sábado, 7 de junio de 2008

COMEDOR DE HUESOS

La ultima película de Jim Winorsky es este telefilm (con todas las de la ley) en el que, por lo visto, le han escatimado la pasta más que nunca. Pero eso para este hombre no es problema. Si hay que hacer una peli con tres pesetas, pues se hace. Un slasher sobrenatural en el que no hay ni gota de sangre. Nada , cero.
Unos obreros de la construcción, haciendo oídos sordos a la advertencia de que están cavando en un cementerio indio y podría traer sorpresas desagradables, se encuentran unos huesos atravesados por una lanza. Estos se convierten en un esqueleto gigante, que dará cuenta de todo aquél que ose hacer hoyos en aquellas tierras.
Vamos a ver, la peli es mala de pelotas, pero está entretenida. Sobretodo son divertidas todas las apariciones del esqueleto, que tiene una pinta muy cómica, con sus plumas en la cabeza que son huesos también. No hace falta decir que está confeccionado en un CGI que provoca diarrea mental.
Las muertes son una estafa, ya que cuando el esqueleto alcanza a una victima, lejos de arrancarle la cabeza, morderle o simplemente acuchillarle, lo hace desaparecer ¡y se quedan tan panchos! Si lo único que podía tener interés de esta peli eran sus asesinatos, aquí, supongo que por la falta de pasta, directamente se los cargan, con lo que continuamos el visionado preguntándonos por qué. Pero es que se deja ver con agrado, y todos estos puntos en contra, al final son un aliciente.
En definitiva, una peli de terror sin sangre ni terror.
Protagoniza un William Katt que sobrepasa los 50, venido a menos y aceptando cualquier cosa que le ofrezcan.
Por cierto, en esta peli nadie come huesos.