En la reseña del fabuloso documental "Herschell Gordon Lewis, the godfather of gore", me preguntaba por qué sus responsables habían decidido ignorar las películas más recientes del Sr.Lewis. Viendo la chusquera "Blood Feast 2" uno puede hacerse una idea. Pero con la más reciente "The Uh Oh! Show", todo cuadra a la perfección. Las viejas pelis de H.G., con todas sus carencias, tenían un encanto especial dada la época en la que se parieron. Pero ver esa mentalidad trasladada a tiempos modernos, no tiene sentido. Vamos, que por muy bien que me caiga el padre de "2000 Maniacs", y por majo que sea, no puedo engañarme a mi mismo, y tampoco a ustedes, "The Uh Oh! Show" es una castaña de mucho cuidao.
El "Uh Oh! Show" del título (que sustituye al originalmente pensado -y largamente anunciado- "Grim Fairy Tales") es un concurso televisivo en el que la peña se somete a preguntas de cultura general. Si aciertan, se llevan suculentos premios. Si no, una ruleta decide cual de las partes de su cuerpo van a perder en manos de un matarife con una enorme sierra (probablemente este sea lo mejor de toda la peli). Los responsables aseguran a su audiencia que todo son efectos especiales, pero evidentemente no lo son. El hastiado presentador, una azafata, una periodista y otros elementos unirán fuerzas para sacar a la luz el terrible secreto.
Igual que pasaba con "Blood Feast 2", "The Uh Oh! Show" está tratado como una comedia sangrienta. Sí, hay mucho gore, pero la exageración y la inverosimilitud (todas las víctimas, una vez aserradas, siguen vivas y se parten de risa o hablan) lo hacen tontorrón. A cambio, Lewis mete gotas de cierta transgresión, pero a un nivel muy de escolapio (la única imagen "impactante" es la de un par de azafatas gozando mientras reciben un baño de sangre desde los intestinos de un concursante). Se agradecen los guiños, las auto-coñas (esencialmente la trama retrotrae a "The Wizard of Gore", además de referencias directas a "The Gore Gore Girls" y la misma "Blood Feast") y ver al propio Lewis interpretando a un cuenta-cuentos demente... pero no, por mucho que uno lo intente, la cosa no funciona. Todo resulta muy aséptico, acartonado y básico. Los actores son insufribles. Como comedia no hace gracia y aunque los efectos gore son en su mayor parte agradecidamente artesanos, las gotas de CGI aplicadas resultan horripilantes. En general me ha recordado bastante a aquella ultra-infamia titulada "Smash Cut", algo que de ninguna de las maneras puede ser bueno (y ya que estamos, en cierto modo también guarda paralelismos con la muchísimo superior "Deathrow Gameshow").
Lloyd Kaufman se reserva un papelillo como absurdo proxeneta... por si a alguien le hace gracia el dato. A mi me la sopla. También ronda por ahí Donald Farmer, ex-fanzinero y director de costrosas vídeo-películas como "Cannibal Hookers".
Vamos, que cuesta aguantarla de un tirón sin recurrir al socorrido avance rápido!.