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lunes, 26 de octubre de 2020

LAS PESADILLAS DE FREDDY

El próximo día 31 es Halloween, festividad a la que no tenemos ninguna manía en "Aquí Vale Todo" (y que pensamos puede convivir perfectamente con la propia). Por ello, esta semanita se la vamos a dedicar estrictamente al género del terror y aledaños, comenzando hoy Lunes con todo un clásico... aunque en vertiente "povera".
Siempre me ha escamado que se incluya la saga de "Pesadilla en Elm Street" en la etiqueta de "slasher" junto a "Viernes 13" o "Scream". Para nada creo yo que encaje, por su generoso elemento sobrenatural y, sobre todo, su asesino, un personaje excesivo y charlatán carente de toda áurea inquietante. Sin embargo, sí hubo una ocasión en la que Freddy Krueger estuvo cerca de considerarse "slasher" y fue en el primer capítulo de la serie de televisión "Las pesadillas de Freddy", lógicamente esputada a partir de su gran éxito.

Al narrar el origen del personaje, antes de su paso a sueñilandia, tenemos un Freddy con toda la carne pegada a los huesos y que mata en el mundo físico, agazapándose en la oscuridad para atacar. A mi, toda esta parte, me encaja perfectamente en los parámetros del cine de acuchillamientos. Pero claro, luego vienen los padres de las víctimas que, enfadados al ver al de las garras librarse de la silla eléctrica, corren hasta su guarida y le prenden fuego. Entonces sí, de ahí pasamos a terreno conocido (externo ya al del "slasher" puro). Los sueños, las visiones surrealistas y un Freddy bocazas e irritante que se toma la revancha.
De este modo, lo que queda es una especie de versión condensada y extremadamente sosa de una típica peli de "Pesadilla en Elm Street". Los elementos truculentos brillan por su ausencia, siendo una época en la que aún no se permitía mostrar sexo y violencia en la caja tonta.
Dirige Tobe Hooper ¿Se imaginan lo que, en otras circunstancias, habría significado que el responsable de "La matanza de Texas" firmara un capítulo de la serie de Freddy Krueger? ¿Sensacional, verdad?. Pues no. El hombre se aburre tanto con la materia, que nos contagia. Y lo que son 45 minutos de duración parecen alcanzar dos horas interminables. Una pena. Y un mal arranque para una serie que, en un principio, pretendía comerme entera e ir comentando capítulo a capítulo. Pero, ciertamente, resultó una experiencia tortuosa. Terrible. No es que fuese mala, más bien lo siguiente. Es horrorosa y todos los episodios, durando esos 45 minutos, se hacen eternos. Tanto aquellos que incluyen a Freddy en la trama (y que se aferran exactamente a la misma premisa: Personaje -normalmente adolescente- sufre las torturas "light" por parte del de las garras a base de surrealismo, situaciones extrañas, ridículas y terriblemente cansinas) como los que únicamente le otorgan el cargo de "host" (igualmente insufribles).
Es cierto que eventualmente encontramos rostros curiosos (Lar "Viernes 13 - 7" Park-Lincoln, Lori Petty, Jill Whitlow, Diane Franklin, George Lazenby, Bill Moseley, Jeffrey Combs, William Butler, Dick Miller, Charles Cyphers, Tracey Walter, Wings Hauser, Sandahl Bergman, John DiSanti y Brad Pitt!!) o firmas igualmente curiosas (Tom "Viernes 13 - 6ª parte" McLoughlin, Mick Garris, Ken Wiederhorn, Tom DeSimone, John Lafia, Dwight H. Little, William Malone), pero no sirve absolutamente de nada. Supongo que las prisas por realizar el producto y agenciarse unos cuantos milloncejos más les pasaron factura a los de "New Line". Por eso he decidido olvidar mi intención inicial de reseñar todos los capítulos limitándome, en plan testimonial, al primero (básicamente porque trata el origen de Freddy).
Mal, mu mal, totalmente desaprovechada.

domingo, 1 de enero de 2012

EMPAREDADA

Por alguna extraña razón que desconozco, a finales de los 80 e inicios de los 90, a la peña le dio una inexplicable Poenitis... de Edgar Allan Poe. Es decir, que les entró la neura de readaptar los más famosos relatos del célebre escritor. Claro que los cineastas de más categoría en tal empresa fueron Dario Argento y George A. Romero con su "Los ojos del diablo", seguidos de cerca por Stuart Gordon y "El pozo y el péndulo" (producido por Charles Band). Así que imaginaos el nivel del resto: Roger Corman, Fred Olen Ray, Jim Wynorski... y Harry Allan Towers, legendario productor de "serie B" gracias a sus aportaciones cinematográficas del personaje de "Fu-Manchu" (curró incluso junto a Jesús Franco durante los años 60/70) asociado para la ocasión nada menos que con un ex-director porno francés (Gerard Kikoine, quien se había marcado un escueto tanto convirtiendo a Anthony Perkins en un nuevo "Dr.Jekyll/Mr.Hyde" con "Al borde de la locura"), un oscuro exploiter (Alan Birkinshaw) e incluso, en un momento dado, el mítico ex-"Cannon" Yoram Globus. Vaya panorama. Para dar un mayor toque exótico al asunto, Towers había descubierto lo baratico que salía rodar sus películas en Sudáfrica, y hasta allí arrastraba a sus equipos, cosa que también hizo en el caso que nos ocupa (en su periplo sudafricano, trabajó junto al peculiar Darrell Roodt, semireputado especialista en cine fantástico allá en su tierra y donde le llamen, suya es la infamemente famosa "Dracula 3000").
Y sí, lo de Edgar Allan Poe es una puta excusa (que en los créditos figura como Edgar AllEn Poe... ¿trifulcas legales acaso?), ya que "Emparedada" no guarda ninguna relación con el supuesto relato que adapta, el de "The Premature Burial". En realidad tiene más puntos en común con "El Gato Negro". Primero porque todo el rato sale un gato negro (gñé!), y segundo porque, como dice el título, al asesino le va emparedar a sus víctimas. Estas son todas chicas malas salidas de un especie de psiquiátrico / residencia / correccional (que responde al poeniano nombre de Ravenscroft) cuya norma es aceptar únicamente a mozas de buen ver y mejor catar (y más si son ex-estrellas del porno en un intento de meterse -ja!- en eso del cine legítimo, como Ginger Lynn). Al lugar llega una profa nueva, muy guapa ella, que comienza a tener visiones en las que ve a un John Carradine hecho polvo en su última peli intentando salir de detrás de una pared. El dueño del castillo no es otro que "mister hachazo" Robert Vaughn. Y a sus servicios está un patético Donald Pleasence con peluquín y tirando a histriónico. Otros rostros más o menos conocidos son los de un joven Arnold Vosloo (futura "Momia") y William Butler (que hace el papel que siempre solía, noviete chulillo). Se trata de descubrir quien es el asesino y por qué mata (y salvo un crimen, poca sangre derrama), pero llegados a los 60 minutos de peli, ya ha dejado de interesarnos. El resto lo vemos porque, total, ya que estamos puestos, al menos que termine.
Aburrida, sosa, de ver-y-olvidar... en definitiva, muy de los 90.

sábado, 9 de marzo de 2019

SESIÓN DOBLE : LEATHERFACE: LA MATANZA DE TEXAS 3 + HALLOWEEN H20 : VEINTE AÑOS DESPUÉS

LEATHERFACE: LA MATANZA DE TEXAS 3 : Esta tercera entrega de la afamada saga se atreve con aquello que Tobe Hooper evitó cuando rodó "Masacre en Texas 2": Repetir los aciertos de la película original, es decir, volver a la seriedad, a la crudeza y a cierta sordidez. El único elemento propio es una notable ración de gore -ausente en el film de 1973- finalmente extirpada por los señores de "New Line", entonces en la cresta de la ola gracias a Freddy Krueger y con ansias de hacerse con todas las franquicias de éxito en el cine de terror (poco después le tocaría el turno a "Jason Voorhees"). Dicha intromisión se saldó con un montón de problemas durante el rodaje, algo que brilla especialmente en el inapropiado final. Y si no que se lo digan al pobre Jeff Burr, que vio su carrera truncada tras la amarga experiencia en la silla del director.
No obstante, preparados para el susto, y vista hoy, la película funciona. Será que el tiempo la ha beneficiado. O que las siguientes aportaciones a la saga son tan mediocres que esta ha ganado puntos. No lo sabemos. Con todo, "Leatherface: La matanza de Texas 3" dispone de un puñado de buenos momentos, especialmente en su primera mitad (tengo debilidad por la desasosegante secuencia de la pareja protagonista intentando cambiar la rueda de su coche mientras en la oscuridad chirría cada vez más próxima la pierna ortopédica de Leatherface
) y dispone de un tempo notablemente acelerado. Todo se desarrolla a bastante velocidad y sin dar demasiado respiro al espectador. 
En el reparto destacan un novatillo Viggo Mortensen, Ken Foree de "Dawn of the dead" y el chico para todo de la serie B, William Butler.
Cierra el film una adecuadísima y muy estupenda canción de "Laaz Rockit", inevitablemente titulada "Leatherface".


HALLOWEEN H20 : VEINTE AÑOS DESPUÉS
: No cabe duda de que en Hollywood las cosas son cíclicas. Hay muchos ejemplos, pero hoy nos centraremos en uno. Recientemente la compañía de moda especializada en terrores de éxito y calidad, "Blumhouse", se sacaba de la manga una nueva entrega de "La noche de Halloween" que se anunciaba como "la buena", conectando directamente con la original, saltándose todas las secuelas intermedias y fichando a su protagonista, Jaime Lee Curtis. Todo ello coincidiendo con el cuarenta aniversario de la de John Carpenter. Curiosamente, hace dos décadas atrás, la compañía de moda especializada en terrores de éxito y calidad de entonces, "Dimension Films", se sacaba de la manga una nueva entrega de "La noche de Halloween" que se anunciaba como "la buena", conectando directamente con la original, saltándose todas las secuelas intermedias (salvo la segunda) y fichando a su protagonista, Jaime Lee Curtis. Todo ello coincidiendo con el veinte aniversario de la de John Carpenter quien, por cierto, rechazó ser el director y para lo cual contrataron nada menos que a Steve Miner, responsable de la segunda y tercera de "Viernes 13". El título no podía ser más lógico, "Halloween H20", una película que intentaba aprovecharse, y con justicia, del renacer del "slasher" gracias a "Scream" o "Sé lo que hicisteis el último verano".
Laurie Strode vive oculta tras otra identidad ejerciendo de profesora en una escuela para ricos, donde tiene a su hijo estudiando. Un mal día Michael Myers reaparece de la nada para, una vez más, continuar la labor que dejó incompleta en 1978.
A diferencia del reciente y aburrido "Halloween", "Halloween H20" tuvo la sabia idea de apartarse levemente del "slasher" puro para centrarse más en el mal vivir de Laurie Strode y el épico enfrentamiento final con su hermano psycho. La ración de "estudiantes perseguidos por asesino enmascarado" queda reducida a cuatro chavales y una porción escueta de justo y suficiente metraje. El resultado es una película entretenida, con sus dosis de suspense y un clímax final bastante emocionante.
Además, aquí sí ponen punto y final a la saga. De forma contundente. Aunque ni tan siquiera eso nos salvó de que, mediante las más chapuceras triquiñuelas argumentales, se estrenara una continuación absolutamente horrible cuatro años después.
Simpático guiño para la madre de todos los "slashers" con la aparición de Janeth Leigh (chiste privado incluido).
Lo ratifico, "Halloween H20" es mejor que la más reciente aventura de "La Silueta".

sábado, 15 de febrero de 2025

LA DAMA VENGADORA

Por muchas simpatías que le tenga a David DeCoteau, y "téngoselas", considero que no dispone ni de una maldita película medianamente decente en toda su filmografía. Es el peor del triunvirato formado junto a los otros astros de la mal llamada "serie B de los ochenta", Fred Olen Ray y Jim Wynorski. Obviamente, "La dama vengadora", su primera incursión en el cine de "acción" (así, entre comillas) tras mucho terror (y mucho porno) no iba a cambiar mi percepción.
Llevaba años deseando dedicarle unas líneas. Pero macho, ha costado lo suyo dar con ella... hasta que apareció mi amigo Enorm y obró el milagro. No es que fuese inédita para mis ojos, por supuesto la alquilé en su época y, por supuesto, la detesté desde el minuto uno. Simplemente que la considero ideal para formar parte de nuestro vasto catálogo. Incluso necesaria.
Como decía, DeCoteau cambia temporalmente cuchillos y cuchilladas por tiros y hostias, aderezado todo ello con la más fácil de las excusas narrativas, una venganza. A Maggie, jovenzuela encabronada encerrada en un correccional, le matan al hermano. Deduce que, siendo mexicana la novia de aquel, los culpables deben dedicarse al narcotráfico y compartir nacionalidad (¡en serio!). Por todo ello, se disfraza de "Sarah Connor" y emprende su justa cruzada.
Inevitablemente, siendo una película de DeCoteau, la cantidad de acción propiamente dicha se reduce mucho, abundando el diálogo. Además, uno jodidamente mal parido, con algunas perlas para el recuerdo. Toda "La dama vengadora" ("Lady Avenger" en v.o., año 1988) es muy tosca, patosa diría yo. Encima, durante la primera mitad al director le da por profundizar en la tragedia de lo acontecido, rollo dramón de sobremesa, por lo que tenemos escenas de lamentos y lloriqueos para parar un tren... pero, claro, interpretadas, en general, por peña no muy capacitada. Aunque, seguramente, la que se lleve el anti-Oscar en ese rango sea la misma protagonista, Peggy McIntaggart, mona, con buen físico, todo lo que ustedes quieran... pero una actriz dolorosamente negada. Cuando va de chica dura, en fin, resulta brutalmente anti-carismática, parece que el revólver que sujeta le va demasiado grande y caerá de sus manos en cualquier momento. Venía de interpretar a mujeres despendoladas en plan extra para títulos de solera como "Superdetective en Hollywood 2" o "Cuando llega la noche". Tras su protagonismo en "La dama vengadora", continuó por la misma senda con "Phoenix the Warrior" o "Heartstopper", ignota película de John Russo con Tom Savini. La vimos también en "Pasado de rosca" junto a Tommy Chong (la otra mitad de Cheech), "Los ojos del diablo", el tardío slasher "Camp Fear" y cuatro mierdas más, destacando la ultra-chunguez "Quigley", una comedia de quinta categoría con perrito, grabada en vídeo y a base de mentalidad beata, para "lucimiento" de un acabadísimo Gary Busey. Lo que nos viene a güevo porque, justamente, teniendo "La dama vengadora" al DeCoteau más ochentero a los mandos, da la sensación que una Quigley, concretamente Linnea, hubiese encajado como perlas en el rol de justiciera. Era la musa del director por entonces, así pues, suponiendo que no pudo participar por compromisos ajenos, Peggy McIntaggart acabó ejerciendo de sustituta. Dicha ausencia canta aún más al localizar entre el reparto a una de las compañeras habituales de Linnea, Michelle Bauer que, como es de ley, lo enseña todo y más. A su lado, ese ignoto astro del cine "cult" llamado William Butler, de cuyos méritos he hablado ya mucho por acá (al parecer se llevó fatal con David DeCoteau durante todo el rodaje). Otro rostro curioso y destacable es el del veterano James R. Sweeney, quien también curraría para Fred Olen Ray en "Terminal Force", además de sendas incursiones en subsubproductos como "Hobgoblins" (reseñada en nuestro pest-seller) o "Hollow Gate".
Keith Kaczorek, uno de los guionistas, dedicaría el resto de su carrera a la animación. Muy adecuado. También el productor con nombre de mafioso, Marco Colombo, metería mano en ese campo, y del modo más bizarro. "Titanic, la película animada" era algo así como "la versión estilo Disney" del trágico suceso, perpetrada por algunos nombres de peso en el "exploitation" italiano, nada menos. Tras ello, Colombo y DeCoteau unieron fuerzas de nuevo, pariendo una ristra interminable de roña hasta el 2014.
Siendo "La dama vengadora" de la década que es, los villanos segundones son una panda de "punkis" algo creciditos, a los que les encanta joder por joder, gritar mucho, sobredialogar innecesariamente, reírse de todo, cargar las tintas y, obvio, matar como si nada. Cada vez que aparecen, les acompañan una serie de tonadillas musicales acordes a su naturaleza que no suenan demasiado mal. Por desgracia, en los créditos no figura información al respecto, y tampoco han dado de sí mis pesquisas. Si alguien ahí fuera sabe de qué grupo se trata, que me escriba porfaplis.
En fin, ¿qué más puedo decir? "La dama vengadora" es lo que recordaba, y lo que esperaba ver en esta segunda -y última por lo que a mi respecta- incursión, un truñazo lleno de momentos absurdamente risibles. ¿Tiene sus "tics" zetosos y ochenteros medianamente graciosos? Sí, los tiene. Pero para nada justifican esas "reviews" entusiastas que he leído por ahí, perpetradas por "hipsters" empachados de tanta nostalgia retro-cochambrosa y tanto "cool"-ismo de chichinabo. Dios, como los odio.

jueves, 27 de marzo de 2008

LA CALDERA DEL INFIERNO

El actor William Butler eventualmente se marca sus pinitos en la dirección, facturando escoria como "Madhouse" o mega escoria como esta.
En una prisión se están sucediendo una serie de muertes 
violentas. Un detective se pone manos a la obra con el caso, descubriendo que tienen que ver con la caldera de la prisión, donde años atrás se sucedieron hechos igualmente violentos.
Michael Paré, Ja Rule, Tom Sizemore y Danny Trejo se pasean por el metraje como diciendo “Ya se que esto es una puta mierda pero tengo que comer”.
Una película de fantasmas que da muy poquito miedo (hasta en producciones más pobres que esta se consiguen más escalofríos) en la que, aunque ya sabemos que hay fantasmas, se nos explica porqué los hay. Una tomadura de pelo absoluta.
Parece un episodio de "Colombo", mas lenta aun si cabe, y Paré, interpretando al detective, va investigando a base de conversaciones que se prolongan hasta los siete minutos, sin sacar nada en claro.
Confusa y mal dirigida, cuando llega lo bueno, los fantasmas y eso, es una puta mierda.
Valor es lo que hace falta para no quitar esta película antes de que acabe.Y la pena es que tenía muchas ganas de verla.

viernes, 30 de abril de 2010

GHOULIES II

Aunque esta sea la favorita de los fans, yo me declaro devoto absoluto de la primera, que era sórdida, original y una genuina película de terror. "Ghoulies II" no deja de ser una vuelta de tuerca al humor de los "Gremlins" y el resto de bichillos. Se ve que es más rentable poner a una serie de seres haciendo gamberradas graciosas, que directamente devorando a los atolondrados humanos. Pero ojo, eso no quiere decir que no la tenga en alta estima, todo lo contrario, es super divertida.
Un hombre roba unos pocos "Ghoulies" a unos satanistas con intención de destruirlos, pero sus planes se truncan y los bichos acaban dentro del camión de “La guarida de Satán”, una atracción de feria donde se acoplan perfectamente y se convierten en las estrellas.
La verdad es que está muy bien y, aun siendo la comicidad de los bichejos mucho más palpable que el horror o el gore, tiene un par de escenas con más carnaza que su predecesora (¿quizás el humor es una carta blanca para mostrar atrocidades 
en ese contexto…?), como, por ejemplo, esa mítica escena en la que tiran un al payaso a un barreño de agua y, cuando sale, lo hace sin un brazo, pues había un "ghoulie" con una cuchilla de afeitar esperándole… pero sin duda, lo mejor de la peli es el "ghoulie" gigante que se come a los pequeños.
Si en el primer film los bichejos eran meros comparsas de los actores, y apenas hacían acto de presencia, en esta secuela son los absolutos protagonistas y los humanos solo víctimas para ellos. Una decisión lógica puesto que las criaturas creadas por John Carl Buechler fueron aquello que más funcionó en la entrega previa. Por eso, es un enigma (porque además tres de los "ghoulies" eran ya claramente reconocibles) que en "Ghoulies IV" desaparezcan en pro de unos enanos con careta. Pero bueno, esa ya tocará. Como "frikada", decirles que uno de los dibujos que decoran la atracción de “La guarida de Satán” es el cartel de
"El regreso de los muertos vivientes". Un guiño maravilloso.
En el reparto William Butler ("Viernes 13 - 7", "La matanza de Texas 3" o la versión Savini de "La noche de los muertos vivientes"),  el veterano Royal Dano ("House II", "Killer Clowns from outer space", "La mitad oscura" o "Locos invasores del espacio") o el enano Phil Fondacaro, habitual de la "Empire", rival de Warwick Davis y estrella en toda "serie b con enano" que se precie (hemos podido verle en "Hard Rock Zombies", "Troll" o "La tierra de los muertos vivientes"). En la dirección de "Ghoulies II" encontramos al veterano -y cabecilla del clan- Albert Band, responsable también de "El perro de Satán" y la infantilada "Prehysteria".
El tema estrella de la banda sonora, “Scream until you like it” está a cargo del grupo heavy "W.A.S.P." Aunque me horroriza su escucha, la caratula del single, "ghoulies" incluidos, me encanta, y por eso la incorporo a la reseña.

sábado, 7 de mayo de 2022

CYCLONE, AL FILO DE LA MUERTE

Suelo lamentarme de que, desde hace ya demasiados años, la carrera del otrora rey del zetismo Fred Olen Ray ande medio muerta, con el tipo dedicándose a la facturación de productos desalmados, sin frescura, ni pizca de las simpáticas extravagancias que eran habituales en su etapa ochentera, cuando más volcado andaba en el fantastique y el terror, géneros estos prácticamente desaparecidos de su filmografía. Pero, siendo justos, es cierto que en aquellos añorados entonces Ray también dirigió alguna película afín al material actual. Meros encargos huérfanos de amor en sus fotogramas (aunque puede, solo puede, que un pelo mejor presupuestados y distribuidos) Eran los años en los que el filmmaker soñaba con integrarse en el sistema de los grandes estudios. Creía firmemente seguir la senda correcta, aspirando a convertirse en un mero pero feliz artesano. Para bien o para mal, nunca lo consiguió.
Siendo entonces yo super-fan suyo, detestaba esas películas. Me aburrían mortalmente (es decir, más de lo habitual en su cine) Eran las etiquetables de "acción y/o thriller", como "Commando para matar", "Terminal Force", "El poder de las armas" o la que me dispongo a comentar hoy, "Cyclone, al filo de la muerte" (puede que las otras caigan también en el futuro -salvo "El poder de las armas", que ya está reseñada-, dependerá de lo que logren mis conseguidores personales. ¡Gracias pishas!) Ya saben que, últimamente, ando en plan "zen", intentando deglutir las películas que en el pasado me atormentaron -por malas pero, sobre todo, palizas- invirtiendo toda mi atención y esforzándome al máximo en busca de impresiones positivas.
Un tipo ha inventado una moto mega-futurista y "chanin" que se alimenta, principalmente, de una batería la mar de duradera y beneficiosa para el medio ambiente. Una corporación malvada hará lo que sea por agenciarse el juguete, así que, simplemente, se cepillan al científico. Lo que no saben es que, a partir de ahí, será su novia la que se encargue de proteger el invento y, de paso, vengar la muerte del pocholo.
A pesar de contar con más medios de lo habitual, "Cyclone, al filo de la muerte" sigue teniendo un presupuesto ajustado, de ahí que el señor director -haciendo honor a su "modus operandi"- continúe abusando de diálogos. Aunque al menos no son tan excesivos, ni tan tontos, como solía ser habitual. La peli cuenta con su accion-cilla. Sus "stunts" espectaculares (hay uno, con un coche que sale disparado por un puente, francamente llamativo) Explosiones generosas. Y todos aquellos elementos tan de la década (está fechada en 1987) que contribuyen a distraerte el ojo y la mente, como la banda sonora a base de sintetizador y un poco de repelente AOR. Así pues, como pasatiempo dominguero, la cosa tiene un pase. Sí, se puede ver.
Quizás la escena más maja -y más Ray_ante, dicho de modo positivo- sea cuando la prota y el novio acuden a un local "punk" para ver un concierto (con el mismo Fred Olen Ray interpretando al portero) En seguida pensé aquello de "Ay dios, a ver qué concepto tiene este hombre de lo que es punk... seguro que nada bueno" Y, vale, es verdad que las pintas del público son más propias de unos "New Romantics", sin embargo, y por esta vez, el grupo está a la altura. Hablo de "Haunted Garage", que se curran una canción un rato guapa y, además, cuentan como cantante con Michael Sonye, auténtico devoto del cine de terror y el "trash", hasta el punto de meter mano en "la industria" apareciendo en toda suerte de títulos. Lo has visto en muchas otras "obras maestras" del mismo Olen Ray, pero también de David DeCoteau o Donald G. Jackson. Ejercía como Mengele (!!!) en "Los surfistas nazis deben morir" Y se prestó a participar en los desvaríos primero underground, pornográficos después, de Eric Brummer. Como guionista, Sonye tampoco es manco, y entre sus libretos más notorios localizamos la falsa cuarta entrega de "El Exterminador" , "Commando para matar" del mismo Ray y, sobre todo, el clásico videoclubero "Fonda Sangrienta". Vamos, que el tío es toda una leyenda y merecería muchas más atenciones (justo al ladito de William Butler).
Ya que estamos con el personal que colabora o aparece en "Cyclone, al filo de la muerte", siempre tan interesante como entonces era norma en el cine de su director, sigamos indagando. Pal caso destacan Heather Thomas, la típica "bimbo" californiana supuestamente sexy que, a mi, me echa patrás. El colega Jeffrey Combs, aún caliente de su paso por "Re-Animator" y que repetiría con Fred Olen Ray en subsiguientes películas, como "Los Dreggs" (de la que siempre se arrepintió) o "Bandidos Americanos" (un western coñazo que ni pude terminar) El actor y especialista Dar Robinson, que moriría poco después de "Cyclone..." rodando otra peli (estrelló la moto contra un árbol, quedando empalado por una rama, nada menos) y al que se hace una dedicatoria antes de los créditos finales. La ex-"chica Bond" y ex-chica "Hammer Films" Martine Beswick. Un Martin Landau en pleno naufragio por los contornos del cine barato. Huntz Hall de los "Bowery Boys" como mecánico salido (este y la Beswick seguramente sean elecciones del Olen Ray más fan) Troy Donahue (repetiría con el director en "Terminal Force") Tim Conway Jr. (volveríamos a verle en una de las mejores Ray-adas, "Beverly Hills Vamp") Dawn Wildsmith (la por entonces pareja del cineasta) Y un par más de los habituales de la casa, Robert "Conde Yorga" Quarry y una Michelle Bauer vista y no vista ejerciendo de stripper, cómo no. Tanta fidelidad se prolonga al personal tras las cámaras, como un Donald G. Jackson en función de asistente, Bret Mixon a los efectos especiales + visuales y T.L.Lankford retocando el guion de Paul Garson, quien poco después escribiría también el de "Alienator".

A modo "frikoso", les dejamos una captura del film donde, muy de refilón, se cuela el estupendo póster de una no menos estupenda película recién estrenada entonces... ¿la reconocen? Más les vale porque, esta vez, no pienso desvelar de cual se trata.


Aprovechando que estamos generosos, también les dejamos con la caratula del VHS patrio completita, cortesía del gran Enorm.

domingo, 13 de diciembre de 2015

LOS FOTOCROMOS DE "LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES (1990)"

En 1990 el efecto shock que supuso en su día -1968- "La noche de los muertos vivientes" ya estaba más que asimilado. Parecía absurdo, tras tantas imitaciones y las secuelas del propio padre de la original, George A. Romero, intentar superarla, especialmente en crudeza. Así que a la hora de parir el primer remake del clásico se optó por algo radical y muy valiente, olvidarse el máximo posible de ello. Apuesta esta que aún resultaba más llamativa y desconcertante si tenemos en cuenta quien se iba a encargar de tan jodidísima tarea, Tom Savini. Personaje que había pasado a los anales del cine, como bien sabéis todos, por sus hemoglobiníacos efectos de maquillaje en pelis como "Viernes 13", "Maniac" o la misma "Dawn of the dead". Vamos, que Savini dio alas al gore, lo convirtió en algo escalofriantemente verosímil y enfermizamente detallista. Teniendo todo eso en cuenta, encontrarse con una versión de "La noche de los muertos vivientes" que llevaba su firma pero era incluso menos sangrienta y "sucia" que la primera, fue algo que no acabó de encajar bien el fandom, especialmente el más extremo, que era el público potencial de semejante propuesta, una que reunía de nuevo a los padres fundadores, Romero, John Russo y Russell Streiner con fines legitimizadores y se encargó de producir el mismísimo Menahem Golan desde su nueva y flamante empresa, la "21st Century Film". Claro que a lo mejor la ausencia de gore, y el fracaso del film, fueron más consecuencia de la época, del arranque de una década plagada de horrores mediocres y poco dados a exponer alegremente los interiores del cuerpo humano. O tal vez hemos de culpar al mismo Savini, que quería quitarse de encima la etiqueta de rey del "splatter" y apostó por dar más cancha al elemento "miedo" -sin conseguirlo- que al visceral. No sé.
Pero una cosa es eso, y la otra es concretar si esta nueva epopeya de zombies, parida en un momento en que estos aún no habían alcanzado los cansinos niveles de popularidad actuales, funciona o no. Bien, la revisé hace unos días y puedo decir que sí, funciona. En realidad me parece bastante más entretenida y dinámica que la original. No es un peliculón, pero tampoco ofende.
Después del batacazo, Tom Savini se apartó de la dirección hasta que la retomó años después participando en un par de antologías de escaso presupuesto (una de ellas es esta) y el reciente regreso en formato televisivo de "Creepshow".
¿Y qué aportaciones novedosas hace esta versión con respecto a la antigua, además del color y la mejora de efectos especiales?, pues una protagonista femenina más activa y guerrillera (lo que no tardó nada en provocar los típicos comentarios de que si "Rambo" y tal), un final igualmente inesperado e impactante (y ya tiene mérito si tenemos presente el de la versión del 68) y un puñado de divertidos sustos que juegan con las expectativas de la audiencia bien informada (ejemplo: la primera aparición de un zombie... o dos).
El reparto es de lo más simpático, con algunos rostros bien reconocibles adscritos al género, a saber: Tony "Candyman" Todd, Patricia Tallman (habitual del clan Romero, y que intervino en el "Pegado a ti" ¡de la Troma!), Tom "Henry, retrato de un asesino" Towles, William Butler (habitual de subproductolandia como actor y director) o Bill "Masacre en Texas 2" Moseley. Entre los zombies hay varios cameos, destacando el de Dyrk Ashton, fricazo con pedigree.
Los fotocromos que siguen a continuación no son demasiado chulos ni, seguramente, están completos... pero ya que Alex Gardés me los cedió amablemente, los dejo aquí y asíN cumplen su función: la de excusa para hablar un poco de la peli.











sábado, 14 de diciembre de 2024

CREEPSHOW TV (4ª TEMPORADA) 1ª PARTE

Ya la tenemos aquí, la cuarta temporada del "Creepshow" televisivo. Ha costado, pero por fin, gracias en parte a mi querido amigo Enorm, me la he zampado entera... y en castellano, por primera vez, cosa que se me hizo graciosamente extraña. No obstante, y porque soy un puto esnob, mantendré los títulos de cada episodio en inglés.
Aunque suene trillado y poco original, comentar que esta nueva dosis es, hasta ahora, la más escasa en lo referente a "creepshowismo". ¿Que qué cojones quiero decir? Pues ya lo he contado antes. Si quieren saber más, disponen de una INTRO, así como las temporadas previas perfectamente anal-izadas capítulo a capítulo, la UNO, la DOS y la TRES.
Vayamos a por materia, pues...

En "Twenty Minutes with Cassandra" una especie de punki-seudogótica se presenta en casa de la protagonista anunciándole que por la zona ronda un monstruo dispuesto a matarla.
El primer capítulo de esta cuarta temporada es todo un sorpresón, porque se aleja bastante de los códigos formuláicos del terror. Sí, hay bicho. Hay gore. Y algún susto. Pero, en esencia, es más una comedia dialogada y "profunsda". Muy loable ello aunque, por desgracia, no termina de cuajar. El desarrollo es de lo más pelma y tontaina. Y al final terminas echando de menos los ingredientes clásicos. Vale, también era dialogada -y limitada a un solo actor- el de las cucarachas del "Creepshow" original pero, leñe, Greg Nicotero y Jamie Flanagan (director y guionista) no son George A. Romero y Stephen King, desde luego. Buen intento, por lo menos.
Más "normal" -y con mejores resultados- es la siguiente, "Smile". En ella un fotógrafo de guerra es laureado por una estampa angustiosa en la que un padre intenta rescatar a su hijo del ahogo. Al salir de la entrega de premios, su señora y él serán acosados por un misterioso personaje relacionado con aquel acontecimiento... y no parece muy contento.
Vale, todo en este capítulo resulta algo predecible, pero no por ello aburre en exceso. Está majo, y más tras el previo y su naturaleza atípica. Dirige un clásico de la casa, John Harrison.
Lo más llamativo de ambos es que la habitual comida de polla al fan a base de guiños, homenajes y demás, no asoma por ningún lado. Ni siquiera los actores disponen de un currículum llamativo en ese sentido. Únicamente Ruth Codd, y su fea faz, en "Twenty Minutes with Cassandra", que venía de interpretar un rol en "La caída de la casa Usher" según Mike Flanagan (hermano del arriba citado Jamie... ¡¡uuuuh, enchufeee!!), y por mucho que me gustase esa serie, tampoco podemos considerarlo méritos "fandomistas" (al menos no hasta dentro de quince o veinte años, cuando la nostalgia actúe).

Un escritor falto de ideas tiene acceso al sombrero que su héroe novelista solía usar cuando se encontraba ante un bloqueo creativo. Efectivamente, es "mágico" y, al ponérselo, se convierte en una máquina de fabricar best-sellers. Pero, claro, todo tiene un lado oscuro e insalubre.
Con "The Hat" recuperamos cierto espíritu "creepshowiano". Salvando prudentes distancias, sí vería esta historia como parte de su padre cinematográfico, no solo por lo narrado y el tono, también porque, a diferencia de la tanda previa, aquí se usa/abusa de los truquitos visuales habituales del clásico, aquellos que nos recuerdan que estamos leyendo un tebeo.
La comida de polla al fan es de lo más obvia, pero lógica dado el caso: el supuesto novelista, héroe del aspirante (quien luce un aspecto que ¿recuerda a Edgar Allan Poe?), se hace llamar "Stephen Bachman".... ¿lo pillan? Si no, son ustedes indignos.
Kailey y Sam Spear dirigen "The Hat" y la que sigue, "Grieving Process". Hermanas y gemelas, desde luego resultan harto peculiares y, visto lo visto, talentosas... aunque en su segunda intentona, la cosa brilla un poco menos.
La mujer de un chef famoso es asaltada por la calle y, a partir de ahí, se vuelve mala como el demonio, contrayendo un deseo incontrolable por devorar carne humana. Ello nos lleva al típico escenario del amante incondicional que sale en busca de víctimas para alimentarla. Nada nuevo. El resultado es decentillo, nomás.

En un arranque de ira, un pijillo mata a sus exigentes e inquisidores padres. Al poco reaparecen como fantasmas y siguen dándole la murga. El chaval conocerá a una antigua vecina con la que se liará para mayor disgusto de sus plasmáticos progenitores.
"Parent Death Trap" es una comedieta negra, medianamente simpática, pero poco más. Sigo sin localizar ningún nombre destacable, ni entre el reparto, los guionistas (que ya firmaron libretos de capítulos previos) o el director, Justin G. Dyck, con mogollón de subproductos navideños y románticos en su haber, y -creo- una única incursión previa en el terror con "Todo por Jackson", que he visto pero de la que no recuerdo absolutamente nada (mala cosa). Para completistas y devotos, señalar el sutil guiño al film original cuando el prota está de compras y localiza el cenicero con el que "Tía Bedelia" mató a "Nathan Grantham". Luego lo devuelve despectivamente a la estantería.
En "To Grandmother's House We Go" una palurda se casa con un anciano por su dinero. Cuando palma, la tipa cree que va a ser millonaria pero no, la hermana del muerto se interpone y, casi a modo de revancha, le encasqueta a su nieta para que ejerza de mamá. Años después, la hermana cae gravemente enferma y pide ver a la cría, así que esta y la palurda emprenden el viaje. A medio camino se llevarán la sorpresa de su vida encontrándose cara a cara con un licántropo.
Aunque no podamos acusar a la historia de simplona y lineal, lo cierto es que también resulta un pelo confusa y tontaina, con cita muy directa al cuento de "Caperucita Roja" y un final que no acabé de pillar. Todo ello es culpa/mérito de un personaje la mar de interesante, William Butler. Director eventual ("La caldera del infierno", "Mad House" y un porrón de roña digital para "Full Moon") y actor en reconocidas muestras del género ("Leatherface: La matanza de Texas 3", "La noche de los muertos vivientes" de 1990, "Ghoulies 2", "Viernes 13 - 7"...). También fue el guionista de las dos últimas entregas de "El regreso de los muertos vivientes", lo que oficializaría su ajustado talento para las letras.... pero no seamos tan duros, "To Grandmother's House We Go" se deja ver, es medianamente imprevisible -algo siempre agradecido- y el diseño del hombre lobo mola un rato. Dirige P.J. Pesce... pofale.

Continuará...

Creepshow TV (4ª temporada)