Soy poco amigo de los festivales, y más en concreto de los
dedicados a cine fantástico y de terror, sobretodo por el tema social, odio
tener que dar la mano y charlar hipócritamente con individuos que están ahí
para aparecer en la foto de rigor (sino de las redes sociales, de sus blogs de
mierda, portales o demás) a los que odio con todas mis ganas y a los que
mataría sin pestañear si estuviera en mi mano –y si no fuera una persona terriblemente
cabal- y en un segundo orden, no hay
lugares donde me haya aburrido más que en los festivales de cine fantástico de
los últimos años, viendo películas. Porque, salvo honrosas excepciones, las
películas festivaleras actuales, son la cosa mas aburrida y sosa que me he
echado a la vista.
“Antisocial” es una de estas películas festivaleras pasada,
sin ir mas lejos, en el último festival de Sitges. Pues cumple con todo lo que
ya podíamos llamar “una peli festivalera”, esto es: estética barata de retoque
de color en el montaje, que es una seña de identidad de todo el cine fantástico
independiente actual, que con el fin de hacer parecer menos cutre a su película
rodada en vídeo de alta definición, se recurre a este tipo de filtros tan
repugnantes y despersonalizados que solo
existen para camuflar. Montaje gratuito, con muchos planos innecesarios y filmados cámara en mano, que es también ya una
seña de identidad para este tipo de productos. Creen que esto otorga dinamismo…
yo digo que están escribiendo otro manual. Gran protagonismo femenino y la
intención de convertir a estas en seres infinitamente inteligentes en
contraposición a los personajes masculinos, básicamente, trozos de músculo con
solo la jodienda en la cabeza. Y finalmente, mucho, mucho… infinito
aburrimiento.
Además estas pelis, son tan impersonales, tan cortadas por
el mismo patrón, que parecen todas la misma película. De hecho, ni tan siquiera
me di cuenta, de lo impersonal que era, que esta película ni siquiera es
amerícana: es Canadiense. Y especialmente vomitiva en todos los aspectos y
sentidos.
Así pues, tomo la firme decisión de dejar de ver este tipo
de productos festivaleros. Son todos una mierda.
Este bodrio es el debut en el largo de un individuo llamado
Cody Calahan. Pues que le sea muy leve.