Un grupo de aficionados a los realitys, que se dedican a ir a castings de programas del tipo de “Gran hermano”, es secuestrado y llevado a la fuerza a las puertas de una prisión. Una vez allí, un individuo les explica que les ha traído ahí, con el fin de comenzar el nuevo reality “The Task”, en el que deberán pasar la noche dentro de la cárcel abandonada, la cual encierra consigo ciertas leyendas sobre los presos allí ejecutados.
Una vez dentro, los concursantes deberán pasar una serie de pruebas fantasmales. Obviamente, está todo preparado por el equipo que prepara el reality, pero como no podía ser de otra manera, resulta que efectivamente, algo de cierto hay sobre las leyendas que circulan sobre esa cárcel.
Puesta de largo del director novato Alex Orwell, para la gente del After Dark Fest, que se pasa al mundo de la producción de cine barato con esta película.
Desde luego, no es un debut brillante. Es mas, no llega ni a flojo.
Todo ello está rodado muy a la ultima, con un ritmo ultra rápido (¿Qué les pasa a los debutantes con la velocidad?) y con una fotografía muy colorida, cosa esta que, por descontado, afecta a la trama a la hora de meternos miedo. De hecho, los momentos que han de trasmitir tensión, trasmiten tedio, y hay planos eternos, como uno en particular, en el que el grupo de chavales huye de unos extraños ruidos y la escena se alarga hasta la desesperación.
Por otro lado, tengo mis dudas acerca del grupito de adictos a los realitys. Cada uno de ellos representa un estereotipo: El gay, el negro mazas, la súper dotada, la rubia tonta… ¿está ironizando la película con este tipo de personajes, o estos son así de forma independiente? Sea como fuere, la galería de personajes es tan obvia, y se hace tanto hincapié en mostrarnos sus perfiles que causa hasta cierta vergüenza ajena.
Aburrimiento a mansalva, mucho tempo muerto y mucha, mucha previsibilidad, tras una puesta en escena bastante prometedora. Y el verdadero terror (que es más bien poco), no llega hasta cinco minutos antes de acabar la película.
Quizás la peor película de terror de lo que llevamos de año, a la que, sin embargo, acompaña uno de los carteles mas chanantes (y engañosos) de cuantos he visto últimamente.