Billy Childish es un personaje francamente interesante. Este Inglés inconfundible lleva dándole a la música desde los lejanos tiempos del 77. Y a pesar de que también se le conoce por otras de sus muuuchas facetas creativas (sobre todo pintor y poeta, aunque también es escritor, hace tallas en madera, fotos y cortos), es en el terreno de la música donde más ha destacado, y destaca, por su extensa discografía, por su personal (y genial) modo casero y voluntariamente cutre de grabar y por la cantidad de bandas famosas ("Nirvana" entre ellas) que se han declarado fans de su música. Billy Childish puede llegar a fascinar, por su cabezonería con la que inspira a todos aquellos que nos movemos en el terreno de la "creación ajena al mainstream" (es decir, que no nos comemos un torrao comercialmente con lo que hacemos) y por su visión del punk como algo activo, creativo y sano (es "hacer cosas en tu casa"), lejos de clichés y poses. Durante mucho tiempo Childish se situaba al otro bando de lo que podríamos llamar arte pretencioso y pedante, sus creaciones eran sinceras, honestas, básicas... y así fue durante su época más punk (o más garajera), al bando de bandas como "The Milkshakes", pero sobre todo "The Mighty Caesars" o los fabulosos "Thee Headcoats", moviéndose en sellos tan auténticos y molones como "Crypt Records" o "Damaged Goods" (aunque con estos aún colabora). Aquel era un Childish provocador, punkarra, divertido y que no se tomaba demasiado en serio ni a si mismo ni a nada. Sin embargo, un mal día, deja de beber, se viste como Van Gogh, comienza a hacer Yoga y deja de ser el Childish que mola, para convertirse en pasto de intelectuales y, peor aún, putos modernos, etapa esta que "casualmente" coincide con el ridículo reportaje que le dedican en la biblia de los modernos "Mondo Brutto" (no hay más que ver videos de los conciertos de antes y los de ahora, y el look del público cambia sustancialmente).
El Billy de ahora filosofa, habla como un hippie, se codea con la creme de la creme del arte establecido y hasta su más reciente grupo, "The Buff Medways" (al que le han seguido "Billy Childish & the musics of the british empire"), suena más ñoño y sin la crudeza de sus buenos tiempos. Está bien que un artista, después de tantos años activo, se reinvente a si mismo y todo ese rollo, es admirable, la pena es el "en qué" se convierta, y en el caso de Childish, no mola. Lo más vomitivo de todo esto es ver lo ciegos que son muchos de sus seguidores... por un lado está la prensa especializada tipo "Ruta 66" que ya hablaba de él cuando era un personaje oscuro y "sucio", y que sin embargo, parece que no quieran ver ese cambio en el artista, un cambio que, afectando a otro tipo, sería duramente criticado por una publicación que, hasta hace poco, no parecía muy amiga de ciertas tendencias proto-artys (hay un ejemplo que lo demuestra. A inicios de los 90, Childish firma para Sub-pop, el sello que descubre el grunge, y una vez más se pone de moda entre modernos. Esto mismo motivó que "Ruta 66" criticara tal hecho, e incluso la banda amiga de Childish, los divertidos "Armitage Shanks", escriben una canción en la que se ríen de esa clase de "nuevos fans" que salen al rey del garaje lo-fi. Y digo yo... ¿por qué AHORA no?). En el otro bando están sus fans, incapaces de juzgarle objetivamente, elementos carentes de personalidad que como los seguidores de Charles Manson, comerían hasta la mierda que Childish cagara directa a sus gaznates. Dan asco y pena.
Todo este rollo se confirmó cuando hace poco adquirí, vía internet (y de la mano precisamente de Dick Scum, cantante de los mentados "Armitage Shanks") un dvd auto-editado que incluía varios documentales sobre la figura de Childish, siendo "Billy Childish vs. Dr. X" de Andy Crabb el que lo encabezaba y daba nombre. Hecho en video y Super 8, este docu retrata la mejor época del artista, e incluso resulta fascinante, por su estética abiertamente amateur y casera, que contrasta con los otros reportajes, todos producciones de la BBC, tope de estandarizados y que ven a Childish como un "bicho raro". En cambio en "Dr.X" eso se pasa por alto... se nota que lo realiza gente que entiende el tema, lo aprecia de verdad y lo ve desde dentro, haciéndole preguntas simples y directas, sin las florituras pretenciosas de los otros reportajes. Eso por un lado, por otro, lo que más mola, es que vemos al Billy Childish de los 90, al más punk, al más provocador, al más "cutre", garajero y lo-fi (en un momento se le ve leyendo sus poemas, y todos están en libritos auto-editados) y, lo más importante, el Childish más divertido (él mismo se pregunta si "¿Te editas a ti mismo porque nadie más quiere sacar tu basura?"). Eran los tiempos en los que sacaba discos y libritos a porrillo con su propio sello, Hangman, material creado por él y sus amigos de modo totalmente casero y que hacían gala de unos diseños feistas y crudos realmente bonitos. ¡¡Que diferencia verle luego tope de estirado con su look Van Goghiano, codeándose con el mainstream y filosofando sin parar!!. Una pena.Como detalle final, mencionar que tanto en "Dr.X" como en uno de los reportajes de la BBC sale el singular socio de Childish, Sexton Ming. Divertido elemento este que protagoniza un cortito de super 8 simpatiquísimo titulado "Slap of the Wild Belly", firmado por el mismo Billy.