Asi pues, como había visto las seis películas, decido
ponerme con la primera de las nuevas, este “Star Wars Episodio VII: El
Despertar de la fuerza”, y con las expectativas que tenía puestas en ella, he de decir que es
mejor de lo que parecía. Infinitamente mejor que la trilogía de entre medias, y
sin embargo, infinitamente peor que cualquiera de las que compondría la
trilogía original. Pero funciona ¿Y por qué funciona? Pues por el ejercicio
nostálgico que es la película, ni más ni menos. Quiero decir que “Episodio VII”
se sustenta gracias a la presencia de parte del elenco principal, cuyas puestas
en escena, están concebidas concienzudamente para emocionar a la platea. Y sí
seguimos disfrutando de la película es por ellos que, aún siendo secundarios,
soportan el peso de la película y hacen que esta valga la pena. Por otro lado,
en el apartado técnico, la película está inmaculada. Los efectos especiales, la
infografía en general, ya ha alcanzado unas cotas de realismo que es muy
difícil no vibrar con esos combates, con
esas batallas aéreas, si bien es cierto que con los criaturas de carne
generadas por computadora, aún muy bien hechas, al CGI todavía le quedan años
para perfeccionar esta técnica.
Pero sin Han Solo, Luke Skywalker, Leia ,Chewbacca, C-3PO y
R2D2, la película no cumple con unos mínimos. Cuando alguno de ellos no está en
pantalla, que el protagonismo recae en
los personajes nuevos, esta hace aguas por una mera cuestión de carisma;
no tienen nada interesante ni nada que enganche como los protagonistas de hace
40 años. Resultan de lo más sositos, desde la chatarrera, o el Trooper
reconvertido, hasta el malo de la función del que no doy más datos, por no
espoilear el asunto.
Por lo demás, la cuestión funciona porque no deja de ser una
sucesión de clichés directamente extraídos de la trilogía oríginal;
Básicamente, una sucesión de escenas que nos remiten directamente a las escenas
más míticas de la saga, que se suceden sin orden ni concierto, que como apelan a la nostalgia nos entusiasman,
mientras que la trama principal transcurre en su simpleza ya que no se han roto
mucho los cuernos. Cuenta la búsqueda por parte del imperio (esta vez, llamados, “La
Primera Orden”) de un droide que lleva consigo el mapa que mostrará dónde está
Luke Skywalker, que ha desaparecido. Por otro lado, un Trooper desertor y una chatarrera
callejera junto a Han Solo y Chewbacca,
protegerán al robotito hasta las últimas consecuencias. Y así de sencillo.
No obstante, y como mola el ver a un grupo de vejestorios
repitiendo el papel que interpretaron hace 40 años, merece la pena echarle un
ojito, eso si, sin demasiadas exigencias.
Se deja ver, sin más.
Por otro lado, y al igual que el tono general de la película, su
director, J.J. Abrahams, es un tanto sosito. Aunque la pasta en esta película
está muy bien repartida y se nota los niveles de superproducción en cada uno de
sus fotogramas. Pero, no es una película que el paso de los años vaya a volver
mítica.
En cualquier caso, el hambre por ver a los protagonistas
originales es tal, que ya se ha recuperado, en el "Spin Off" “Rogue One, una
historia de Star Wars”, a Darth Vader y otros tantos personajes míticos, aunque
sea recurriendo a la más infecta infografia.
Veremos en que deriva la franquicia.
Por lo que respecta a esta, pues bueno, sin rompernos la camisa, está entretenida y hasta es emotiva. Pero nada más.