sábado, 26 de noviembre de 2011

ELIMINATOR

Hasta la llegada de J.R.Bookwalter, Tim Ritter era el rey del "horror amateur". Por lo visto escribió el guión de "Eliminator", originalmente titulada "Truth or Dare?: A Critical Madness", con tan solo 17 años. Lo presentó a los dueños de una cadena de video-clubs que aceptaron producirlo. Cuando se enteró de la lista de probables directores, se negó a cederles su obra y se auto-impuso como tal (para entonces contaba 18). Por lo visto es algo que no moló a los productores, y daría problemas. Tal vez por eso en la versión que llegó a España sea uno de estos el que figura como director, Yale Wilson. ¡A saber cómo es la historia completa!. El caso es que con "Eliminator", Ritter quería crear su propio "Jason Voorhees"/"Freddy Krueger" y la cosa le salió bien, porque en su época fue todo un "hit" videoclubero que parió un incondicional séquito de admiradores y varias secuelas.
Tim Ritter tiene fama de currarse un poco más los guiones, de no ir asaco y a por chicha, que es lo que suelen hacer los realizadores de su calaña (como el amigo Bookwalter, mismamente). Por eso, aunque el gen de "Eliminator" sea el puro "slasher", el cine/videoasta prefirió variar un poco la fórmula. Así, el "Jason" de esta historia, "Mike Strauber", es un yuppie que llega a casa y se encuentra a la zorra de su mujer (que está como un queso) liada con su mejor amigo. El tipo se vuelve medio tarumba... tanto que se va de acampada con una moza imaginaria y se auto-mutila. Es ingresado en un psiquiátrico y al ser dado de alta, lo primero que hace es ir a donde está su ex e intentar cargársela. Sin éxito. De nuevo en el hospital, y de nuevo gracias a dos acompañantes imaginarios, se auto-mutila otra vez, solo que ahora es la cara. Así que se pone una máscara de cobre (¡cuidao con los rumanooos!) y aprovecha una serie de infortunios para escapar ooootra vez, armarse hasta la sobaquera e ir ooootra vez a por su ex-mujer, dejando por el camino cadáveres de toda clase: adultos, punkis que miran a cámara, viejos, niños y hasta bebés.
Todo esto rodado en 16mm por un chaval de 18 años... bastante dotado, pero no tanto. Así que la peli rezuma cutrismo por todos sus fotogramas. Actores insufribles (especialmente el que hace de asesino, cargante hasta el delirio), una banda sonora repetitiva y rayante, gore artesano, humor inadecuado y cagadas a tutiplen, como esa máscara que, aunque se supone de cobre, se deforma por efecto de la respiración de su portador, el increíble arsenal de armas (incluidas metralletas) que el psycho-killer saca de la nada o la larguísima e innecesaria secuencia en la que un poli prende fuego al sospechoso equivocado.
¿Que si te aburres? Bastante. ¿Que si te ríes? Bastante también. Hay escenas totalmente delirantes en el mal sentido. De chaval me fascinaba la secuencia de los locos, donde uno de ellos se introduce en la boca una granada que convertirá su melón en una masa de látex... perdón, de carne informe. Sin embargo, en su favor diré que, gracias a su estética descolorida y minimalista (involuntaria), el film rezuma cierto rollo malsano que a mi, en la época, incluso me incomodó y todo.
Después del éxito, Tim Ritter siguió rodando sus pelis caseras. Otra con cierto nombre es "Killing Spree". Cada vez contaba con menos dinero y medios más básicos (vamos, que acabó tirando de vídeo asaco). En el año 2004 sorprendió a propios y extraños rodando una película totalmente pro-cristiana titulada "Reconciled Through The Christ" que ha tenido muy buenas críticas (y es que, por algún extraño motivo, Ritter tiende a ser siempre muy bien considerado). Ello no le ha impedido seguir con sus historias de horror repletas de sangre, la última de las cuales es, precisamente, "Deadly Dares: Truth or Dare Part IV". Desde luego, nadie puede negar que se trata de un tipo singular y muy interesante.
Resumiendo, "Eliminator" es una ñordilla bastante apestosa que decepcionó y traumatizó a todos los que de chavales la alquilamos en el video-club... pero dentro de su contexto, no deja de ser un título curioso.
Es la tercera vez que el VHS original llega a mis manos... solo que ahora ¡¡me lo quedo!!.