miércoles, 15 de abril de 2009

LOS SUPER AGENTES CONTRA LOS FANTASMAS

El cine popular Argentino cuenta en su haber, al igual que el Español, con exitosas sagas. En este caso, la película que, tras pensármelo mucho, vi anoche, pertenece a la saga de LOS SUPER AGENTES.
Y según el Imdb, es una bastante longeva, ya que el primer titulo, LOS SUPER AGENTES BIÓNICOS, data de 1977, la ultima de 2008 es LOS SUPER AGENTES : LA NUEVA GENERACIÓN. 30 años de súper agentes han tenido los argentinos. Naturalmente, la franquicia ha ido sufriendo mutaciones, tanto en la dirección como en el reparto.
¿Cómo es que toda una saga de películas no ha llegado nunca a nuestras pantallas? La única respuesta que se me ocurre es la siguiente: Porque deben ser horribles. Esa es la sensación que me llevo al ver una de las de en medio, la que nos ocupa, LOS SUPER AGENTES CONTRA LOS FANTASMAS.
Un tipo hereda un castillo donde piensa poner una discoteca. La primera noche que pasa allí es sorprendido por fantasmas. Así que decide contratar a los súper agentes para que hagan limpieza.
Bueno, supongo que los actores principales, Julio De Grazia y Víctor Bo, deben ser muy conocidos en Argentina, pues estamos ante otro vehículo para lucimiento de sus gracietas.
Y lo que me llama la atención es lo siguiente: Como ya he dicho anteriormente cuando he reseñado películas de Olmedo y Porcel, esta , también, cuenta en su haber con montones de numeritos musicales encima de un escenario. Luego, ¿Qué pasa? Supongo que debe ser normal, el asociar las películas de un cómico con el mundo del cabaret y los espectáculos de variedades, de lo contrario no se explica que todo lo que huele a comedia argentina venga acompañado de numeritos... hasta un ventrílocuo sale en esta. Lo cual, aunque rompe con el ritmo (en el caso de que lo haya) e interrumpe la narración, no deja de convertirse en un sello de identidad de la “Argentinada”, al igual que en nuestras “Españoladas” lo fueron las tetas de Adriana Vega y los felpudos poblados. Y eso en mi opinión es bueno.
No se cómo serán el resto de películas de Los súper agentes, pero con esta he tenido que hacer un sobre esfuerzo para poder acabar de verla... ¡Que mala es!... Aunque es inevitable reírse, cuando comprobamos que los fantasmas son personas con sabanas en según que secuencias y pañuelos movidos por hilos en otras.
Por lo demás, nada, no hay originalidad, ni gags potentes, ni tiene gracia la cosa. Hay una escena de ¡¡¡10 minutos!!! en la que uno de los súper agentes se dispone a cenar y los fantasmas le esconden la comida. Bien, el tema está en que se trata de un solo plano fijo, con un par de insertos de los fantasmas (pañuelos en este caso), que se hace eterna... pero mas de lo habitual... con lo que la tortura se acentúa notablemente.
En fin, que merezco un premio por haber visto esto entero. Para la ocasión, le tocó dirigir a un tal Julio Saraceni.