En los noventa, cuando se suponía que Antonio Banderas era el embajador de nuestro cine en los USA, todos los medios de comunicación se rasgaban las vestiduras. Incluso, películas como “White river kid”, una película muy correcta que en los USA se estrenó directamente en vídeo, se estrenó en salas de España con todos los honores.
Pero como pronto se vio que Banderas se decantaba por un cine meramente comercial que nada tenía que ver con la imagen que en el resto del mundo se quiere dar del cine español, empezó a restársele importancia a medida que las interpretaciones de Banderas se volvían más y más americanas. Ahora ya no hay laureles para el Banderas embajador español en este sucio país de mierda.
Así que no es de extrañar que de una de sus últimas películas “The Big Bang”, haya tenido escasa repercusión en los medios de comunicación. Se trata de una peliculita que en algunos países se ha estrenado para cines, y que sin embargo en los USA les costó horrores conseguir una distribución. Lo consiguió durante un tiempo reducido y en muy poquitas salas, para pronto ser explotada en su medio más lógico y natural, el “direct to video”.
Y es que es una peli muy videoclubera, filmada sobre cromas de lo más chungo y un C.G.I. al rollo “Asylum” que tira de espaldas.
Muy confusa y liosa, nos cuenta la historia de un detective privado al que la policía tiene retenido. A partir de ahí se sucederán los “Flash back” en los que vamos descubriendo que es contratado por un fornido boxeador para que encuentre a una chica, que según avanza la trama, es posible que ni exista más allá de unas cartas que esta escribía a su supuesto amado. Seguimos sin enterarnos muy bien de nada, para en el ecuador de la película, ver como el detective contacta con un científico que tiene montada la de dios es cristo con el fin de crear un nuevo Big Bang o algo así. Sin espoilear demasiado, solo diré que el climax final es de vergüenza ajena.
Un revoltijo de conceptos es una cinta de ¿acción?, ¿Cine negro? del todo fallida, con trasfondo científico que a pesar del empeño de Banderas por darle carisma a su personaje y mantener un ritmo en toda esta mierda, lo único que consigue es aburrir al respetable hasta límites estratosféricos.
A destacar la engañosa carátula de dvd, En la película Banderas nunca sujeta un rifle ni va así de desaguisado, y aunque si que hay algún que otro destete, ni sale esa negra de la carátula, ni es tan tórrida como aquí se las promete. Así que si, en los usa se sigue estilando el “Explotation” caratulero. Gracias a dios.
En el reparto junto a Banderas tenemos a Sam Elliot con una melena que ya le llega hasta el cuelo en el papel de ese incidental “Mad Doctor”, a Snoop Dogg interpretando a un director de cine porno cuya presencia no aporta nada, a Delroy Lindo (“Clockers”) o a James Van Der Beek.
En las labores de dirección tenemos a Tony Krantz, cuya carrera como productor (“Área de descanso” o productos de similar catadura) es mucho más extensa que la de director, con apenas tres títulos en su haber.
Mala con sorna.