domingo, 2 de enero de 2011

EL HOMBRE Y LA BESTIA

Continuamos viendo el peculiar cine Mexicano. Una cinematografía tan extensa, que yo creo que podría saciar los apetitos de cualquier cinéfilo, sean cuales sean sus preferencias. Si es el caso o no de esta peli que nos ocupa, eso es ya otro cantar.
EL HOMBRE Y LA BESTIA, es la versión Mexicana de Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, muy “sui generis”, pero bastante fiel al fin de al cabo. De hecho, el maquillaje del Mr. Hyde que tenemos aquí es muy similar al clásico. Vamos, que prácticamente lo imita.
Claro que por, supongo, problemas de derechos, a nuestros protagonistas les han cambiado el nombre, por eso, el doctor Jeckyll pasa a llamarse doctor Duval, y por ende, Mr. Hyde pasa a llamarse aquí Señor Rail.
Y bueno, no deja de ser una revisión de los clásicos, pero (gracias a Dios) con el toque mexicano y setentero, donde eso que llaman “corrección política” no existe y se convierte en algo extremamente divertido, si lo ves con humor y no eres un maldito gilipollas. ¿A que voy? Pues a la primera intervención del Señor Rail, en la que una niña de unos siete años se tropieza con el, y este le da una paliza a base de patadas y puñetazos que la deja baldada, en una secuencia que dura un poquito. Pues llámenme cabrón, pero a mi ver como apalizan a una mocosa, me hace gracia. Además es solo una película.
El caso es, que este Hyde de saldo, es sorprendido por unos individuos que andaban por allí, todos muy bien puestos y bien vestidos, y le dejan escapar a cambio de un soborno, estos aceptan un dinero y le dejan marchar, por lo que el individuo seguirá matando, apalizando y haciendo lo que le salga de los cojones, hasta el final de la película, en la que ya sabemos lo que pasa Claro que si no aceptaran el soborno y le hubieran detenido, no habría película...
Lo cierto es que después de esa potente puesta en escena y de esa exhibición de maldad por parte de ambos lados (aunque la intención del director, seguramente no era la hacernos ver lo malos que son los que aceptan el soborno… quizás porque el ve coherente aceptarlo, luego es un cabrón, jajajaaja!), la cosa decae un poco y va bajando la intensidad de lo que acontece, sin que por ello perdamos el interés.
Curiosa, distinta y sobretodo entretenidilla, y con un sabor victoriano-setentero-mexicano, que por exótico, sitúa esta película a un nivel mas alto de lo que realmente le pertenece.
Dirige Julián Soler, que aunque no llegó al “Home Vídeo” tiene tropecientos títulos en su haber, e interpreta a este Dr. Jeckyll Enrique Lizalde, afamado actor de larga trayectoria televisiva, al que le hace destacar su gravísima voz.