miércoles, 24 de agosto de 2011

ADIOS TIBURON

En 1996 ya separados “Martes y 13”, Josema Yuste, se creía que en solitario se iba a comer el mundo, y para ello nada mejor que demostrarlo con una película en la que lucirse, lejos de esa lacra que para el era el gran Millán Salcedo. Y con el ¿saber hacer? Del director Carlos Suárez, director de MAKI NAVAJA, EL ULTIMO CHORISO, y hermano del prestigioso Gonzalo Suárez, se rodó ADIOS TIBURÓN. La película fue un fracaso absoluto y la carrera de Josema Yuste, ya no volvió a ser la misma. Lástima que para Millán Salcedo tampoco, aunque este al menos, mantuvo su dignidad dedicándose al teatro.
Es lógico que ADIOS TIBURÓN, fuera un fracaso; es una película torpe, lenta, cruda, elementos estos que el espectador medio de “Martes y 13”, no sabría apreciar de ninguna manera. Además, que las cosas como son: “Martes y 13” era Millán. El otro era un mero comparsa.
Un broker al que le van las cosas de maravilla, decide invertir todo en el laboratorio de un “Mad Doctor” que ha creado un fuerte fármaco que cura la depresión (Que curioso en EL ORIGEN DEL PLANETA DE LOS SIMIOS, la mejor película de lo que llevamos de año, crean un antídoto que cura el alzheimer…), con la mala suerte de que el científico palma sin dejar la formula secreta al descubierto, por lo que lleva a su empresa a la quiebra. El broker, es despedido y despojado de sus posesiones, y en la búsqueda de una solución, acaba en un hospital donde se sucederán toda suerte de situaciones surrealistas.
Bien, antes he dicho que al publico medio, obviamente esta película les parecerá un coñazo. Y lo es, es aburrida, Josema fuerza un estilo de humor que no se le da bien, y para colmo de males, imita, impúdicamente, los chascarrillos que hicieran famosos a “Martes y 13” en su día, pero que pertenecían a Millán.
Pero a mí, ME HA ENCANTADO, precisamente por todos esos elementos que le hacen ser una mierda, y por las cotas de surrealismo, algunos dirían (en el mejor de los casos) que deudoras de Jardiel Poncela, yo digo que fruto de la casualidad mas absoluta, y que consiguen que una película que pretende tener un humor mas o menos inteligente, deje a un lado todo elemento gracioso y resulte ser un producto de lo mas sórdido. Y todo ello gracias a la falta de medios. La ambientación por ejemplo. No hay nada más lúgubre que el despacho en el que despiden a Josema, con una mesa de madera y ni un puto cuadro. La iluminación, que yo diría que es natural, le da a la película entera un aspecto raro. Está todo oscuro, como si siempre fuera de noche, máxime en las escenas del hospital, que es en casi toda la película, que podrían pertenecer a cualquier Slasher ochentero, solo que cambiando los acuchillamientos por carreras en silla de ruedas por los pasillos. En definitiva, que a la película le falta el canto de un duro para producir mal rollo.
No me olvido de la horrorosa banda sonora a base de sintetizador barato, cuando no, el tema principal de la película, una canción salsera horripilantemente interpretada por el propio Josema.
En el reparto, además de su egocéntrico protagonista (con cara constante de estar renovando el humor español con esta película) tenemos a José Sazatornil en un doble papel, Quique San Francisco, Benito Pocino, Ane Igartiburu (con la voz doblada), Remedios Cervantes (doblada también), El entrañable abuelito Lazaro Escarceller (el abuelo del Maki) y a un memorable Agustín González, haciendo de Agustín González, y comparsa de las sandeces sin gracia de Josema.
Una película mas rara que un pie, solo recomendable para amantes del cine mas extremo, que destila suciedad por cada uno de sus fotogramas, y que hay que reivindicar, porque en el fondo, y a pesar del olor a mierda, es, en cuanto a trama, formas, maneras, olores, texturas e intenciones, única en el cine Español.