lunes, 11 de febrero de 2013

LA MASA, UN HOMBRE INCREIBLE

Sí amigos, soy de la generación que vivió el "boom" de la serie de "La Masa" en primera fila. Fui uno de esos chavales que, a la hora del patio, imitaban al enfurecido monstruo verde originalmente nacido en las páginas de los tebeos de la "Marvel". Y, no podría ser de otro modo, acudí al cine a ver el episodio piloto, estrenado en Europa cual largometraje standard. Vamos, que le guardo cierto cariño al -como dicen los que dominan- gigante esmeralda.
Naturalmente, el paso de los muchos años y, especialmente, las nuevas versiones perpetradas por Ang Lee (pretenciosa, aunque no tan fallida como se dice), Louis Leterrier (convencional pero muy entretenida) y Joss Whedon (cuyo "Hulk" es, sin dudarlo, el más mejor de todos), han terminado otorgando a la versión setentera fama de cutre y chunga... a pesar de que la segunda peli de la franquicia, con Edward Norton, se refleja en ella con mucho afecto (y que Lou Ferrigno, "La Masa" de la caja tonta, interviene de algún u otro modo en todos los nuevos títulos). Sin embargo, no es esta una apreciación del todo justa, algo que ya opiné hace unos años cuando la vi en VHS... y que reafirmo ahora que, gracias a un regalito del amigo Víctor, me la he zampado en formato digital hace menos de 24 horas.

La historia es de sobras conocida: David Bruce Banner, interpretado por el siempre simpático Bill Bixby, es un científico con un trauma, su mujer murió en un accidente de coche. La cosa es doblemente chunga si tenemos en cuenta que el colega intentó salvarla, sin éxito, algo que le atormenta. Sus estudios giran alrededor de cierta fuerza sobrehumana que tenemos todos pero únicamente sacamos en momentos de mucha necesidad y estrés. Banner descubre que ello se debe a la influencia de los rayos gamma en nuestro ADN, así que, en un arrebato imprudente muy poco propio de todo un doctor, se somete a un chorro de radiación, que resulta ser mucho mayor de lo esperado. Naturalmente ello le otorgará el poder, o la maldición, de convertirse en un poderoso monstruo verde, enorme y extremadamente fuerte, pero de intenciones heróicas. Sin embargo, a Banner no le hace ni puta gracia y hará lo que pueda, con ayuda de una amiga científica, para arreglar el entuerto.
Bien, esto es un telefilm, y del año 1978, así que olvídense aquí de espectacularidades, de CGI y de todo aquello a lo que nos han acostumbrado las versiones modernas. En "La Masa, un hombre increíble" su guionista y director, el televisivo Kenneth Johnson, a quien debemos capítulos de series tan míticas -para los de mi quinta- como "La mujer biónica", "V" o la olvidada "Cazadores de sombras", apuesta ante todo por, a falta de guita, la sobriedad y el drama. Todo está soberanamente contenido. De hecho, la historia completa se desarrolla entre muy pocos personajes (Banner, su colega y el periodista fisgón) y menos escenarios (toda la media hora final, o incluso puede que más, sucede íntegramente en el mismo lugar). La primera transformación de Banner en "Hulk" está bien potente, a lo que ayudan las siempre efectivas lentillas que preceden a la mutación y que acontece en plena tormenta, con los relámpagos como perfecto acompañamiento a la furia desatada del monstruo y la lluvia que aplana la horrible peluca que este luce. Porque sí, eso ya lo damos por sentado, el aspecto del "Hulk" setentero interpretado, como decíamos, por el amigo Ferrigno es lo más flojo del pack. Por el mentado pelucón, las abominables cejas, la poco resistente pintura verde, su comportamiento casi retarded, el inevitable, trillado y facilón tributo a "Frankenstein" (cuando "Hulk" se topa con una niña junto a un río), esas camisas que se rompen de modo poco convincente (se nota un huevo que fuera de cámara alguien tira de ellas) y la misma fuerza del personaje, a ratos desmedida, a ratos más bien flojucha.
Pero, como digo, todo eso es perdonable gracias al tono general del piloto y especialmente a Bixby, que interpreta a un Banner muy cercano. También hacen lo suyo las notorias dosis de melodrama, aspecto este muy propio de su medio. Pal caso, no molesta demasiado. Todo en "La Masa" es trágico y triste, como el famoso tema a piano de la serie, capaz de hacer soltar los mocos incluso al más palurdo de los seres humanos. Y ello, quieras que no, inyecta una notable dosis de seriedad al conjunto, lejos de elementos camp.
Para comparar, píllense el mismo dvd que tengo yo y miren el segundo capítulo que incluye titulado "Married", y también estrenado en España como un improbable "Hulk 2". En el, Johnson, de nuevo guionista y director, intenta repetir las hazañas del piloto, pero la caga... fracasa estrepitosamente, abusando de un drama con altas dosis de pastelosismo, un romanticismo de postal altamente cutre, un "Hulk" que se deja ver demasiado poco (y en situaciones ridículas) y un humor del todo inadecuado y cargante. Nada, nada, quédense con "La masa, un hombre increíble" y olviden el resto.
Obviamente, no digo que pueda competir con todo lo parido recientemente, pero sí se trata de un pequeño producto bien agradable y entrañable que ya en aquellos tiempos logró, a su manera, lo que hoy es norma en el cine de superhéroes: tomárselo en serio, con respeto (o todo el respeto que permitía sus limitado presupuesto) y dando cancha al lado humano de sus personajes.