lunes, 9 de agosto de 2010

PUPPET MASTER: AXIS OF EVIL

La décima entrega de esta ya longeva saga (iniciada en 1989) tiene tantos puntos a su favor, como los tiene en contra.
Es curioso. En pleno 2010, y en mi ingenuidad, pensaba que con este PUPPET MASTER: AXIS OF EVIL, me iba a encontrar una actualización de los personajes, quizás una nueva película un pelín más currada, un regalito actual para el nutrido grupo de fans… Pero no; el señor Band, no tiene ni el más mínimo respeto por sus personajes-insignia, aquí de lo que se trata es de sacar pasta, mucha y rápido, y sabiendo que los fans, como tales, comprarán el dvd sea como sea la película, ¿Para qué currárselo entonces? Así que contrato a Decoteau, que hace pelis como churros, y doy más de lo mismo, pero mucho peor. Eso si, en la página web de Full Moon, packs, cofres, ediciones especiales con camiseta y Trading cards, que no falten… todo un arsenal de mechadising, ¡para una película que es una puta mierda! Pero por otro lado, ¿Qué película de esta saga no es una mierda? Es más desde la sexta THE CURSE OF THE PUPPET MASTER (JUGUETES ASESINOS se título aquí) y con la excepción de PUPPET MASTER VS. DEMONIC TOYS, que se sale un poco de madre, por aquello del “Crossover”, todas llevan la misma línea que esta: Los muñecos son los buenos (que hasta la tercera eran los malos), el ritmo es lento y los asesinatos nada del otro mundo. Y ¿para qué hablar del Gore? Este es casi inexistente.
O sea (y esta es la parte buena) que se mantiene fiel a lo que es la saga, nada de florituras, las putas marionetas mal moviéndose por ahí, y listo ¿Para que más?, pero es que en esta en concreto, el espectador tiene que enfrentarse a una hora de insustancial “bla, bla, bla” y a diez minutos de marionetas, menos animadas que de costumbre. Así que sin despeinarme, digo que estamos ante la peor película de la saga. Y encima, tienen la poca vergüenza de taparnos la boca con la presentación de una nueva marioneta, como diciendo “Si, ya sabemos que esto es una mierda, pero mirad, ¡Os traemos una nueva marioneta, no os olvidéis de comprar la replica y completar vuestra colección!” El bichejo en cuestión es, encima, el menos atractivo de los Puppet Master, un Ninja, con la sangre del hermano del protagonista dentro, que lanza estrellas Ninja.
Y como en esta Saga, no hay un orden cronológico, se saltan a la torera las fechas, volvemos atrás en el tiempo, a los años treinta, la película empieza, justo en el flash-back de la primera película donde se suicida André Toulong, presentándonos a un joven amigo del titiritero que se hace cargo de las marionetas tras su muerte. En un inicio potente, que augura una película entretenida (no acaba siendo así), y en un alarde de frugalidad, resuelven los primeros diez minutos de película, reaprovechado material usado y (descartado también) de la primera película, mezclándolo con lo rodado hoy, quedando todo guay, para luego dar paso a los títulos de crédito, y ya la película se va a la mierda.
Este joven amigo de Toulong, planea matar a los asesinos de su amigo, aprovechando que estos, Nazis que se han aliado con unos Japoneses (¡) van a poner una bomba en un sitio y el sabe cual es. Como tiene las marionetas, estas le ayudarán. Esta es la estúpida premisa de esta décima película que, para terminar, según la vamos viendo, tenemos que hacer esfuerzos para recordar que están en los años treinta, de lo mal ambientada que está.
Y si en la primera película, el papel de André Toulóng lo interpreto William Hickey y en el resto Guy Rolfe, en esta, vuelve a ser William Hickey quien lo interpreta… ¡y eso que está muerto! ¡Menudos sinvergüenzas los Band y la Full Moon!