He podido ver una de las películas más ignotas de todas aquellas que andan pululando por ahí. Y una vez más, en AVT tenemos que agradecer este descubrimiento al amigo Pajarillo, conseguidor de las obras más oscuras y buscadas, una figura clave de AVT a la sombra, que acompañó la copia de la película que paso a comentarles, con la misiva que paso a publicar a continuación, de su puño y letra:
“En el año 2002, una distribuidora con sede en Barcelona recibió la visita, sin cita previa, de un sr. de raza gitana llamado Diego.
Entró en las oficinas, se dirigió al primer mostrador que vio (era el de una secretaria)
y le entregó una cinta VHS en cuya etiqueta ponía: "Una familia con mucha marcha. Director: Dick James", y el teléfono del tal Diego, alias "Dick".
Diego "Dick" le dijo a la secretaria que en esa cinta había una película muy divertida que había rodado con su familia, y que estaba buscando una distribuidora que la llevase a los cines. Dijo que la mirasen y que en unos días pasaría a ver qué les había parecido. La secretaria debió decirle algo completamente estándar tipo "OK, la miraremos", y entonces Diego dijo las palabras que crearon leyenda en la distribuidora: "En unos días me paso, y como me hayáis perdido la cinta, os quemo el chiringuito".
A la secretaria, que era una chica pija trabajando en una zona pija de Barcelona, le bajó una almorrana del susto y nunca se ha recuperado. Pero lo más misterioso de la leyenda es que Diego "Dick" nunca volvió a por la cinta, creando toda clase de especulaciones sobre si seguía vivo, o en qué momento inesperado podría aparecer.
Un empleado de la distribuidora quiso llevarse esa cinta a casa, porque la película que había en ella era imposible de distribuir, pero le había encantado y quería disfrutarla más veces, o enseñarla a los colegas. Pero no se lo permitieron. Le dejaron sacarse una copia, pero el original sigue allí, en aquellas oficinas. Por si un día Diego vuelve y le da por cumplir su promesa”.
Claro, tras esta historia ¿Quién se resistiría a hacer un visionado?
Bien, pues anoche tuve la fortuna de poder ver esta película.
Lo primero de todo, decir que esto es en realidad un vídeo casero, de aquellos de “meto la cinta en la vídeo cámara y grabo a mi familia haciendo unas gracias” y listo.
Pero como existe la intencionalidad de película, incluso hay edición vídeo a vídeo (al principio de la película vemos el logotipo robado de “S.A.V”, los créditos la prohibición de copia de vete a saber tú que pelí, y al director Dick James, hablando de la película que vamos a ver a continuación, y de lo divertida que es su familia, que la protagoniza), y se buscó una distribución, nada menos que para cines, está claro que estamos ante una película y no un vídeo casero. Y aguanté el visionado la hora cuarenta y cinco, sin pestañear, y sin tocar el mando a distancia más que para ponerla y quitarla al finalizar.
Y es que esto si que es un autentico “Found Footage”, porque partimos de la base de que se construye una película a partir de grabaciones caseras, que además para la ocasión, son reales. Y digamos que la cinta, verdaderamente, la hemos encontrado. Pero también estamos ante una película claramente experimental (Dick James, aprieta cada cinco minutos el botón de sacar fotos de su cámara Hi-8, para ver lo que pasa, así como conecta los infrarrojos con el fin de crear ambientes terroríficos. De hecho, utiliza esta función de la vídeo cámara cuando hay suficiente luz y no hace falta hacerlo), y al romper también con todas las reglas establecidas de la cinematografía, es también una película de vanguardia, con todos los elementos de la vanguardia.
Planos secuencia interminables componen lo que es el día a día de esta familia gitana.
Así podemos ver como Dick James, filma a su madre echándose una siesta, meando en el vater, e incluso amenazando de muerte a alguien por teléfono. Podemos ver una salida nocturna de James y su amigo, una cita con La Vero y la Patri a las que ambos pretenden, y nos estremecemos al ver como reciben calabazas. Y todo esto lo comprobamos, sin que veamos ni una sola escena en la que aparezcan las chicas, puesto que no quisieron ser grabadas. Nos enteramos de esto sin que los dos muchachos salgan del coche, y en una aclaración del director dirigiéndose a cámara, posteriormente.
También, y durante casi cuarenta minutos, somos testigos del arte y las dotes actorales de la sobrina de James, cantando y bailando montones de temas con copyright, que, sin duda, dificultarían aún más su posible distribución en cines. El director también se anima a interpretar en cámara alguna de esas canciones.
Conoceremos en primera persona a Paquillo, Cuñado de James, fibroso como Bruce Lee, que fuma como un carretero y nos hace una demostración de artes marciales del todo espectacular. Y la lista de vivencias reflejadas en la cinta, son interminables.
Todos los componentes de la familia, en algún momento le piden a Dick que pare de grabar. El director, para nuestra fortuna, no hace caso. Esto si que es “Cinema veriteé”.
En una cinematografía como es la gitana, salvo en contadas excepciones como en “El lobo gitano”, cinta de género donde las haya, lo que motiva a los directores gitanos es la religión y el evangelio, cumplirlo y promocionarlo. Además de pretensiones más o menos mainstream (siempre dentro de la marginalidad de esta cinematografía) al usar efectos de vídeo y edición digital. Las hay con acabados, incluso, decentes. Dick James, sin embargo, es más artesanal y le motiva el hecho de hacer una película, y no el de promover ninguna religión. “Con los millones que gane con esta película, Dios mediante, comprare algo bonito a mi madre”, dice el director en un momento de la película.
Olvídense de “Mis quejas hacia Dios”, olvidense de “L.A.R.R.”. Si se creían que en cine lo habían visto todo tras ver esas películas, tendrían que ver “Una familia con mucha marcha”, porque les romperá todos los esquemas. Esto si que es el cine gitano que espero ver, cuando quiero ver cine gitano.
Desde luego, no se que motivos tendría esa distribuidora para no querer llevar esta película a los cines. Yo lo habría hecho, sin pestañear.
Se la recomiendo.