
El guión lo firma John Sayles, padre también de los libretos de "Aullidos" y "Piraña", director "indie" en su tiempo libre y declarado fan de Ingmar Bergman y Jackie Chan (eso es cinefagia, concho!). El director, Jimmy T. Murakami, se haría especialmente popular después con su deprimente película de animación "Cuando el viento sopla". Fue durante el rodaje de este film cuando unos jovenzuelos James Cameron y Gale Ann Hurd, quienes curraban en diferentes departamentos, se conocieron, se enamoraron y comenzaron a plantearse proyectos conjuntos... todos ellos futuros y conocidos clásicos. El co-montador, Allan Holzman, dirigiría después "Galaxia prohibida" o "Retaliator, programada para matar". La excelsa música pertenece a James Horner, con un curriculum de peso en el que destacan "Commando", "Aliens", "Jumanji", "Deep Impact" o "Avatar".
Yo la vi de chaval en el cine, y claro, por edad pues me gustó y tal. Vista hoy mismo, puedo decir que funciona como entretenimiento tontuno y amable, no está del todo mal parida (quizás su punto flaco sea el montaje de las batallas, en las que a ratos te pierdes por completo) y la galería de personajes resulta del todo entrañable, como esos marcianos blancos que comparten una misma personalidad, el lagarto que desea zamparse a la chica de la peli, la tremebunda amazona eternamente cachonda o el desastrado vaquero espacial. El reparto está a la altura: Robert Vaughn (que también estuvo en "Los siete magníficos" donde, básicamente, hacía el mismo personaje), John Saxon como el divertido "Darth Vader" de la función, George Peppard empinando el codo todo el rato (algo que, creo, también hacía en la vida real) y la siempre sabrosssssa Sybil Danning.
Fue una de las producciones más caras del amigo Corman, tal vez por eso luego se pasara media vida reciclando las imágenes de naves interestelares (y la música) para muchas de sus futuras producciones de ciencia ficción (barata).
Inevitablemente simpática.