viernes, 6 de enero de 2017

STAR WARS EPISODIO VII: EL DESPERTAR DE LA FUERZA

Lo primero de todo, dejar claro que yo no soy en absoluto fan de la saga “Star Wars”. Con esto quiero decir que son unas películas que a priori me la suelen traer floja en general. Me gusta la trilogía original, pero tampoco para tirar cohetes. Me gusta, pero ni más ni menos que cualquier otra película. En cuanto a la trilogía de entre medias, es decir la de los episodios I, II, y III diré que me parecen una patata hervida. Me parecen espantosas esas tres.
Asi pues, como había visto las seis películas, decido ponerme con la primera de las nuevas, este “Star Wars Episodio VII: El Despertar de la fuerza”, y con las expectativas que  tenía puestas en ella, he de decir que es mejor de lo que parecía. Infinitamente mejor que la trilogía de entre medias, y sin embargo, infinitamente peor que cualquiera de las que compondría la trilogía original. Pero funciona ¿Y por qué funciona? Pues por el ejercicio nostálgico que es la película, ni más ni menos. Quiero decir que “Episodio VII” se sustenta gracias a la presencia de parte del elenco principal, cuyas puestas en escena, están concebidas concienzudamente para emocionar a la platea. Y sí seguimos disfrutando de la película es por ellos que, aún siendo secundarios, soportan el peso de la película y hacen que esta valga la pena. Por otro lado, en el apartado técnico, la película está inmaculada. Los efectos especiales, la infografía en general, ya ha alcanzado unas cotas de realismo que es muy difícil no vibrar con esos combates, con  esas batallas aéreas, si bien es cierto que con los criaturas de carne generadas por computadora, aún muy bien hechas, al CGI todavía le quedan años para perfeccionar esta técnica.
Pero sin Han Solo, Luke Skywalker, Leia ,Chewbacca, C-3PO y R2D2, la película no cumple con unos mínimos. Cuando alguno de ellos no está en pantalla, que el protagonismo recae en  los personajes nuevos, esta hace aguas por una mera cuestión de carisma; no tienen nada interesante ni nada que enganche como los protagonistas de hace 40 años. Resultan de lo más sositos, desde la chatarrera, o el Trooper reconvertido, hasta el malo de la función del que no doy más datos, por no espoilear el asunto.
Por lo demás, la cuestión funciona porque no deja de ser una sucesión de clichés directamente extraídos de la trilogía oríginal; Básicamente, una sucesión de escenas que nos remiten directamente a las escenas más míticas de la saga, que se suceden sin orden ni concierto, que  como apelan a la nostalgia nos entusiasman, mientras que la trama principal transcurre en su simpleza ya que no se han roto mucho los cuernos. Cuenta la búsqueda por parte del imperio (esta vez, llamados, “La Primera Orden”) de un droide que lleva consigo el mapa que mostrará dónde está Luke Skywalker, que ha desaparecido. Por otro lado, un Trooper desertor y una chatarrera callejera  junto a Han Solo y Chewbacca, protegerán al robotito hasta las últimas consecuencias. Y así de sencillo.
No obstante, y como mola el ver a un grupo de vejestorios repitiendo el papel que interpretaron hace 40 años, merece la pena echarle un ojito, eso si, sin demasiadas exigencias.
Se deja ver, sin más.
Por otro lado, y al igual que el tono general de la película, su director, J.J. Abrahams, es un tanto sosito. Aunque la pasta en esta película está muy bien repartida y se nota los niveles de superproducción en cada uno de sus fotogramas. Pero, no es una película que el paso de los años vaya a volver mítica.
En cualquier caso, el hambre por ver a los protagonistas originales es tal, que ya se ha recuperado, en el "Spin Off" “Rogue One, una historia de Star Wars”, a Darth Vader y otros tantos personajes míticos, aunque sea recurriendo a la más infecta infografia.
Veremos en que deriva la franquicia.
Por lo que respecta a esta, pues bueno, sin rompernos la camisa, está entretenida y hasta es emotiva. Pero nada más.