lunes, 21 de enero de 2013

EL CABALLERO DEL ANTIFAZ

En 1996 compraba la mítica revista “Pantalla 3”. En un momento dado, comenzaron a aparecer anuncios que publicitaban una película muy extraña con Paul Naschy en el reparto titulada “Científicamente Perfectos”, rodada en 16 mm y dirigida por un tal Francesc Xavier Capell que, por atípico y entusiasta, se ganó mi simpatía.
El caso es que no hará ni dos años, volví a tener noticias de él. Se ve que había tenido los cojones de adaptar al cine las aventuras de ese personaje añejo y antipático que es “El guerrero del antifaz” (pero por el que se pirra)  y lo había hecho con 200.000 Euros, tirando de subvención. Es lo máximo que pudo conseguir, ya que ningún productor osó a darle los millones que le harían falta. Pero tiró con ese dinero.
Una vez concluida, la película se pasó en la sección “Brigadoon” del festival de Sitges, que es el hogar de aquellos que hacemos “cine de mentira”, pero después pudo estrenarla en salas comerciales, muy poquitas y por tiempo muy limitado. Al no poder verla en ninguna sala de Madrid, me quedé con las ganas.
Pero ahora, cual Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como, Capell ha conseguido por sus propios medios una distribución en DVD en tiendas punteras, con su correspondiente publicidad en las revistas especializadas (cosa esta, la de aparecer en los medios, que siempre se le ha dado muy bien), así pues, no pude resistirme a adquirirla en DVD.
La película cuenta las hazañas del personaje creado por Manuel Gago, pero supongo que por problemas de derechos, finalmente se titula “El Caballero del antifaz”. El tema es que es tan confusa (en realidad hay historia, pero no soy capaz de hacer una sinopsis… algo con los moros entrando en no se donde…) como aburrida.
Bien, la osadía de Capell ha hecho que tardara en rodarla siete años y que se gaste los 200.000 euros en vestuario, caballos, maestros de armas y de artes marciales y una impresionante banda sonora, pero a nivel técnico, narrativo y de entretenimiento, el resultado es el de una película amateur, además de las más infectas, de aquellas que intentan parecer de verdad, pero en este caso especialmente, no llega. Unas pretensiones enormes, para una cosa de vergüenza ajena.
Rodada en vídeo, si no es mini-dv, poco le falta, y en Catalán, Castellano y Árabe, la película tiene un montaje básico y chabacano, con largas conversaciones intrascendentes de “habla uno, corto, habla otro, corto”, como si no supiera que se puede montar una pista de audio de un clip encima de otro de vídeo. Y es que quizás no lo sepa, váyase usted a saber.
Y de las escenas de acción, mejor no hablar… no solo por como están montadas, si no porque todos esos entrenadores que se supone tiene la película, no se por donde andan, ya que las luchas con espada y a caballo son de pena. Parece una serie de señores disfrazados dándose de palos. Tratando de crear imágenes épicas, Capell parece que está grabando los carnavales de su pueblo.
A mi entender, se podría haber hecho con ese dinero (del contribuyente, por cierto) una película bien maja en lugar de empeñarse en adaptar las aventuras del héroe del cómic, pero lo que no se puede hacer es intentar facturar una súper producción con un presupuesto mínimo. Ahora, mi pregunta es la siguiente: ¿Podría Francesc Capell haber dirigido una buena película si hubiera obtenido los millones necesarios? Mucho me temo que el resultado no iba a distar mucho de este…Y es que si no hay talento, da igual los millones que tengas. El montaje de vídeo de bodas, bautizos y comuniones del que hace gala la película, realizado por el mismo director, ratifican mis palabras.
Pero ¡ojo! no se confundan… "El caballero del antifaz" es un absoluto coñazo de 105 minutos que no hay por donde cogerla, pero eso no significa que la repudie, es más me alegro de su  existencia y sobretodo de la de su director, quien a juzgar por la insistencia de conseguir distribución y que sus películas se estrenen en cines, su entusiasmo, y según los extras del dvd (eso si, repletito y con un libreto donde críticos de distintas revistas dicen poco menos que la película es una obra maestra y le comen la polla al director a base de bien (¡¡¡¡)), Capell está convencido de que ha hecho una película extraordinaria, que si tiene algún problema es debido a su falta de presupuesto, y jamás a su incapacidad y, por ende, que se trata un de un incomprendido del cine español.
Si sus películas tienen una vida comercial, grande o pequeña, se debe únicamente a él, a la confianza en sí mismo y no a enchufes ni nada por el estilo. Todo esto sumado a su peculiar estilo y su mentalidad, le convierten en uno de esos directores outsider que tanto me gustan a mí, y es motivo más que suficiente para seguirle, venerarle y reivindicarle. No en vano me he comprado toda su filmografía en DVD. Al fin y al cabo, son estos directores los que le dan sal al asunto del cine español…
En el reparto, actores de teatro catalanes, otros claramente amateur, el propio Capell como protagonista interpretando al caballero del antifaz, y la recuperación de Mirta Miller en un cameo.
Si tienen curiosidad…