jueves, 19 de agosto de 2010

GAMER

Neveldine y Taylor sorprendieron con la loca Crank, no lo hicieron tanto con la loquisima Crank High Voltage, y con Gamer reafirman algunas de sus señas de identidad pero desgraciadamente la película aburre. Me atraía mucho el argumento, en un futuro próximo podemos controlar a otros humanos como a un SIM o avatar de videojuego cualquiera. El creador de tal adelanto consigue llegar a un acuerdo con el gobierno para organizar juegos de guerra en los que los reclusos sean los avatares a controlar y masacrar. El recluso avatar que consiga superar 30 combates sin morir sera libre, algo así como Cuando Perseguido conoció a Jhonny Mnemonic. No solo el avatar gana, sino que el jugador que lo controla se convierte en una especie de superestrella, y como ocurriría en la vida real, Simon el que controla a Kable (Gerard Butler) es un chaval de 17 años. Todo lo que es el entorno del juego esta muy bien desarrollado, pero el resto de la historia, lo que realmente debería de enganchar, es un puto desastre.
Kable esta muy cerca de conseguir las 30 victorias, pero el creador del juego, un tal Castle, interpretado por el prota de la serie Dexter, y que aquí pone la misma cara de panoli, no quiere que salga vivo por los secretos de la megacorporación que Kable conoce. A su vez Kable, que realmente se llama Tommy desea con todas sus fuerzas salir de la cárcel para poder volver junto a su esposa e hija.
Cámaras al hombro, ángulos imposibles, giros de cámara espectaculares, todo lo relacionado con esto es lo que los directores saben controlar, y es de lo poco con lo que disfrutara el espectador. Los actores justitos y gracias. Acción hay, no es un exceso pero la que hay deja satisfecho, salvo en algunas escenitas que estarán rodaras por una segunda unidad en las que no se ve casi nada por el montaje videoclipero. Y digo que sera una segunda unidad porque salvo ese par de escenas las demás están muy bien rodadas para que no perdamos detalle.
Como jugador que soy, aunque cruel yo jugaría a Slayers, el juego de la película, como espectador hubiese preferido ver otra de las doscientas películas que aun tengo pendientes.