lunes, 16 de agosto de 2010

BATES MOTEL

Corríjanme si me equivoco, pero ¿no se llamaba "El motel de Norman" esta película en nuestras Españas?. Han pasado muchos años, y no logro agenciarme ningun dato fiable al respecto, pero me suena un huevo. Otro caso más (por suerte no son demasiados) de título ignorado voluntariamente por mi persona en el momento de su lanzamiento. Lo vi tropecientas veces en las estanterías, pero nunca jamás lo alquilé. Y lo atribuyo a un sexto sentido, puesto que se trata de un telefilm y yo, por norma, suelo aborrecerlos. Sin embargo, ayer noche lo degusté no sin cierta nostalgia, y esto es lo que he podido sacar del pitote...
Norman Bates es llevado a un psiquiátrico, donde entabla una relación casi padre/hijo con un chavalín también allí ingresado. Pasan los años, Norman la palma (sí, en esta muere sin salir del encierro) y deja su legado al crío, ahora más crecido y con una espantosa mueca de loco peligroso. Cuando hablo de su legado me refiero, obvio, al hotel donde ocurrió todo. El afortunado, junto a un grupo de variopintos amigos, pide un préstamo y lo convierte en un lugar nuevo y lleno de vida (incluso mete un bar). Paralelamente a esto, y sin prestarle mucha atención, tenemos una sospechosa silueta asomando desde la ventana de lo que era la habitación de la señora Bates.
Bien, todo eso suma una hora de metraje resuelta como en los buenos telefilms. Sosa, correcta, limpia, anodina... sin muertes, ni terror, ni sangre, ni nada de nada de nada, aunque lo suficientemente soportable para verla con agrado. Pero "Bates Motel" es el episodio piloto de una serie que nunca cuajó, y su estructura iba a ser la de contarnos las trifulcas de los diferentes clientes que decidían pasar una noche en tan enigmático lugar. Así pues, y a modo de demostración, la peli desvía su interés, deja a los personajes principales de lado durante 25 minutos y nos cuenta la aburrrrrrrrrrrrrrida historia de una tía que se quiere suicidar pero es "salvada" por los fantasmas del pasado que le hacen redescubrir el amor por la vida (¡buenos sentimientos!)... buaaargh!!!. Horrible. Espantosa. Olvidable.
Pasada esta tortura, regresamos a la trama inicial, que se acelera hasta su atolondrado y absurdísimo desenlace, donde aparecen dos impostores disfrazados de la madre de Norman, muy bien caracterizados, y sin que no la palme ni el malo de la función, se acaba. Eso sí, mensaje final incluído del nuevo dueño del motel hablando a cámara cual Rod Serling.
Revoloteando entre los protas, los muy televisivos Bud Cort (yo lo conocía por su divertido papel de doctor en la mítica "Hysterical") y Lori Petty, tenemos algunos rostros razonablemente populares como los de un jovencillo Jason Bateman, Moses Gunn ("Amityville 2"), Robert Picardo (habitual en los repartos de Joe Dante) y el eterno secundario Gregg Henry (estuvo en "Payback" junto a Mel Gibson).
¿Veredicto?, es curiosa para UN ÚNICO visionado. Luego la borras.