Puede que muchos recuerden a Olaf Ittenbach por sus contribuciones a lo que en los 90 se dio por llamar ultra-gore Alemán, o dicho de otro modo, vídeos caseros cuyo único mérito, y punto de interés, era su desmedida fijación por explotar la sangre y las tripas, incluso sobrepasando la línea de lo "normal". Francamente, siempre consideré que era una ful, el gore me mola como parte de una trama, pero como único motivo, no, porque por lo general sus responsables demuestran mínimo interés en el resto de lo que hacen, y aburren hasta las cabras. De toda esa legión destacó por méritos propios el Sr.Olaf, quien parecía tener algo más de capacidad que el resto de sus compañeros de generación (Jörg Buttgereit no cuenta, era demasiado pedante, y Andreas Schnaas fue, y sigue siendo, uno de los realizadores más incapaces de la historia del género... pero no me pregunten por el resto de la lista). La prueba la tenemos en que, con los años, el muchacho ha acabado integrado, si no en el horror mainstream, desde luego en algo muy parecido, facturando producciones que, aunque explotan el gore y la crueldad, están bien lejos de los tiempos excesivos de "Black Past" o "Burning Moon".
"Dard Divorce" cuenta la retorcida historia de un tipo divorciado que aprovecha una situación delicada en la que se mete (robar farla y dinero a unos traficantes) para putear a la mujer que lo despechó (Martina Ittenbach, esposa del dire y actriz horrible). O eso es lo que yo he entendido, porque o soy muy lerdo (lo que es posible, ya que al cine voy a que me entretengan, no a pensar) o Ittenbach quiere meterse tantas medallas con el guión, que al final se pierde.
Hay quien creerá que cuando Eli Roth hizo "Hostel", se limitó a "robar" lo que algunos de los realizadores ultra-gore germanos habían hecho previamente en formatos caseros y desde la más radical "independencia", es decir, mostrar las más atroces torturas por el placer de hacerlo (lo que no es para nada fiel a la verdad, a fin de cuentas Ittenbach, Schnaas y los otros mangaron del gore italiano y el exploitation de los 70 en general), sin embargo, ahora se da la vuelta a la tortilla y es el mismo Olaf quien se inspira muy mucho en la ya algo decadente moda del "torture porn", metiendo en la confusa trama toda suerte de castigos corporales, pero que, y eso sí que me sorprende, se quedan bastante lejos de lo que pudimos ver en los dos "Hostels" (de hecho, incluso le roba la estética de los posters y, como esos, miente)... vamos, que quien no haya visto nunca un film de estos, flipará, pero quien conozca las obras primerizas del realizador Alemán, se decepcionará por el tono light (para su nivel) y de hecho, se aburrirá como una ostra. No es la peor peli del colega (nada supera a la negación de "Premutos"), pero tampoco te metas prisa en alquilarla (o descargarla, malandrín).
¡Ah si!, y como comentaba Víctor, además Ittenbach se permite el dudoso lujo de imitar a un imitador, Tarantino. A fin de cuentas, lo mejor de la peli (el asesino implacable que, contra todo pronóstico, cae bajo las zarpas de su presa) ya lo vimos en "Amor a quemarropa".