Hace tiempo que llegué a la conclusión de que el cine ya no me emociona como antes. No me hace vibrar, ni viajar. Naturalmente hablo del moderno. Es lógico, cuando uno es adolescente absorve las cosas de otro modo, más inocente y apasionadamente. Un terrible hecho que podría extender al 90% de la producción actual que consumo. Sin embargo, también es cierto que hay una saga que aún consigue despertar en mi reacciones casi adolescentes. Vale, no tan intensas... pero al menos es bien capaz de emocionarme de muy distintas maneras. Me estoy refiriendo, claro está, a lo que desde hace unos años viene produciendo la división cinematográfica de "Marvel" y, muy especialmente, a lo que fue su sagrado colofón: "Los Vengadores".
Esta última la habré visto ya unas cuantas veces, pero la que más disfruté fue la última, hace menos de una semana. Lo pasé pipa y, sobre todo, me di cuenta de lo mucho que me retrotraía a aquellos tiempos de cinefagia más feliz e incondicional. "Los Vengadores" tiene de todo, destacando unos personajes maravillosos con los que es muy fácil empatizar (incluso los villanos), diálogos y frases ocurrentes, situaciones espectaculares que aceleran el corazón y momentos mágicos. Sí, momentos mágicos de esos que incluso te ponen la piel de gallina cuando eres consciente de que estás viendo algo único y especial: El final de la peli, todo el, es sensacional, pero me quedo con "Hulk, aplasta!", con este destruyendo de un puñetazo a uno de los monstruos gigantes o el infinitamente irrepetible plano secuencia en el que vamos viendo uno por uno a los superhéroes en acción. Brutal. Único. Genial. Está claro que "Los Vengadores" es mi peli "Marvel" favorita -de momento-, aunque todas, en mayor o menor medida, me gustan (tal vez la que menos sea "Iron Man 2"), destacando a "Thor" y, sobre todo, "Capitán América: El primer vengador", que encuentro deliciosa y ha hecho que me enamore de "Steve Rogers" y su traje.
¿Y por qué me flipan tanto las pelis de "Marvel"? (y remarco aquí que me refiero a las PRODUCIDAS por ellos, la llamada "Fase 1"), pues no lo sé, tal vez porque me parecen frescas, originales y coloridas. Me encanta eso de que vayan todas conectadas las unas con las otras. Me parece brillante y, para los tiempos que corren en Hollywood, una idea alucinante (que sé perfectamente que venía de los comics, pero nunca se había trasladado al cine del modo que "Marvel" lo hizo). También encuentro estupendo que celebren sin complejos su origen viñetil, cuando lo "normal" es separarse prudentemente de la fuente dibujada. Y sobre todo, y puede que por encima de todo, adoro que, poco a poco, y muy sabiamente, "Marvel" nos ha devuelto al superhéroe alegre y colorista. No se vosotros, pero yo ya andaba algo cansado de superhéroes oscuros, deprimidos, atormentados, con trajes de cuero negro, etc, etc. Parecía imposible, en los tiempos cínicos que vivimos, poder ver una peli de tios super-poderosos vesidos con telas de colorines y no sentir vergüenza ajena, pero "Marvel" lo ha conseguido. Lo ha hecho lentamente, paso a paso, provocando el estallido final en el mejor escenario: "Los Vengadores". Rojo, amarillo, azul, verde.... y todo ello empaquetado con un sano sentido del humor, de la diversión, sin sermonear ni dar la brasa, de modo alegre, con ganas de divertir y, sobre todo, maravillar, ofreciendo espectáculo, épica... todo aquello que eran los tebeos de superhéroes cuando yo los leía de ñajo. Por eso siempre digo que "Los Vengadores" es la verdadera PRIMERA peli de superhéroes. Nos habíamos acostumbrado ya tanto al tono siniestro e hiper-sobrio, que habíamos olvidado que nadie aún había hecho un film del género como dios manda... hasta la llegada de Joss Whedon y "Marvel Studios".
Por todo eso, me percato de que la productora de origen comiquero es, actualmente, mi único bote salvavidas en lo que se refiere a mi amor por el cine. Logra que vuelva a ser un chaval saltando en la butaca... y yo eso lo adoro, lo valoro y lo agradezco infinitamente.
Desde el momento en que comenzó a rumorearse la posibilidad de una peli en la que ver a "Iron Man", "Thor", "Hulk" y "Capitán América" juntos, luchando codo con codo, no solo comencé a temblar... también tuve muy claro que semejante cocktail únicamente podía saldarse con un éxito colosal. Y así es como fue. Éxito que celebro y encuentro de sobras merecido. Era un concepto del todo fresco y original, estaba cantado que iba a funcionar. Y por todo eso, también recuerdo que les comenté a mis amigos que aquel era el momento ideal para publicar un libro sobre la relación de "Marvel" con el cine. Lo digo en serio, tengo testigos. No hacía falta ser un genio para darse cuenta. La historia de "Marvel" y el séptimo arte tenía que ser apasionante por tan variados ingredientes. Teníamos seriales en blanco y negro, telefilms horteras en los 70 y 80, productos video-cluberos en los 90, pelis de cierta categoría apadrinadas por grandes estudios y un final feliz con "Marvel" agarrando el toro por los cuernos y pariendo ellos mismos las pelis, con un fin de fiesta de la categoría de "Los Vengadores". Alucinante!. Un material de primera dispuesto para toda clase de paladares: Desde la del devoto del cine "trash" al amante de los "blockbusters" (y yo soy una combinación de ambos). Y un día, con la Navidad 2012 bien próxima, paso por el "Fnac" y descubro que a alguien más se le ocurrió la idea y la ha llevado adelante con toda clase de lujos (salvo por la fea portada), "El viaje del superhéroe, la historia secreta de Marvel en el cine", escrito a cuatro manos entre Iñigo de Prada y Sara G. Rodríguez y editado por "Dolmen". No tardé un segundo en pillarlo de los estantes, comprarlo y auto-regalármelo el 24 de Diciembre por la noche (y devorarlo gustosamente).
Pero antes de dedicarnos al tochito, hagamos un pequeño inciso. O dos. Mejor que sean tres: Ya os he hablado de mi modo de enfocar a los superhéroes, estén paridos en el formato que sea, como algo divertido, entretenido, épico, fantástico y con un punto inverosímil. Dicho de otro modo, que soy incapaz de tomármelos excesivamente en serio. No creo que un abuso de realismo sea positivo para ellos y, mucho menos, con una historia oscura y deprimente detrás. Digamos que no me conformo con los productos televisivos de los 60 o 70, ni mucho menos, pero tampoco con demasiada sesudez y melodrama. Para mi una cosa tipo "Los 4 Fantásticos" (la de Tim Story) estaría en el punto justo. Por eso me gustan tanto las pelis de "Marvel", porque se ajustan a mis demandas. Y por eso no me "enfado" si en ellas se apuesta por narrativas sencillas, sin profundizar demasiado en la psique de sus personajes. Soy totalmente consciente de que no es ese un punto de vista demasiado popular entre los más devotos de las viñetas. Pero es el mío. Y también cabe resaltar que no soy muy de cómics, soy mucho más de cine. Estos temas, dibujados, me llaman menos. Los prefiero en imagen real. He leído cosas, sí, especialmente de "Juez Dredd", "El castigador" e incluso el "Indiana Jones" comiquero (¡del que me hice la cole completa!), pero son casos aislados. Y ya puestos, también pienso que, por lo general, los fans de los comics de superhéroes son los más quisquillosos a la hora de juzgar las películas basadas en sus queridos personajes, tendiendo siempre a la negatividad, condicionados por la impaciencia. Vamos, que suelen rajar basándose en fotos promocionales o teasers. Luego ven la peli, lo flipan, y cambian totalmente de parecer. Resumiendo, no les hago mucho caso.
Tal vez por eso opino que en "El viaje del superhéroe" hay un exceso de sosudez y quisquillosismo cuando se analizan las películas recientes. El autor se queja mucho de la falta de profundidad de sus personajes (especialmente los secundarios), de la escasez de dramatismo y, en fin, que incluso en las críticas buenas siempre hay algún "pero". No es que no comparta sus opiniones, porque en realidad compartimos algunas muy favorables (especialmente de "Vengador", "Punisher 2: zona de guerra", "Thor", la peli del "Capi" y, evidentemente, "Los Vengadores"), pero no conecto con su modo de analizarlas y los motivos en los que basan estos mismos análisis. Aunque en general, se leen bien... salvo la de "X-Men: Primera generación", que es un auténtico peñazo.
Claro que muchas de esas críticas están enfocadas -lógicamente- desde los comics originales, comparando, buscando parecidos, conexiones y eso está muy bien, especialmente para un ignorante de las viñetas como soy yo. Sin embargo, si en lo comiquero el responsable demuestra dominar mogollón, ser una auténtica enciclopedia viviente, en lo cinematográfico (y aledaños) flojea un poco más, cometiendo algunos errores notables que no he podido evitar reproducir aquí: Afirma que el director de "Die Hard 2" era Oliver Wood en lugar de Renny Harlin (Wood era el dire de foto). Cuando se mete en el terreno del "Hulk" de Ang Lee, dice que este nunca ha tenido ninguna relación con el comic, cuando en su film "La tormenta de hielo" el chaval protagonista hace una analogía sobre su familia y la de "Los 4 Fantásticos" de la viñeta ya que, según recuerdo, de joven Lee era seguidor de sus tebeos. Aunque el error más heavy, a mi parecer, es referente al "Castigador". Como ya explicamos una vez en este mismo blog, el personaje se inspiraba notablemente en "El Ejecutor", un héroe de novela de bolsillo creado por Don Pendleton y que respondía al nombre de "Mack Bolan". En "El viaje de los superhéroes" se dice que "El Ejecutor" era un comic, no una serie de novelas, y que el autor no era Pendleton, sino "Marc Bolan".... confundiendo al personaje con su creador salvo por un detalle, que mientras el justiciero de los libros se llamaba, como decía, "Mack Bolan", "Marc Bolan" es el nombre de un famoso rockero "glam" que destacó especialmente en los 70.
Sin embargo, la mayor y más incomprensible carencia del libro entero es la ausencia de la película de "Nick Fury" protagonizada por David Hasselhoff (conocida en España como "Objetivo Manhattan" y comentada en nuestro libro "Malas pero divertidas" por el colega Aratz). Resulta curioso que, después de dedicar párrafos enteros a las versiones televisivas de "Spider-man", "Hulk" o "Capitán América", pase por alto un título tan importante para "Marvel". Y digo importante porque su guionista era David S. Goyer, quien posteriormente se encargaría de los libretos de la saga "Blade" (y dirigiría de la tercera), que fueron el renacer oficial de "Marvel" en el cine. En su "Nick Fury", Goyer ya ensayaba muchos de los aspectos estéticos y visuales (como esos trajes de cuero negro) que luego serían una constante en las siguientes adaptaciones, incluida la seminal "X-Men". Ignorando el telefilm, el autor otorga el mérito pionero a "Blade", lo que no deja de ser injusto... entre otras cosas porque aquel "Nick Fury" no estaba tan mal y, caray, porque resulta del todo incomprensible que en un libro de esta temática se pase por alto dicho título cuando incluso la versión "pirata" de "Los 4 Fantásticos" recibe un análisis en profundidad... a pesar de lo poco que aporta.
Y es que, aunque en un principio me supiera mal que todas las adaptaciones "Marvel" previas a "Blade", fueran tocadas un poco así de refilón (excepto, como decía, "Los 4 F" chungos, "Howard, el pato", el "Capitán América" de Albert Pyun y "Vengador"), también resulta lógico que el grueso se centre en su época dorada (cinematográficamente hablando), por ser la de más prestigio y porque el fan de los comics y superhéroes siempre tiende más a apreciar el cine de gran presupuesto y formato, sin saber verle el encanto al lado más oscuro y ruin del celuloide. Por todo ello, tampoco puedo quejarme... caray, si incluso hablan de la infame "3 Dev Adam" (lo que incrementa más la extrañeza de que el "Nick Fury" blanco a penas reciba el trato de pasada que comentaba).
Salvo detallitos y, sobre todo, la sesudez de algunas de sus críticas, "El viaje del superhéroe" termina resultando un libro muy interesante, bastante completo, apasionante en algunos pasajes, que aporta muchos datos de interés y se lee con bastante rapidez y adicción.