas de esa cárcel de mujeres para que le
sirvan en casa, así como vemos, también comprando esclavas –la originalidad no
era el punto fuerte de Jess- a un
pizpireto maricón que acabará incluso sodomizado, desprejuiciadamente
interpretado por el propio Jesús Franco.
Claro que todo eso, y unas cuantas dosis de sadismo –muy
pequeñitas, que el presupuesto no facilita las cosas- no serían más que una
mera excusa para lo que en esta película realmente nos atañe; el poder ver
jovencitas encerradas en jaulas siendo encarceladas, y las escenas de folleteo
de rigor, heterosexuales, lésbicas y gays.
Así, la jeta queda patente en el momento que vemos a las
prisioneras en el campo de trabajo; algunas llevan un sombrero de paja, pero
por lo demás, van con un pantaloncito vaquero corto minúsculo y las tetas al
aire. Mujeres muy guapas, por cierto…
Por lo demás, una película de Jess de las que hizo más
visibles, y con esos detalles divinos, como el que observamos al comienzo de la
cinta: Un coche aparece con la inscripción de “Just Married”, pero tiene
matricula española. De Ibiza para ser más concretos. Así que la producción,
consciente de eso, para disimularlo,
pinta otro palito delante de la “I” de
Ibiza, y así ya no se sabe de dónde es la cosa.
Para fans.
¡Ah! y con la presencia de la omnipresente Ajita Wilson .
miércoles, 21 de diciembre de 2016
LOS FOTOCROMOS DE "LOS INMORTALES III"
Siguiendo un poco la estela comenzada en nuestro podcast, continuamos con el ocaso de Christopher Lambert (O Christophe Lambert), esta vez en forma de fotocromos, y con las secuelas de una película que nunca debió haberlas tenido.
Les dejo con los fotocromos de "Los Inmortales III".
Les dejo con los fotocromos de "Los Inmortales III".
martes, 20 de diciembre de 2016
WYRMWOOD LA CARRETERA DE LOS MUERTOS
Si hace poco en nuestro maravilloso podcast he comentado la
nueva hornada de películas que nos llega de Corea del sur, ahora me adentro en
una producción de serie B que nos llega desde Australia. Como otras películas que
llegan de aquel país y de su vecina Nueva Zelanda el género de terror y más
concretamente el subgénero de zombies es el predilecto. Vale, si nos ponemos
tiquismiquis, los zombies son muy socorridos en las producciones de serie B, o
en esas operas primas de directorzuelos de cortometrajes (como es el caso) que
piensan se van a comer el mundo con sus muertos vivientes y al final lo que se
comen es una mierda bien grande. Esta Wyrmwood la carretera de los muertos se
mueve entre dos agua, entre la de ligera chapuza hasta la producción más o
menos digna y de la que no hay que avergonzarse de haber trabajado en ella.
Una lluvia de estrellas fugaces convierte a todos los
humanos que no tengan el grupo sanguíneo A+ en muertos vivientes. No los
convierte al instante, pero si respiran el aire sin mascaras antigás o algún
tipo de filtro, en poco tiempo se convierten en bestias devoradores de carne
humana. También hay otra peculiaridad de este fenómeno que convierte a la gente
en zombies, los líquidos inflamables dejan de serlo, por lo que la gasolina
pierde sus propiedades y los coches acaban siendo inútiles.
Estos zombies exhalan un humillo negro que si es inflamable,
así como su sangre, por lo que el grupo de protagonistas, encabezado por un mecánico,
preparan una camioneta 4x4 que funciona con sangre, o más bien con el aliento,
de los zombies. Además estos zombies son de día torpones y lentos, pero de
noche se vuelven más agresivos y rápidos, según los protagonistas porque
utilizan el combustible de su aliento durante las noches. Pero rápidamente esta
norma se la pasan un poco por el forro de los cojones cuando es de día y varios
zombies corren que se las pelan.
Anda por ahí un grupo de paramilitares que van salvando
personas, pero para luego entregárselas a un mad doctor que está haciendo
experimentos con zombies y personas que no lo son.
Sobre la caracterización de los zombies, roza lo amateur con
prótesis puestas por encima de la cara para hundir más los ojos y dar un
aspecto más fiero, pero no hay nada destacable. En cuanto a los efectos
especiales, la mayoría generados por ordenador cumplen, no son sonrojantes como
una producción Asylum, lo que ya es de agradecer, pero tampoco son para echar
cohetes. Y luego esta cuando atropellan a los zombies con los coches. Utilizan
la solución más simple y cutre posible, solo vemos el interior del vehículo, y
al moverse la cámara nos dan a entender que han atropellado a varios no
muertos. Vamos que o el efecto no les había quedado bien o directamente se ahorraron
grabar atropellos reales, porque para uno que hay se ve claramente el uso del
ordenador, en este caso de una forma bastante chapucera.
La película tiene 3 localizaciones, una casa, un almacén/garaje
y una carretera. El mayor porcentaje ocurre en esa carretera que está en medio
de un bosque, de ahí la frase promocional de” Mad Max metes Dawn of the dead”,
pero si les digo la verdad, ni una cosa ni la otra.
Y la peli va de eso, el prota que va a rescatar a su hermana
que está siendo objeto de experimento por parte del mad doctor de turno, y ya.
No da para mucho, y en imdb ya está indicado que se va hacer una segunda parte
con los protagonistas que sobrevivieron en la primera parte. Probablemente la
vea, o no, que se yo, si me vi hace poco una de zombies en la India, que era
una mierda infumable, como no voy a ver esta otra mierda.
lunes, 19 de diciembre de 2016
EL LEGADO DEL DIABLO
En un colegio militar, el cadete Coopersmith, por buena
persona, es sometido a toda clase de desagradable buying por parte de sus
compañeros de escuela. Estos malos tratos hacen que no rinda en clase como
debería.
Al margen de esto, el muchacho está usando una computadora
para desarrollar un proyecto de catapulta para una de sus clases, cuando con la
ayuda de un extraño libro, y por computadora, atrae al espíritu de un
brujo quemado de la inquisición, que le
pedirá una serie de elementos para que se manifieste, entre ellas, una hostia
consagrada y sangre.
Cuando los malos tratos son ya inaguantables, nuestro
protagonista conseguirá con facilidad esos elementos que le pide la
computadora, y comenzará su sangriente venganza, trayendo al mismísimo diablo.
“El Legado del Diablo” es un clásico de videoclub meramente
ochentero –y si quieren saber del jaleo de carátulas, les remito a la sección
correspondiente- que, además, es uno de los títulos que incluye la absurda
lista de los “Video Nasties”.
Protagonizado por el bisoñé de Clint Howard –el hermano de
Ron Howard, nada menos- estamos ante una
película de contenido satánico tan obvio, que hasta un papanatas como era Antón
La Vey, fundador de la Iglesia de Satán en Hollywood, la considera su película
favorita (hay que ser idiota. Todo un líder Satanista, con una legión de
seguidores retrasados a sus espaldas, declarando que su película favorita es
una en la que invocan a Satán. ¿Qué credibilidad ofrecía este imbécil? Máxime
cuando se trata el tema satánico de esta película de una forma tan palomitera y
populachera).
Ciertamente, y al contrario que otras coetáneas de la época
como “Lucifer”, lo que hace a “El Legado del Diablo” destacar por encima de
aquellas es que se lleva bien, que en cierto modo es entretenida, y aunque el
festival de sangre y gore tarda lo suyo en venir, por el camino nos divertimos,
ya sea con las putadas que le hacen los compañeros al prota, ya sea con el
perrito del que se quiere hacer cargo esta porque se encuentra solo, ya sea con
el intento homosexual de asesinarlo por parte de un anciano alcohólico… vamos,
que pasan cosas todo el rato. Y eso que el personaje de Clint Howard es
tremendamente antipático… ¡casi se merece el buying al que es sometido!
Por otro lado, tenemos bastante sangre, gore resultón y F/X
que chirrían tanto como nos gustan, así que la película en ese campo se queda
completita.
Por otro lado, y al contrario también que otras películas
afines de la época “El Legado del diablo recibe críticas positivas mayormente”,
así como goza de cierto culto en varios países. ¿Por ser un “Video Nastie”? es
posible ¿Por qué es un “Video Nastie”, porque es violenta y por su temática
Satánica. Sin más.
Curiosamente, la película es siempre emparentada con
“Carrie”, más que por la solvencia del director Eric Weston (que no es De
Palma), por lo descaro del expolio; El Cadete Coopersmith no tiene poderes
telquinéticos, pero si que es un pobre marginado que al final se vengará de sus
maltratadores, en un desenlace lleno de sangre, al igual que ocurría en
“Carrie”. Vamos que es un “Exploitation” en toda regla.
Cuando el guionista Joe Garofalo escribió la película, era
todavía más violenta y sangrienta y se iba a títular “The Foundling”. Sin
embargo, se imponía la era electrónica a principios de los ochenta, y con los
ordenadores completamente de moda, entre Garofalo y Weston modificaron el guion
para introducir en él los elementos informáticos, que no aportan nada a la
trama, pero que quedan de lo más moderno
y acorde con los tiempos que corrían; la película pasó a llamarse “Evilspeaks”
y en cierto modo se adelantó a las películas con elementos informáticos en sus
tramas. “El Legado del Diablo” es anterior a “Juegos de Guerra”, “La Mujer
Explosiva” o “Sueños Eléctricos”, por citar los títulos más populares… y ya
había ahí una señora computadora que pide sangre y hostias consagradas…
Cuando la producción estaba en todavía en pañales, se
planteó un presupuesto de un millón de dólares. ¿Cómo lo consiguieron? Llamando
a la puerta del empresario Libanés Sylvio Tabet, que ya había puesto pasta para
producciones como “El Señor de las Bestias” y había obtenido dinero con la cosa
esta del cine, así que no dudó cuando le tentaron con esta producción. Hasta
dónde no llegaba el dinero de Tabet, llegó el dinero de los médicos forrados
que deseaban invertir en el cine.
La película, prohibida en los ochenta en Inglaterra, contó
con su edición cercenada en VHS, en la que no había sangre, ni los textos
satánicos que aparecen en la computadora, hasta el año 2004, en el que por fin
se levantó la censura y apareció la película en DVD.
Obviamente, en el resto del mundo no pasó nada de esto que
la disfrutamos tal cual era, aunque asegura Clint Howard, que rodaron mucho más
material satánico y sangriento, pero que este se quedó en la mesa de montaje
tras el corte original.
Howard, que ya había hecho toda suerte de papeles en el
pasado, aquí obtendría uno de los poquitos papeles protagonistas que
interpretaría en su próspera carrera, que se mantiene hasta el día de hoy con
una dilatada filmografía a base de secundarios.
Junto a él, el otro rostro popular que aparece en la
película sería Richar Moll (Bull en juzgado de guardia, y dos o tres papeles en
“Noche en el tren del terror”, por ejemplo) que interpreta al malvado brujo
satánico, que fue ejecutado por la inquisición al principio de la película.
En cuanto al director Eric Weston, siguió haciendo
películas, no muchas, y siempre dentro de los parámetros de la Serie B/Z, donde
esta sería su película más destacable.
Por mi parte decir, que la carátula de la película me
aterraba tanto, tanto, tanto, que a pesar de que la tuve en mis manos
innumerables veces, nunca la alquilé… y vista hoy, me ha divertido tanto, que
pienso que fue una mala idea no haberla alquilado de crío; me hubiera entusiasmado.
Francamente maja.
domingo, 18 de diciembre de 2016
LOS FOTOCROMOS BASTARDOS
Como bien saben, hasta hoy y desde hace un tiempo cada Domingo he ido actualizando el blog con sendos fotocromos, acompañados siempre de un texto y, eventualmente, de pósters u otros elementos relacionados con la película seleccionada. Hoy he venido acá para decirles que... en fin, que ya estoy hasta los cojones. Estoy cansado de cada día del señor tener que obligarme a escanear, montar y subir fotocromos, sin hablar ya del escrito acompañatorio, que en ocasiones da su curro. Dicho de otro modo, estos que les dejo hoy son los últimos. ¿Los últimos?, bueno, en realidad no, porque aún me quedan unos cuantos en el armario... lo que voy a dejar de hacer es actualizar de modo fijo todos los Domingos. A partir de ahora lo haré, simplemente, el día que me rote. Sin más. Cuando me dé la puñetera gana.
Así que, para poner fin a esta rutina, he decidido reunir todos aquellos fotocromos perdidos, bastardos, de los que dispongo de material demasiado escaso como para justificar una entrada exclusiva. Así hago "limpieza" y les alegro la vida con unas cuantas hermosas imágenes de -algunas- no tan hermosas películas.
Disfruten de lo que sigue y.... hasta que me dé el punto otra vez.
Volamos hasta Japón, año 1977. Aún faltan unos meses para que se estrene allí "La guerra de las galaxias", pero los padres de Godzilla, la Toho, ya conoce el fenómeno que está siendo en el resto del mundo, así que, antes de que llegue, corren a facturar su exploitation, invirtiendo para ello un montón de pasta. De semejante percal surge este "Galaxias año 2000" dirigida por Jun Fukuda, sobre una guerra entre humanos y marcianos que me sonaba por el diseño de una nave con un taladro en la punta. Si la he visto, que podría ser, no lo recuerdo.
Solo disponemos de un fotocromo... ¡¡pero menudo es!!, ahí con maquetas cantando como una almeja, incluidos los hilos que la sujetan, y ese planeta detrás con pinta de bola de porexpan. Y pensar que en esa época esto valía perfectamente como material promocional. Que tierno.
Siempre he considerado "Inferno" de Dario Argento una especie de "Suspiria 2"... solo que sin llegar a su nivel, pero es evidente que ambas pelis comparten algo más que al director. La estética, la agradecida ilógica, los colores, la (tremenda) banda sonora, la descarnada violencia. No es que me vuelva loco, aunque tiene su cosilla (disponía del VHS y se lo cambié a un colega por el de "Spookies", pero es que "Inferno" es para conservarla en dvd, es de esas pelis que, por su impactante y currada fotografía, merecen verse en condiciones óptimas). Los fotocromos, pues ya ven, uno no vale mucho y el otro mola un rato.
Así que, para poner fin a esta rutina, he decidido reunir todos aquellos fotocromos perdidos, bastardos, de los que dispongo de material demasiado escaso como para justificar una entrada exclusiva. Así hago "limpieza" y les alegro la vida con unas cuantas hermosas imágenes de -algunas- no tan hermosas películas.
Disfruten de lo que sigue y.... hasta que me dé el punto otra vez.
Volamos hasta Japón, año 1977. Aún faltan unos meses para que se estrene allí "La guerra de las galaxias", pero los padres de Godzilla, la Toho, ya conoce el fenómeno que está siendo en el resto del mundo, así que, antes de que llegue, corren a facturar su exploitation, invirtiendo para ello un montón de pasta. De semejante percal surge este "Galaxias año 2000" dirigida por Jun Fukuda, sobre una guerra entre humanos y marcianos que me sonaba por el diseño de una nave con un taladro en la punta. Si la he visto, que podría ser, no lo recuerdo.
Solo disponemos de un fotocromo... ¡¡pero menudo es!!, ahí con maquetas cantando como una almeja, incluidos los hilos que la sujetan, y ese planeta detrás con pinta de bola de porexpan. Y pensar que en esa época esto valía perfectamente como material promocional. Que tierno.
Siempre he considerado "Inferno" de Dario Argento una especie de "Suspiria 2"... solo que sin llegar a su nivel, pero es evidente que ambas pelis comparten algo más que al director. La estética, la agradecida ilógica, los colores, la (tremenda) banda sonora, la descarnada violencia. No es que me vuelva loco, aunque tiene su cosilla (disponía del VHS y se lo cambié a un colega por el de "Spookies", pero es que "Inferno" es para conservarla en dvd, es de esas pelis que, por su impactante y currada fotografía, merecen verse en condiciones óptimas). Los fotocromos, pues ya ven, uno no vale mucho y el otro mola un rato.
Nunca he visto este prototípico producto del destape, pero sí recuerdo que de pequeño solo leer el título, e imaginar, me ponía muy cachondo. Y siempre creí que era una peli yanki de porno duro, hasta que me enteré que era española y tirando a light, lo que me decepcionó. No obstante, conservo en la memoria a mi hermano mediano haciendo coñas en casa con el anuncio que salía en los periódicos, y sintiendo mucha vergüenza de que mis santos padres oyeran semejante título. Así mismo, el muchacho contó que originalmente querían llamar a la peli "El hijo de puta", pero que por cosas de la censura acabó siendo "No me toques el pito que me irrito". ¿Se lo estaría inventando o era verdad?. Ni idea.
¡Con Sebastián D´Arbó hemos topado!. Menudo personaje. Tuve la ¿fortuna? de tratarle medianamente un par o tres de veces y, en fin, nada destacable que contar, salvo que se ofendió mucho el día que le dieron un trofeo honorífico en un festivalillo organizado por unos amigos y ahí había cuatro gatos mirando. Por lo demás, no sé, la verdad es que sus pelis siempre me han parecido bastante chungas. Tengo los fotocromos de algunas de ellas, así que volveremos a ver a Sebas por acá en el futuro. De momento, centrémonos en este "El Ser", que me parece que llegué a ver y me aburrió criminalmente. No obstante, recuerdo que daban el trailer por la tele y, siendo chaval, me acojonaba. Contaba con una voz narradora y que citaba el título con un tono muy autoritario: "¡EL SER!", cosa esta que me impresionó. Un día, andando por la calle con el colegio, vi el cartel de la peli pegado en una pared a modo de promoción (como se hacía antaño) y me puse como loco imitando a gritos la voz del anuncio: "¡¡"El Ser", "El Ser", "El Ser"!!". Tal fue mi entusiasmo que la profe me echó bronca y me hizo callar.
sábado, 17 de diciembre de 2016
TIBURÓN, LA VENGANZA
“Tiburón, la venganza” es la cuarta parte oficial de la famosa franquicia iniciada por Steven Spielberg con su grandiosa obra maestra. Le siguió una segunda que, dentro de lo que cabe, no estaba demasiado mal. Luego una tercera en 3D francamente chunguera y, finalmente, esta de la que les hablo hoy y que si no lleva el número respectivo tras el título es por su intención de desvincularse de la entrega precedente. Dicho de otro modo, “Tiburón, la venganza” conecta directamente con “Tiburón 2” y se pasa “Tiburón 3D” por el forro de las pelotillas. Cosas de Hollywood.
El jefe Brody ha muerto de un infarto. De miedo, como dice su esposa, que es la que protagonizará la película por completo. De los dos hijos que tuvieron, uno ha seguido los pasos del padre y es sheriff. El otro, biólogo marino. Una noche el primero acude al mar y, ¡ups!, es atacado y devorado por un tiburón gigante. No puede ser el mismo de las otras pelis porque aquellos murieron, pero sí podría tratarse de un hermano. Un primo. O vaya usted a saber. El caso es que el bicho quiere vengarse de la muerte de sus iguales atacando a la familia Brody al completo. Lo que desconoce es que la viuda no piensa achantarse y se tomará su propia revancha con la ayuda de su otro hijo, un aviador la mar de golfo que le echa los tejos y un negro con rastas muy brasas.
¿Un escualo con consciencia suficiente como para elegir a sus víctimas?. ¿Para cometer venganza?. ¿Procurando siempre que pertenezcan a la misma estirpe?. No deja de ser irónico pensar que lo que en 1987 -año de estreno del film- sonaba descabellado e incluso ridículo, hoy, comparado con todas esas delirantes películas de tiburones que cantan, bailan, vuelan y están hechos de hielo, lava o pasta de boniato, y que gente como "Syfy Channel" tienen el mal gusto de programar, lo que cuenta "Tiburón, la venganza" suena de lo más normal. Incluso creíble. ¡Cómo han cambiado los tiempos, par diez!.
A "Tiburón, la venganza" se la conoce oficialmente como una película "mala pero divertida". Hasta uno de sus protagonistas, Michael Caine, se jacta de que solo la hizo para marcarse un viajecito, cobrar el cheque y comprarse una casa, pero que nunca la ha visto, aunque le han dicho que es terrible.
¿Hay pa tanto?. Hombre, desde luego si la comparamos a la original estamos ante un auténtico zurullo de proporciones épicas. Tirando a aburrida y sin la más mínima capacidad de generar suspense. Cuando el tiburón aparece lo hace como si pasara por allí, sin más, no hay una progresión previa destinada a erizarnos el vello. Mario Van Peebles, el negro de rastas, carga mucho las tintas en su interpretación, resulta realmente agotador. Cuando leí que él mismo se había encargado de escribir sus diálogos, lo entendí todo. Pero tal vez el punto más flojo de la película sea el intento de recrear el momento más tierno y bonito del film original, cuando uno de los retoños Brody imita los gestos de su preocupado padre. No cuela. Igual que no colaba el vuelo de Superman con Lois Lane de la cuarta peli del superhéroe en otro triste intento de recuperar la magia de la primera entrega. Esas cosas no deberían hacerse, son feas, porque le quitan lustre a la película e incluso perjudican al material genuino.
Y no me interroguen respecto al desenlace, absolutamente miserable y absurdo. Por lo visto en un principio era distinto, pero ante los palos que este recibió los productores corrieron a sacarse otro de la manga (y reciclar imágenes de la primera parte) y ese es el que terminó imponiéndose para mayor escarnio de sus responsables.
Pero si hacemos un leve esfuerzo para no tener todo eso demasiado en cuenta, y nos olvidamos un poco de la de Spielberg, lo que queda es un producto mediocre aunque soportable ideal para ver el Domingo por la tarde. Una peliculita de aventuras dirigida por todo un veterano en un momento de escasa inspiración, Joseph Sargent.
En muchos aspectos "Tiburón, la venganza" me recuerda un poco a "King Kong 2". Una de esas maniobras que te preguntas cómo se le pudo ocurrir a alguien y cómo pudo ser tan iluso de pensar realmente que funcionaría. Aún así, probablemente sea bastante mejor que, no ya la del gorila, sino toda la ralea reciente de subproductos con escualo, esos mismos a los que antes hacía alusión. Y es que, al menos, aquí el Señor Tiburón es de goma... y aunque cante como una almeja, siempre resulta más agradable que uno dibujado con el ordenador.
El jefe Brody ha muerto de un infarto. De miedo, como dice su esposa, que es la que protagonizará la película por completo. De los dos hijos que tuvieron, uno ha seguido los pasos del padre y es sheriff. El otro, biólogo marino. Una noche el primero acude al mar y, ¡ups!, es atacado y devorado por un tiburón gigante. No puede ser el mismo de las otras pelis porque aquellos murieron, pero sí podría tratarse de un hermano. Un primo. O vaya usted a saber. El caso es que el bicho quiere vengarse de la muerte de sus iguales atacando a la familia Brody al completo. Lo que desconoce es que la viuda no piensa achantarse y se tomará su propia revancha con la ayuda de su otro hijo, un aviador la mar de golfo que le echa los tejos y un negro con rastas muy brasas.
¿Un escualo con consciencia suficiente como para elegir a sus víctimas?. ¿Para cometer venganza?. ¿Procurando siempre que pertenezcan a la misma estirpe?. No deja de ser irónico pensar que lo que en 1987 -año de estreno del film- sonaba descabellado e incluso ridículo, hoy, comparado con todas esas delirantes películas de tiburones que cantan, bailan, vuelan y están hechos de hielo, lava o pasta de boniato, y que gente como "Syfy Channel" tienen el mal gusto de programar, lo que cuenta "Tiburón, la venganza" suena de lo más normal. Incluso creíble. ¡Cómo han cambiado los tiempos, par diez!.
A "Tiburón, la venganza" se la conoce oficialmente como una película "mala pero divertida". Hasta uno de sus protagonistas, Michael Caine, se jacta de que solo la hizo para marcarse un viajecito, cobrar el cheque y comprarse una casa, pero que nunca la ha visto, aunque le han dicho que es terrible.
¿Hay pa tanto?. Hombre, desde luego si la comparamos a la original estamos ante un auténtico zurullo de proporciones épicas. Tirando a aburrida y sin la más mínima capacidad de generar suspense. Cuando el tiburón aparece lo hace como si pasara por allí, sin más, no hay una progresión previa destinada a erizarnos el vello. Mario Van Peebles, el negro de rastas, carga mucho las tintas en su interpretación, resulta realmente agotador. Cuando leí que él mismo se había encargado de escribir sus diálogos, lo entendí todo. Pero tal vez el punto más flojo de la película sea el intento de recrear el momento más tierno y bonito del film original, cuando uno de los retoños Brody imita los gestos de su preocupado padre. No cuela. Igual que no colaba el vuelo de Superman con Lois Lane de la cuarta peli del superhéroe en otro triste intento de recuperar la magia de la primera entrega. Esas cosas no deberían hacerse, son feas, porque le quitan lustre a la película e incluso perjudican al material genuino.
Y no me interroguen respecto al desenlace, absolutamente miserable y absurdo. Por lo visto en un principio era distinto, pero ante los palos que este recibió los productores corrieron a sacarse otro de la manga (y reciclar imágenes de la primera parte) y ese es el que terminó imponiéndose para mayor escarnio de sus responsables.
Pero si hacemos un leve esfuerzo para no tener todo eso demasiado en cuenta, y nos olvidamos un poco de la de Spielberg, lo que queda es un producto mediocre aunque soportable ideal para ver el Domingo por la tarde. Una peliculita de aventuras dirigida por todo un veterano en un momento de escasa inspiración, Joseph Sargent.
En muchos aspectos "Tiburón, la venganza" me recuerda un poco a "King Kong 2". Una de esas maniobras que te preguntas cómo se le pudo ocurrir a alguien y cómo pudo ser tan iluso de pensar realmente que funcionaría. Aún así, probablemente sea bastante mejor que, no ya la del gorila, sino toda la ralea reciente de subproductos con escualo, esos mismos a los que antes hacía alusión. Y es que, al menos, aquí el Señor Tiburón es de goma... y aunque cante como una almeja, siempre resulta más agradable que uno dibujado con el ordenador.
viernes, 16 de diciembre de 2016
NADIE VIVE
Producción de la “WWE” en asociación con Pathé. Los
gerifaltes de la lucha libre siguen emperrados en producir cintas de género, y
le dan bastante a lo que es el terror. Pero no
hay que olvidarse que en cierto modo, las películas de la “WWE” no dejan
de ser spots publicitarios de sus espectáculos de Wrestling y, sobretodo,
cartas de presentación para el mundo del cine de sus luchadores. En este caso,
el luchador a promocionar el Brodus Clay, uno de esos luchadores con gigantismo
a lo André el gigante.
Sin embargo, “WWE” se toma el mundo del cine demasiado en
serio como para darle a sus luchadores roles protagónicos que llevarían la
película por unos derroteros bastante poco deseables, así que Clay, aparece poco en la película, no
habla y muere enseguida, por lo que los
fans del Wrestling no están de enhorabuena. Ni los que no lo somos tampoco,
porque, hay que ver lo putísima mierda que esta “Nadie vive”.
Para empezar, la poca capacidad que tiene esta película es
aterradora. Cada dos minutos se me iba el santo al cielo de lo aburrida que és.
Por esto, quizás, cuando llevaba media película, me di cuenta de que no había
seguido el hilo y no me estaba enterando de nada. Ok, culparemos a mi falta de
atención. Pero mi falta de atención tiene tan solo un 50% de la culpa de que no
me entere de que coño va esta peli, porque lo cierto es que, consciente de que
no me había enterado la he puesto desde el principio, intentando centrarme en
el visionado lo máximo posible… y cuando ha acabado he seguido sin enterarme de
que iba…
He tenido que consultar una sinopsis. Y después de
consultarla tampoco me ha quedado muy claro de que iba la cosa, porque las
sinopsis que hay en la red son, al igual que esta mierda, bastantes dispersas.
Con todo, cierto es que tiene buenas dosis de sangre, que
intenta ser una película “Survival” con las estéticas del cine barato HD de hoy
en día, en la que unos rednecks –muy guapetes- secuestran a una pareja, y luego se andan matando entre
todos ellos. Algo así. Vean la peli,
luego busquen una sinopsis y entenderan de lo que hablo. En cualquier caso,
esto no hay un dios que lo aguante.
Supongo que la puedo recomendar… a todos esos subnormales
que solo ven pelis de terror y que cuanto más gore, mejor. Aquí carne picada
tienen para aburrir. Incluso, el prota emerge ensangrentado del interior de un
cuerpo muerto…
Una basura.
Dirige alguien, que a juzgar por su nombre, puede que sea
Japonés, y que responde al nombre de Ryuhey Kitamura cuyos mayores logros son
el haber filmado la corectita “El Vagón de la muerte”, el “Godzilla” nipón de
2004 y esa mayuscula decepción que supuso “Lupin y el corazón purpura de Cleopatra”.
Por lo que se ve, “Navie Vive” costó casi tres millones, y
recaudó casi 100. O sea, que fue un éxito.
miércoles, 14 de diciembre de 2016
LOS FOTOCROMOS (Y EL PÓSTER) DE "LOS CHICOS DEL BARRIO"
Trás el éxito del cine independiente que supuso "Haz lo que debas" de Spike Lee, no tardó mucho en aparecer su respuesta en la costa Oeste, más drámatica, más descarnada y que dirigía la nueva promesa del "indie" negro que era John Singleton.
"Los Chicos del Barrio" se convirtió en un fenómeno social que incluso contó con su propio "Spoof" por parte de los hermanos Wayans, "Los Colegas del Barrio" y que convirtió al rapero Ice Cube en una estrella cinematográfica que quizás ahora, mientras escribo estas lineas, vive su mejor momento.
Una buena película de negratas y de ghettos, sin más. Eso si, se mantiene fresca con el paso de los años.
Aquí sus fotocromos y su póster.
"Los Chicos del Barrio" se convirtió en un fenómeno social que incluso contó con su propio "Spoof" por parte de los hermanos Wayans, "Los Colegas del Barrio" y que convirtió al rapero Ice Cube en una estrella cinematográfica que quizás ahora, mientras escribo estas lineas, vive su mejor momento.
Una buena película de negratas y de ghettos, sin más. Eso si, se mantiene fresca con el paso de los años.
Aquí sus fotocromos y su póster.
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