No cabe duda que esta peli nació con la sana intención de parir un nuevo héroe, y una nueva franquicia. Pero no coló. "Cazador del espacio, aventuras en la zona prohibida" hace tufo a "escuela Spielberg/Lucas", a cine espectáculo de los 80. Desde el logotipo del título (este incluído), hasta su rimbombante y animada banda sonora johnwilliamsesca (cortesía de Elmer Bernstein), pasando por sus arquetípicos personajes y situaciones. El héroe es un descarado remedo de Han Solo e Indiana Jones (interpretado con barba de cuatro días y actitud de golfo simpático por Peter Strauss), la chica que le sigue es la inevitable picarona graciosa que al inicio se lleva a matar con el prota, pero luego se pillan cariño mutuo (a la que pone planta Molly Ringwald, poco antes de convertirse en reina de la comedia romántica de la época), el socio del héroe, negro -cómo no- y con el que mantiene una masculina relación de amor/odio (el bueno de Ernie Hudson) y el malo, pues tan feo y cibernético como un "Darth Vader" de andar por casa, al que da vida el especialista en malvados Michael Ironside. Un buen plantel. Produce el invento nada menos que Ivan Reitman, un año antes de parir la mítica "Los Cazafantasmas" (con Ernie Hudson en el reparto, por cierto). El dire es un veterano de la caja tonta, Lamont Johnson. "Cazador del espacio..." se estrenó en formato 3D, pero de cuando dolía a los ojos y al cerebro.
Un crucero galáctico sufre un accidente. Las únicas supervivientes, tres mozas de buen ver, se salvan aterrizando con su cápsula en un planeta asolado por una enfermedad y habitado por dos "tribus" en constante batalla. Los buenos (vestidos con harapos) y los malos (vestidos con cuero negro). A todo esto, el Han Solo de nuestra historia se entera de que ofrecen una buena recompensa por las churris, y decide ir a por ellas, enfrentándose a toda clase de peligros.
Y sí, la trama es tan básica y lineal como parece. Un peligro tras otro, hasta llegar a la guarida del malo, armarla parda y salvar a las mozas. Puro videojuego, vamos. Ese es el mayor defecto de esta peli, lo previsible y aburrida que termina resultando. Se nutre de todo el material que en los 80 hacía triunfar en taquilla (añadan aquí una buena dosis de "Mad Max 2", con ese desierto por el que transitan grotescos automóviles), pero no sabe cocinarlos bien y el resultado es soso y carece de carisma alguno. Los efectos especiales no están ni tan mal, así como los maquillajes (entre los muchos responsables tenemos a Tom Burman y a ¡Kenneth J. Hall!, futuro director de "Engendro Satánico" y guionista habitual del David DeCoteau pre-gay). Tenemos un dragón de agua, unas amazonas, niños mutantes que lanzan bombas y unos gordos monstruosos. Pero como digo, esta es una peli de aquellas que suenan mejor contadas que visionadas, es todo aparatoso y una vez puesto frente a la cámara, no saben sacarle la espectacularidad requerida. Una lástima.
Para nostálgicos y curiosos.