"Teenagers battle the thing" era una de tantas costrosas "monster movies" paridas en 1958 esperando sacar tajada a la entonces imparable oleada de las de su especie. Y como muchas de aquellas, estaba hecha en plan independiente con tres reales, muy poco talento, imaginación menos cero y escasas ideas frescas. De hecho, que en el título se haga directa mención a los "teenagers" (público potencial para esta clase de subproductos) y a "the thing" (La Cosa, es decir "El enigma de otro mundo") tiene máximo sentido como vemos al ojear el argumento: Unos jovenzuelos comandados por su profe descubren una gruta durante unas prácticas de arqueología. En el interior se topan con un troglodita momificado, metido en un bloque de arcilla. Se lo llevan hasta una casa donde revivirá y comenzará a liarla.
Como todas las series z del estilo, "Teenagers battle the thing" es un rollo tremebundo que se nutre de un 80% de diálogos. 40% son chuminadas y el otro 40 auténticas lecciones de historia que el guionista leería en algún manual. Todo en blanco y negro, una estética acartonada, un monstruo ridículo y el personal moviéndose a medio gas, desganadísimo. Sin embargo, esta vez se hizo justicia y la película prácticamente ni se estrenó. Como mucho, en un cine de la región donde vivía el director, Dave Flocker, que en los USA equivale a 50 visionados de un vídeo en YouTube (como los que solemos tener nosotros, mismamente)
Pasan unos años y en 1975 al amigo Flocker se le ocurre la idea de su vida, ¿y si recupero del garaje esa película fracasada que hice en mi juventud, le añado material nuevo para ponerla al día, la firmo con seudónimo (el de Don Fields) y la relanzo como TV movie en busca de unas pocas ganancias extra? De esta guisa, teniendo en cuenta que "Teenagers battle the thing" duraba solo una horita (eterna), el director-por-un-día rueda media más. En esta aparece un monstruo atacando a una chica y un par de leñadores pero, sobre todo, se centra en un aula escolar donde un profesor da toda una lección sobre criptozoología a un puñado de chavales con looks setenteros (chollas y patillas enormes). En aquella época se llevaba mucho el tema del bigfoot, así que Flocker convierte a su troglodita loco en esa misma criatura, titulando al resultado final "Curse of Bigfoot" (con un "The" delante según la edición). Además, se marca la machada de mentar dos hits del momento, "El Exorcista" y "Tiburón" y recupera al actor que daba vida al profe en la peli del 58, quien se presenta ante los alumnos como un hombre traumado por su experiencia (que, deducimos, fue una sobredosis de modorra, ya que en aquella poco le vemos sufrir). Una vez comienza a contarla, pasamos al consabido flash-back que es, lo han adivinado, una versión a color y calidad de imagen bastante desmejorada de "Teenagers battle the thing". Y eso es todo.
Obviamente, añadir 30 minutos chaposos a 60 ya de por sí chaposos, no arregla las cosas. Más bien al contrario. Y, como se suele decir, es más interesante la historia que hay tras la película que esta -motivo real por el que me he puesto a escribir la reseña- Ahora que ya la conocen y, tal vez , han sonreído durante la lectura, pueden olvidarse de "Curse of Bigfoot" (y la otra). Créanme, se harán un gran favor.