sábado, 7 de agosto de 2010

UN PADRE EN APUROS

Ayer me sentí levemente avergonzado después de revisar esta peli. ¿Motivo?, en su momento me gustó y me divirtió mucho, por ello la conservaba en una cinta de vhs. Decidí volver a verla y para cuando terminó, me pregunté: "¿Pero cómo es posible que te gustara tanto esta chorrada inmensa?". Vale, no voy a decir ahora que es una basura y tal, no, está simpática y para un escaso rato de evasión (llega a 90 minutos por los pelos) no viene mal... pero sí, es una tontada como un piano.
El típico padre obsesinado con su trabajo y que tiene olvidado al típico hijo repelente, decide compensarle comprándole para Navidad un muñeco del superhéroe televisivo de moda, "Turboman". Sin embargo es el juguete más vendido de la historia y lograr agenciarse uno es casi tarea imposible. Ello hará que el pobre hombre se meta en los líos más inverosímiles. En aquellos tiempos (1996), Arnold Schwarzenegger estaba en el peor momento de su carrera (entre "Eraser" y "Batman & Robin") y comenazaba a perder su brillo de estrella intocable. El hostión que supuso "El último gran héroe" puso punto y final a su "mandato" (en taquilla, digo) y aunque aún produciría algunos éxitos, nada sería como en sus mejores tiempos. No tengo datos fiables, ni me apetece buscarlos, pero diría que el intento de revivir antiguas y notables aportaciones de chuache a la comedia como "Los gemelos golpean dos veces" que es "Un padre en apuros" no dio muchos beneficios.
Se trata de la típica comedieta confeccionada para las clases medias/altas de los Estados Unidos. Padre super-currante que habita un blanco suburbio ama sin condiciones a su preocupada mujer/maruja y a su hijo maravilloso. Los "malos" de la función son un padre soltero que intenta beneficiarse a las esposas de los demás y tiene, ¡oh pecado!, un hijo repelente y que es, claro está, gordo y un negro que curra de repartidor de cartas y bebe porque se siente un fracasado (también padre soltero... ¡la maldad concentrada!). Casi toda la acción se desarolla a base de grandes almacenes y un navideño desfile final. Naturalmente el The End es asquerosamente y forzadamente feliz (salvo la coña del final de los créditos, muy potable).
Da la sensación que, originalmente, el guión de "Un padre en apuros" debería ser mucho más mordaz y transgresor, satirizando a las clases medias y su compulsivo consumismo, pero que fue comprado y ultra-suavizado para lucimiento de su protagonista, el amigo Arnaldo. Lo digo porque a ratos se dejan ver esos toques provocativos, como el discurso del personaje del cartero sobre la manipulación que las empresas jugueteras ejercen sobre sus hijos o la mejor secuencia de toda la película, la secta de Papa Noeles que viven de estafar y vender bajo mano, lo que permite un gracioso cameo a James Belushi.
El resto, humor chorra y algo de slapstick (reconozco que la primera vez que la vi me partí de risa cuando el chuache, vestido de superhéroe, intenta dominar su cohete-turbo sin mucho éxito... ya ven, si es que en el fondo soy un puto crío) para una peli de esas tipo McDonalds, de consumo ultra-rápido, pim, pam, hola y adiós. Ya saben.
Eso si, Don Schwarzenegger está peor que nunca!!!.