Gusta mucho, a los deglutidores de nostalgia, este especial televisivo cargado de buenas intenciones que, en realidad, lo que está haciendo es camuflar una campaña de McDonalds, de órdago, que promocionaba con esta excusa sus restaurantes a nivel internacional. Pero, desde luego, la idea no podía ser más atractiva.
“Estrellas de los dibujos animados al rescate”, además, responde a una tendencia audiovisual muy de moda a finales de los 80 y primeros 90, que son los vídeos educacionales para la prevención de la drogadicción (de los que ya hemos dado cuenta de vez en cuando por aquí), y que servían, sobre todo, para que quienes se veían involucrados en tan noble causa se colgaran una medallita. Es como cuando Maradona y Julio Alberto, futbolistas ambos que tomaban la cocaína a través de un embudo, se manifestaban en espacios publicitarios espetando “No a la droga”. Así, los detractores de la franquicia de restaurantes que se encargó de este mediometraje animado, podían llegar a pensar que, igual, esos mercaderes no eran tan malos. Esta película es una sensacionalista limpieza de cara, hablando en plata.
Así, y en una campaña de marketing maestra, se concibió este mediometraje que reunía a lo más granado en personajes de las series animadas del momento, los que lo petaban en el año 1990 en todos los canales televisivos americanos, cedidos desinteresadamente para la ocasión por sus respectivas productoras. De este modo tenemos a Los Pitufos, Alf, Garfield, Alvin y las ardillas, Las Tortugas Ninja, Los sobrinos del pato Donald (por “Patoaventuras”), Slimer de Los Cazafantasmas, Winnie The Pooh, Los Pequeñecos, Bugs Bunny y el Pato Lucas juntos en una misma película y por una noble causa: La prevención de la droga.
La producción se encargó al estudio taiwanés Wang Film Productions que tardó en realizar la película tan solo seis semanas, cuando lo normal para una cosa de estas características era emplear el doble o triple de tiempo. Dada la eficacia de la empresa, posteriormente las productoras norteamericanas les encargaron montones de capítulos de distintas series y animaciones, siendo en la actualidad uno de los estudios de coproducción más longevos y prolíficos.
Un adolescente tiene un enganche considerable a la marihuana, lo que le insta a robar la hucha del cerdito a su hermanita para costearse el vicio. Los personajes de los dibujos animados presentes en el merchandising existente en la habitación de la chica, cobran vida tras ser testigos del hurto y se ponen en marcha para intentar sacar a este muchacho de la droga. Cuando, azuzado por las malas compañías, el chaval está tentado a probar el crack, se le presentarán distintos personajes de dibujos animados que le mostrarán la consecuencia del consumo de drogas, animándole a que no lo pruebe.
Se trata de una especie de versión inspirada en el “Cuento de Navidad” de Charles Dickens (o incluso, una versión apócrifa) convenientemente remozada para la ocasión. Una cosa amena y para críos que cuenta con el handicap de tener en el mismo lugar a toda esa ristra de personajes míticos, concediéndole a la película un valor añadido; es más, diría que la temática antidrogas importa un bledo y que “Estrellas de los dibujos animados al rescate” se sostiene por la impresionante galería de personajes. Está entretenidilla pero en realidad es bastante cutre y salchichera, que de no ser por el crossover que nos propone, jamás habría tenido trascendencia alguna.
La película se emitió en Abril de 1990 simultáneamente en todos lo canales importantes de los Estados Unidos, así como en algunos locales y la televisión por cable. Además, se hacía acompañar por un mensaje alentador de George Bush, lo que lograba que el producto se tomara mucho más en serio de cara al gran público. También se editó en VHS y podía solicitarse de manera gratuita en los video-clubs o en los restaurantes McDonalds de los USA.
Por supuesto, la estrategia comercial se extendió al resto del mundo, llegando a nuestro país dos años después, en 1992, donde a la hora de emitirse no se respetó totalmente la simultaneidad, pero sí que se emitió en todos los canales de nuestra televisión, en distintos días y a distintas horas, siendo sustituido el mensaje de George Bush por el de la Reina Sofía, que con su pronunciación macarrónica del castellano, decía a los chavales que hicieran caso a estas entrañables criaturas y no se drogasen. Fue distribuida de manera gratuita en restaurantes McDonalds de España, así como la cinta es material docente para las instituciones gubernamentales o no, que luchan contra la droga. A día de hoy, las copias originales en VHS son un producto de coleccionista cotizado en las webs de venta de segunda mano.
Por otro lado, la condición de rareza de esta película viene precedida porque, a pesar del éxito que supuso en su momento, jamás volvió a emitirse o a ser distribuida y parece que se la hubiera tragado la tierra, sobreviviendo únicamente en las copias de VHS existentes de cuando se movió en su momento, o en las miles de cintas vírgenes de quienes la grabaron el día de su emisión. Esto es debido a que, aunque todas las productoras habían cedido los derechos de sus personajes, el creador de Garfield, Jim Davis, jamás había dado permiso. En su defensa, los creadores de la serie “Garfield y sus amigos”, que era la que en ese momento estaba en emisión, aclararon que en realidad Davis si había cedido al personaje para “Estrellas de los dibujos animados al rescate”, pero solo si esta película se emitía por un tiempo limitado. Así que no se volvió a saber más de ella por este motivo, que era lo acordado con Davis, y quiero suponer que por otro tipo de burocracias. Como fuere, la gracia del asunto radica precisamente en eso, en que se trata de una cosa rara que se emitió en su momento en televisión, que se distribuyó de manera gratuita con fines altruistas (y promocionales, no nos olvidemos) y de la cual nunca se volvió a saber… hasta que llegó Internet, y con él, miles de ripeos para que podamos volver a ver la película tantas veces como nos plazca.
Sin más, decirles también que si son coleccionistas, y les gustaría poseer una copia en DVD, en el mercado pirata podrán hacerse con una por pocos duros.