martes, 2 de agosto de 2011

INVITACIÓN AL INFIERNO

Ya hemos hablado con anterioridad de las constantes crisis que ha sufrido la carrera de Wes Craven desde que arrancara por ahí el año 1972. De hecho, ahora mismo se encuentra metido de lleno en una de ellas, y parece que esta vez no va a salir (después de "Almas condenadas", no merece menos). Pero en los 80 la cosa era bien distinta. Concretamente, entre "Las colinas tienen ojos" y la legendaria "Pesadilla en Elm Street", Craven esputó un par de telefilms, "La cosa del pantano" (ouch!) y "Bendición mortal" (zzzz). Dentro del grupo de las primeras, destaca esta "Invitación al infierno". De hecho, puede que sea lo más interesante parido por el realizador en tan deprimente etapa.
Un científico y su familia se trasladan a vivir a un blanco y bonito suburbio típicamente americano. El motivo es un curro nuevo que le ha salido a él (¡por enchufe!), concretamente la construcción de un traje espacial destinado a los astronautas que conquistarán Venus (???). Al principio todo es buen rollo, pero poco a poco las cosas comienzan a complicarse cuando al prota le insisten en que debe entrar a formar parte de un ultra-selecto club si quiere escalar puestos en la empresa. Él, que es muy honesto, se niega, pero su mujer... que es mujer, se apunta. Pues bien, resulta que el dichoso club esconde una entrada al mismísimo infierno, y todo aquel que forma parte de él es condenado para toda la eternidad. El científico se meterá en su super-traje dispuesto a salvar a los suyos.
Interesante propuesta. Lástima que haga inevitable gala de todas las miserias y torpezas propias de lo que era un telefilm en aquellos tiempos. Es ante todo sosa, estéticamente plana, light en cuanto a violencia/sexo y, claro, cargada de moralina (¡hay que salvar los valores familiares, por dios!). Sin embargo, lo original y simpático de su trama, su ritmo soportable y su colorido reparto la hacen digerible.
Dentro de este último grupo, tenemos de todo: El gran Robert Urich (poli malo en "Harry, el fuerte", co-prota en la serie "Los hombres de Harrelson") es el científico. Joanna Cassidy (la tipa de la serpiente de "Blade Runner", también presente en la Carpenteriana "Fantasmas de Marte") es la esposa. Su colega del curro lo interpreta Joe Regalbuto (el mecánico de "El halcón callejero"), su jefe no es otro que el inolvidable Kevin McCarthy. Los niños también deparan sorpresas, por un lado Barret Oliver, prota de "D.A.R.Y.L" y por otro, Jason Presson, el chico conflictivo de "Exploradores". Finalmente, y por marcarse una fardada, tenemos a Nicholas Worth (el psycho-killer de "No responda al teléfono") de segurata cabrón. Según IMDB también ronda por ahí el mítico Michael Berryman, pero no supe verlo (¡¡y mira que destaca, el tío feo!!).
En el apartado técnico sobresale, ni más ni menos, Dean Cundey en cuestiones fotográficas, el reputado operador de John Carpenter y Steven Spielberg... que para la ocasión no se lució mucho.
Ese mismo año, 1984, Wes Craven lograría escapar de su propio infierno televisivo con la primera entrega de las aventuras de Freddy Krueger.