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miércoles, 18 de enero de 2012

AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (8): LA SAGA -CASI- FALSA DEL "EXTERMINADOR"

Es un tema sobre el que ya he dado la chapa unas cuantas veces, pero si me lo permiten, la daré al menos una vez más: De películas reales de "El Exterminador" solo hubieron dos. El resto, todo mentira. Hasta ahora este era un rollo que me limitaba a soltar letra mediante, pero hoy he decidido aplicarme eso de "más vale una imagen que mil palabras"....



Películas como "Exterminador 2" las hubo, las hay y las habrá. Con todo lo "divertida" o entrañable que pueda ser, "Exterminador 2" no tiene nada de especial. Sin embargo, películas como "El Exterminador" las hubo... pero ni las hay, ni las habrá. Es imposible. Primero porque surgió en plena fiebre del cine de justicieros (moda esta situada en un espacio y tiempo socialmente muy específicos) y segundo, porque gasta una mala hostia que hoy ningún productor se atrevería a llevar a la pantalla. "El Exterminador" es una joya absoluta en su especie, un film super-políticamente incorrecto y con una violencia enfermiza y retorcida que, de hacerse actualmente, sería suavizada con los típicos excesos estilísticos o, peor aún, tics referenciales que todo lo estropean. Si hoy se hiciera un film como este clásico de James Glickenhaus, se vendería tal que "Una peli de justicieros como las de antes, ultra-violenta y políticamente incorrecta" y se usaría "El Extermindaor" como referente. Sí, vale, está gracioso ver las imitaciones/homenajes y regodearse en ella/os... pero nada puede compararse a lo auténtico. "El Exterminador" era auténtica, era honesta en todos los sentidos, incluso los malos. Una explotación descarada de la saga "Death Wish" sin un referente previo al que imitar en cuanto a su truculencia y sordidez. Este film es así, porque así se hacían en la época. Secuencias tan brutales como la lenta decapitación de un soldado yankee en el Vietnam (confeccionada por el fallecido Stan Winston quien, avergonzado, según donde solía ocultar su implicación en esta peli), el gangster en la trituradora, la puta quemada -¿y violada?- con un soldador o el político pederasta que recibe un disparo en la entrepierna, no eran vistosas por sus efectos especiales o su espectacularidad (bueno, salvo la de Winston!!!), eran vistosas por su sencillez, su radicalidad y su increíble mala hostia. Eso, hoy día, está muerto. Por ese motivo, "El Exterminador" es un clásico en su especie (y por eso, la segunda no lo es).



Nunca hubo un "Exterminador 3" porque la segunda parte -a diferencia de la primera- fue un fracaso en todos los sentidos. De hecho, su director nunca volvió a situarse tras una cámara... no al menos en esas funciones. Sin embargo, varios años después, a algun (o algunos) distribuidor Español se le ocurrió la absurda idea de pillar dos películas protagonizadas por Robert Ginty, es decir, el rostro/cuerpo del exterminador real, y lanzarlas al mercado como secuelas de aquella. De hecho, salió primero la cuarta, seguida de la tercera.
En realidad, "El Exterminador 3" se titulaba "The Bounty Hunter" y se hizo el año 1990. Ginty interpreta a un cazarecompensas en busca de su víctima. Curiosamente, él era también director (faceta esta que explotó mucho y bien en la televisión hasta su triste fallecimiento). Yo la vi de chaval y la recuerdo insoportable (tendría que repetir ahora a ver qué tal). "Exterminador 4" en realidad se titula "Out on bail" y está fechada un año antes que la anterior. Aquí Ginty interpreta a un tipo que es confundido por un criminal y puteado por la policía de un pueblo. El director no es otro que el veterano y reputado Gordon Hessler, en cuyo curriculum encontramos títulos como "La caja oblonga", "El viaje fantástico de Simbad" o "Indestructible: ruega por tu muerte", entre otros muchos. También la vi de chaval y, bueno, me pareció mejor que la supuesta tercera parte... pero no por ello menos mediocre.
Lo más curioso del caso es que, aún hoy, todavía hay gente que cree que estas secuelas bastardas eran legímitas.




No hubo "Exterminador 5" o "Exterminador 6", pero sí intentos de colarnos spin-offs igual de falsos. Probablemente el más descarado sea "Misión Comando" ("Gold Raiders"), producción del año 1983 (es decir, un año anterior a "Exterminador 2") entre Inglaterra y Tailandia y que, tanto en España como en Alemania, mostraba un slogan nada sutil: "El Exterminador ha regresado".
Menos descarada, pero tampoco coja, era "White Fire", hoy día un auténtico clásico del "trash" más descerebrado en cuya portada se lee alto y claro: "EXTERMINACIÓN es el tributo de los ricos". No hace falta decir más, ¿no?.
Y es que igual que Sean Connery con "James Bond" o Christopher Reeve con "Superman", Robert Ginty siempre fue, es y será "El Exterminador". Era la peli que le representaba y la que le inmortalizó, como bien demuestra la carátula de otro de sus films, "Vietnam, Texas". Mientras que bajo el nombre del co-protagonista asático, Haing S. Ngor, leemos un título de prestigio, "Los gritos del silencio", bajo el de Ginty leemos, como no, "El Exterminador". ¡Con dos cojones!.
Para ir terminando ya, y a modo de fricosismo, permítanme colar aquí un subproducto italiano dirigido por Sergio Martino, "Los halcones del esfalto" -en realidad su anti-clásico del horror "Torso, violencia carnal" en una edición pirata y engañosa- cuya carátula (cuanto menos en lo referente a esta edición de "American Home Video") muestra una imagen de lo más reconocible y chanante... y no nos extraña, porque si algo tenía de bueno "El Exterminador" era su increíble, fascinante, macarra e incluso inquietante portada.


Dicho esto, espero no tener que volver a repetirlo, porque ya serán unas cuantas veces las que he intentado hacer saber a los cuatro vientos que de "Exterminadores" solo hay dos, y que lo demás es mentira.

miércoles, 20 de mayo de 2009

EXTERMINADOR 2

Es posible que muchos de ustedes, queridos y pacientes lectores, se pregunten cada mañana al despertar cómo es posible que una maravilla del "exploitation" mundial como "El Exterminador" -la uno- aún no haya aparecido reseñada en este humilde blog (al final, sí cayó). Independientemente de ello, sería imposible para mi hablar de la secuela sin aclarar que el film original me parece una joya absoluta y demencial, la película de justicieros más sórdida, brutal, sucia, sádica y enfermiza de cuantas se han producido desde entonces hasta hoy. Es decir, que me encanta... y lo digo sabiendo de lo que hablo, pues la volví a ver no hace ni una puta semana. Que quede claro que, por comparación, la segunda parte no tiene nada que hacer. Esta es una fábula de acción ordinaria mucho más "standard" y "limpia" que, aunque a ratos sacia nuestra sed de violencia, no llega para nada al salvajismo de la que tan sabiamente firmó James Glickenhaus. Nunca habrá otra película como "El Exterminador 1", ni aunque el puto Tarantino se empeñara en ello... pero pelis como "Exterminador 2" las hubo, las hay y las habrá. Vamos, que no tiene nada de especial salvo las horteradas propias de su década. Los ochenta, payo.
Otra diferencia entre ambas, en este caso narrativa, es que mientras en la primera el prota, el buenazo de Robert -mofletes- Ginty, mataba a malos anónimos a diestro y siniestro, en esta segunda -y última- aventura, se encabrona con una banda de delincuentes de estética casi "Mad Maxiana" comandada por el inefable Mario Van Peebles, que por poco no se papea la función entera con patatas interpretando a un mega-malo del copón. De hecho, todos los delincuentes en este film, además de un "look" horripilante (eran los años del breakdance), tienen en común lo mucho que disfrutan matando a inocentes y, encima, se recrean en su agonía y/o muerte entre ofensivas risas burlonas. Fabricados para ser odiados, vamos. El exterminador vivirá un leve romance con una bailarina rollo "Flashdance" y una -también escueta- amistad con un negro que curra de basurero. Naturalmente, ambos terminan hechos añicos y servirán de perfecta excusa para que Ginty pierda el pedal, convierta un camión en un tanque y arrase con todos y más.
Detalles curiosos, si hay algo que achacar a la primera parte es que su FANTABULOSO cartel nos engañó. En la peli el exterminador ni usaba lanzallamas, ni llevaba casco de moto, ni vestía de negro (bueno, en alguna escenita por ahí sí, pero nada destacable). Para la segunda entrega, y conscientes de ello, decidieron actuar al revés, es decir, Ginty no se separa de su lanzallamas (y su casco) ni para ir al lavabo... a pesar de que una pistola o una metralleta serían armas mucho más cómodas... pero no tan "cool". Más, a diferencia de muchos otros films de justicieros, en los que los buenos son gente de clase alta y los malos de la baja (retorcido mensaje este), en "Exterminador 2" no se da el caso. Los buenos son tan pobretones como los malos. Robert Ginty está en paro y debe vender su reloj para comer, su amigo es un basurero que trata con los vagabundos y la parienta una go go de un bareto de mala muerte con sueños de grandeza. Un punto a su favor.
El productor del primer film, Mark Buntzman, ejerce aquí de director (con una ayudita no acreditada de William Sachs, co-guionista y director de cosas como "Galaxina" o "Viscosidad"). Tal fue el estropicio (imagino que económico, al no haber verdadera tercera parte... y sí, las supuestas "Exterminador 3 y 4" eran un invento de los distribuidores españoles) que nunca más volvió a dirigir. Produce la señera "Cannon", entonces emperrada en rodar secuelas de films de acción ajenos que explotaran los "leitmotiv" de estos, como hicieran con "La matanza de Texas" o "Death Wish".
Entretenimiento puro... descerebrado, sí, tosco, también, pero igualmente disfrutable.

domingo, 11 de abril de 2021

TRAILER DE "EXTERMINADOR 4"

Está claro que a John Eastland le cuesta no asomar por este blog. El muy pesao lo hace continuamente. ¿Quién? Sí, hombre! John Eastland, más conocido en los bajos fondos como "El Exterminador". Esa franquicia en la que hemos invertido tanta tinta y saliva.
Y hoy reincidimos con... ¡un trailer! el de la cuarta parte. Y ya saben, o deberían, que en realidad se trata de una vil falacia. Una sucia trola. Lo de "Exterminador 4" fue un invento de la distribuidora, porque la película se titula "Out on Bail" y de John Eastland ni rastro. No obstante, el inevitable encanto que destila es motivo suficiente para que lo subamos a nuestro YouTube.
Ahora les toca a ustedes verlo.


domingo, 15 de diciembre de 2013

UN TÍTULO DE LO MÁS CONSECUENTE

Si son ustedes coleccionistas de VHS y residentes en la Ciudad Condal, me extrañaría mucho que no llegara hasta sus encerados oídos hace cerca de un mes que cierto famoso video-club había decidido deshacerse de su veterano archivo de cintas, poniéndolas todas a la venta.
En fin, da la casualidad, por si aún no lo sabían, que yo sí soy -moderado- acumulador de vídeos y conozco a otros que sufren tan grata enfermedad, como el Sr.Enorm. Él fue quien me avisó del asunto y a él me pegué como una lapa en su primera visita a tan emocionante antro. Tranquilos, no voy a poner ni imágenes, ni vídeos del lugar, pero creánme si les digo que aquello era ESPECTACULAR. Un piso, entero, repleto de estanterías y, en esas estanterías, cintas y más cintas. A porrillo. Algunas con las cajas cambiadas, sí, pero también las había originales, y fueron más de las que pensaba. ¿Fechas?, pues de todo un poco, aunque las ediciones que más abundaban eran aquellas surgidas en pleno boom del videoclubismo, y de ahí en adelante.
El caso es que, a todo ello, hay que sumarle un dato de interés extra, maravillosamente espeluznante. Muchas de aquellas cintas, incluso las más abuelas, eran copias sin desvirgar. Que sí, que no es coña, llevaban una etiqueta que así lo indicaba. Imagino que los dueños querrían conservar al menos una de cada tal y como salieron de fábrica. Por si acaso. Y ahí se pasaron todos estos años, sin que ninguna mano les echara el guante y ningún cabezal las deshonrara. Resultaba fascinante abrir las cajas y encontrarse con unos soportes nuevos, brillantes, lustrosos y sin una mota de polvo de títulos como "La galaxia del terror", "Dreamaniac", "Museo de Cera", "Hysterical" y tantas otras (las que no anden por aquí ya reseñadas, acabarán apareciendo, no desesperen).
Aunque la joya de la corona fue "Usted primero, por favor", la infravalorada pero divertidísima comedia de Mark Pirro y por la que en este blog sentimos especial estima. No es ya que estuviera nueva, lista para estrenar, es que ni tan siquiera le habían quitado el plástico protector. El día que la agarré de los estantes casi me temblaban las manos de emoción. Y cuando decidí que era momento de romper su metafórico himen (con el sano fin de digitalizarla), sabía que me iba a topar con una cinta limpia de impurezas... pero no contaba con una sorpresica extra que fue de lo más celebrada por mi cascada persona.
Al abrir la caja, varios papelotes salieron esputados. Los más guachis fueron dos pegatinas, sí, pegatinas, una de "Mi novia es un diablo" y la otra -la más molona, claro- de "Exterminador 4". Junto a estas, un catálogo del sello distribuidor, "CB Films", desplegable y repleto de carteles de películas bien reconocibles y entrañables. Todo ello en tan buen estado y tan poco manoseado como una tumba egipcia huérfana de descubridor. Y ustedes se preguntarán, ¿cuánto pagaste por ello?... ahí está la garcia, ¡únicamente un puñetero euro!.
En fin, tanto fue el alegrón que, a pesar del ridículo que voy a hacer aireando una obsesión a la larga tan inútil -pero tan adorada/able-, decidí hacer fotos de todo ello y compartirlo con ustedes.
Sí amigos, yo fui el primero... el primero en abrir la caja y sobar todo aquello.... y no hizo falta que me lo pidieran por favor. Fue un gusZto!.
Deleitense...



Así venía la "tape", con su plástico y su etiqueta.


Detalle de la misma (ya destripada la protección).
He tachado el nombre del video-club para
garantizar mi seguridad personal.




Y así quedaba una cinta una vez desprovista
de todo el paripé.




Una vez abierta, y al sonido de "¡plop!", surgían
estas chuches tan deliciosas.




Antes de centrarnos en ellas, dejen que haga un pequeño
paréntesis para mostrarles la cinta. Limpia, brillante, pulcra
y diciendo aquello de "Cómeme!".




En cuanto a las chuches, ahí tienen las dos maravillosas pegatas.



Y este es el delicioso catálogo de "CB Films", que una vez
desplegado, quedaba así...




A pesar de su efecto acordeón, ya divisamos algunos
títulos de interés (la gran mayoría cortesía de
Menahem Golan y Yoram Globus), pero
vamos a centrarnos en ellos....




José Antonio de la Loma, Pino Donaggio, Max Von Sydow,
Chuck Connors...... ¡me corro!.




¡¡VAYA PAR!!, "Exterminador 2" y "Desaparecido en combate",
¡viva la "Cannon"! manque pierda.




Más "Cannon", destacando esta vez su celebrado ciclo ninja...



Hace muchos años que vi "Psicópata" (escalofriante caratula), y no me gustó nada,
como tampoco me gustó la otra peli del mismo palo de David Paulsen, "El asesino
tras la máscara". Ahora daría lo que fuese por revisarlas y reseñarlas.
Igual hasta me gustarían. Cosas de hacerse vieja.




Una saga sobre la que Víctor está muy empollado.
Y al lado, Rocío Durcal, ¡toma ya!.




Y nos despedimos con un hombre lobo adolescente
y con un gato, "Heatchliff", ¿se puede terminar de mejor manera?.
Lo dudo.

martes, 16 de junio de 2009

COBRA

A mediados de los 80 Stallone era el indiscutible rey de la taquilla. Sin embargo, "Cobra" resultó su primer tropezón (en ese momento). Venía después de "Rambo" (y "Rocky 4", dos pelis marcadamente "reaganianas"), contaba con el mismo director, George Pan Cosmatos, y el cartel recurría de nuevo a la imagen de Sly con cara de pocos amigos y luciendo arma chanante. Pero, como decía, no coló. No es que fuera un mega-fracaso... pero tampoco el exitazo que se esperaba de ella. Se abrió la veda, todos los críticos rabiosos ante el hecho de que el bueno de Silvestre fuera el boss de Hollywood e hiciese gala de una ideología política algo derechista, aprovecharon la oportunidad para vengarse. "Cobra" no paró de recibir palos y ser continuo motivo de chota en toda clase de medios. Aún hoy, a pesar de que con los años se ha ganado mejor prensa (el poder de la nostalgia, casi tan poderosa como el dinero y el sexo), ese cachondeo mal lechado aún colea.
Estamos ante una adaptación muy asá de la novela "Fair Game" (que sería readaptada unos años después para lucimiento de la top Cindy Crawford), aunque yo siempre he dicho que en realidad "Cobra" es un homenaje/plagio del primer "Harry, el sucio". Aparte de sus varios puntos en común inevitables por género (poli continuamente abroncado por sus superiores, asesinos psicópatas con afición por matar gente de lo más inocente, continua puesta en duda de la capacidad de la ley y su sistema, las frases lapidarias del héroe, etc, etc) tenemos que fijarnos en el reparto. Reni Santoni, quien interpretara al compañero de Clint Eastwood en el film de Don Siegel, es aquí compañero de "Cobra". Andrew Robinson, el francotirador loco de "Harry, el sucio", es en esta peli uno de los superiores de Stallone, y sin ser el malo de la función, su personaje poco tiene de bueno. A modo complementario, pero dentro de terrenos "harrycallahanistas", destacar la presencia
del entrañable David Rasche, suyo es el rostro que diera vida a "Sledge Hammer", la versión paródica del policía encarnado por Clint Eastwood.
Brigitte Nielsen (entonces, creo, pareja de Stallone) es testigo de un atroz crimen perpetrado por una panda de asesinos con aspiraciones sectarias y apocalípticas. Marion Cobretti, poli especializado en el "trabajo sucio" (como Harry) se encargará de protegerla. Violencia a raudales y mucha propaganda reaccionaria de delicioso sabor será el resultado.
Hasta cierto punto, podemos decir que "Cobra" es el paradigma del cine de acción ochentero, pues no solo tenemos a un Stallone en plena forma, también se trata de su primera colaboración con la entonces todopoderosa "Cannon". ¡¡Sylvester + Cannon!!, ¿tremendo, no? (imaginaos el placer orgásmico de los críticos a la hora de echar la bilis... tenían todos los ingredientes adecuados, y más). De hecho, esto de que Golan y Globus estuvieran de por medio da que pensar. Si lo miras detenidamente, "El Exterminador 2" (otra producción "Cannon" dos años anterior a "Cobra") y el film reseñado gastan algunas ideas en común. Por ejemplo, en las dos tenemos a una secta criminal casi-religiosa empecinada en provocar el mal y cebarse en la gente de la calle. El final de ambas se desarrolla en una fábrica, donde el héroe prende fuego a un malo rociado de gasolina desde el mismo e idéntico contra-picado relentizado. Y el jefe de los villanos (¡ese Brian Thompson tremebundo!) fenece casi igual en una y en la otra, ensartado y en llamas. ¿Sospechoso verdad?. No sería descabellado pensar que, a falta de material llamativo (y dado que "El Exterminador 2" era una producción más oscura, y fracasada, de la que no muchos se acordarían), los chicos de la "Cannon" buscaran en sus arcas con intenciones recicladoras.
Pero la cuestión es, ¿merecía "Cobra" tanto desprecio?. No, ni por asomo. Es evidente que todo aquello lo provocó una cuestión extra cinematográfica, era pura venganza personal. Daba igual si el film era bueno o no, sencillamente Stallone tenía que recibir "su merecido". En realidad "Cobra" es un thriller muy potente, vibrante, estilizado, entretenido y bien hecho con algunos momentos para el recuerdo.

martes, 19 de mayo de 2009

EL SILENCIO DE LOS BORREGOS

El universo está repleto de enigmas, preguntas sin respuesta y grandes dudas. Pero, probablemente, la mayor de todas ellas, aquella que tortura a grandes y pequeños, sea esta: ¿Cómo es posible que un actor/director Italiano de tercera división lograra que los americanos le respaldaran en un proyecto nacido para morir y, encima, contara con la participación de algunos actores de bastante prestigio?. No hay solución para tal misterio, aunque uno puede hacerse una leve idea cuando entre los créditos descubre a Julie Corman (la señora de Rogelio) como productora. Ello no aclara, no obstante, la presencia de John Carpenter y Joe Dante en el mismo plano e interpretando un chiste barato de lo más zafio y tópico.
“El silencio de los borregos” mezcla los argumentos de “El silencio de los corderos” y “Psicosis” y puede integrarse tranquilamente en el “spoof”, pero línea chusquera, es decir, acumulación por acumulación de chistes, el 95% de ellos muy malos, y un leve 5% bastante simpáticos (“¿Le puedo ser franco?”, “Ah! Pensaba que usted se llamaba Joe!”) y mezclado al mismo tiempo con una concepción muy italiana de la comedia, donde prima redundar los gags, insistir en ellos hasta que pierden la gracia o explicarlos cuando uno ya los ha pillado a la primera. Que el prota se llame Jo Dee Foster (¡!), que Martin Balsam recupere su papel del detective de “Psicosis” y se haga llamar… ¡Martin Balsam! o que un tipo sea acuchillado en la ducha por el mismo Alfred Hitchcock es lo que yo digo humor barato de patio de colegio.
Ezio Greggio co-protagoniza, guioniza, dirige y produce ejecutivamente (¡guau!) esta mega-astracanada de peli que, por exceso, acaba resultando hasta entretenida, aunque te pases media proyección diciendo aquello de “¡Joder, que malo!”. Pero dejémonos de moñadas, vamos a por lo que realmente impresiona, que es su reparto de protagonistas, secundarios y cameos (siguiendo el orden de imdb, of course): Billy Zane, cuando aún no estaba tan acabado, Dom De Luise (interpretando a la parodia de “Hannibal Lecter” con el original nombre de “Dr.Animal Cannibal Pizza” ¿¿??), Joanna Pacula, el mentado Martin Balsam (que, como John Hurt en “Spaceballs”-“Alien” recrea la escena de su muerte en “Psicosis” precedido por un “¡Oh no! ¡Otra vez!”), Stuart Pankin (rostro habitual de orden segundón, muy típico de comedias americanas), John Astin (el que fuera progenitor de la “Familia Addams” en la pequeña pantalla durante los años 60 que, lógico, recrea aquí muchos tics relacionados con dichos personajes), Bubba Smith (Hightower en la saga “Loca academia de policía”, de esta también podemos ver a Lance Kinsey, es decir, el teniente Proctor), Rip Taylor, Shelley Winters, Nedra Volz (la abuela cegata de “Locademia de conductores”, interpretando básicamente al mismo personaje), Henry Silva (al que no vi por ningún lado), John Roarke (el doble de George Bush padre, que ya lo parodiara en "Agárralo como puedas 2 1/2"), Tony Cox (el enano negro habitual en las "Epic, Date o Disaster Movies"), Irwin Keyes (rostro imborrable del cine "exploitation" más auténtico por sus inconfundibles facciones de mongo, lo hemos visto en montones de pelis, "El Exterminador", "Viernes 13", "Death Wish 4" o, más recientemente, "La casa de los 1000 cadáveres"), Eddie Deezen (cómico de tercera habitual en el cine de Fred Olen Ray), Rudy De Luca (mano derecha de Mel Brooks, interpretando al mismo personaje, 30 años después, que encarnara en "Máxima Ansiedad") y un montón más que seguramente se me escapan. Completan la jugada los cameos de John Landis, Mel Brooks (cómo no, es obvia la admiración que Greggio siente por este al incluir a varios de sus habituales. La jugada le salió bien, ya que el judío contaría con el Italiano para sus siguientes películas) y los citados Carpenter y Dante.
"El silencio de los corderos" y "Psicosis" aparte, también tenemos referencias directas a "Instinto Básico", "Star Wars" o "Desafío Total". La voz en off que va narrando, así como algún gag muy puntual, son copia directa y total de los "Agárralo como puedas". Lo mismo podemos decir con el baile de falsas identidades en el desenlace, que recuerda excesivamente a "Un cadáver a los postres".
Lo dicho, sigo sin comprender la existencia de esta película (rodada además con medios más que potables), sigo preguntándome qué pensarían los actores yankis (y los técnicos) mientras la iban realizando... aún así, aunque solo sea como mera rareza, como un accidente de la meca del cine... bien merece que le echéis un vistazo... igual incluso os reís un rato y todo, ¿quien sabe?.

sábado, 22 de enero de 2022

CREEPSHOW TV (2ª TEMPORADA)

Asumida la poca naturaleza "Creepshowiana" de esta versión para la caja tonta, y que cualquier intento de mandar un guiño al clásico (como la música de los feísimos créditos iniciales) únicamente incrementa la dolorosa comparativa, me agencio las segunda y tercera temporadas completas. Me las veo (no sin cierta ilusión, lo reconozco) y las reseño. Aquí tienen todos los capítulos de la que hace dos. En breve, la otra.

CAPÍTULO 1 - "Model Kid" / "Public Television of the Dead": Rememoremos la historia que introduce y cierra el "Creepshow" de George A. Romero: un crío abroncado por su severo padre, que le tira los tebeos a la basura, recibirá justa venganza cuando se agencie un muñeco vudú. Bien, esa es la base de este "Model Kid". Cambiamos al padre por el tío. Cambiamos al niño morenito por uno rubito (probablemente alter ego del Greg Nicotero infante). Y al muñeco vudú por una figurita de esas de la marca "Aurora" (no en balde es ese un nombre que sale varias veces a lo largo del capítulo). Se agradecen estas movidas de niños fans del terror marginados por adultos o matones en el colegio, y que se toman la revancha. Pero la verdad es que ya comienza a ser un recurso trillado y cansino. Al villano lo interpreta Kevin Dillon. El guionista, John Esposito, tiene una larga experiencia en el género, aunque tal vez su logro más peculiar sea esa cosa de nefasto recuerdo titulada "La sombra del faraón". En cualquier caso, aquí el efecto comparativo es TOTAL y, obviamente, muy dañino.
La siguiente historia, "Public Television of the Dead", debería fliparme porque es un absoluto tributo a "Evil Dead" (y un poco al Sr.Romero y su recurrente Pittsburgh). El mismo Ted Raimi -haciendo de Ted Raimi- acude a un programa de antigüedades a mostrar el "Necronomicón" (ya que, como aclara, pertenece a su familia desde hace muchos años, ¡¡juas!!). Lo leen en directo y se arma la marimorena. Uno de los encargados de poner orden será un relajado pintor televisivo visiblemente basado en otro real redescubierto y reivindicado recientemente -a través de la bufa, algo muy común hoy día-: Bob Ross. Viene aliñado con unas gotillas a lo Mr.Rogers, para quien Romero curró en su época. Precisamente, otro de los héroes de la función es un cámara y realizador regordete de nombre George. Todo muy familiar. Uno de lo momentos más graciosos consiste en el pintor recreando en un lienzo el escenario al completo de "Terroríficamente muertos". Lo demás, puro manual.
Bien, una característica común en la serie a partir de aquí (y que se extenderá a la tercera temporada) es su obsesión por comerle la polla indiscriminadamente al fan medio a base de guiños, homenajes, tributos y lameculadas. Y funciona, según he podido leer muchos pican. A mi me irrita bastante. Lo veo un modo muy ruin de parapetar la falta de buenas ideas propias. En otras palabras, no van a lograr cegarme por mucha rosca que hagan al fan nostálgico que hay en mí. No me vendo tan fácil.
Dirige ambos capítulos el mismo Greg Nicotero.

CAPÍTULO 2 - "Dead and Breakfast" / "Pesticide": "Dead and Breakfast" gira en torno a los nietos de una vieja asesina psicópata que se mueren por convertir la mansión que aquella usó para sus escabechinas como marco turístico. Y forrarse en el camino, claro. Pero el público la ignora, así que invitan a una youtuber especializada en crímenes reales para que pase allí unos días y la promocione. Lo malo es que la chavala comenzará a poner en duda la veracidad de todo ello. Este capítulo es tan entretenido como interesante. Los personajes gastan carisma, la youtuber es genuinamente odiosa y repugnante y, en fin, ¡sale C.Thomas Howell! (compartiendo protagonismo con Ali Larter, superviviente de algunas entregas de "Destino Final"). El desenlace no decepciona. Parte de ello se lo debemos a los guionistas Erik Sandoval y Michael Rousselet (que repetirán en la temporada 3) y a la señora directora, Axelle Carolyn, responsable de la reciente "La mansión", que no funciona tan bien como su aportación al "Creepshow" televisivo, pero se deja ver.
Por desgracia "Pesticide" no repite la hazaña. La idea de que un tipo contrate a un exterminador de plagas para acabar con unos vagabundos que okupan su fábrica está bien. Pero, a partir de ahí, la cosa se torna un caos, un delirio que no entiendo a donde va ni que pretende, a pesar de contar con unos notables efectos especiales. Lástima. Obviamente las referencias, sobre todo sonoras, a la famosa historia de las cucarachas del "Creepshow" original son unas cuantas. Entre el reparto destacan el Carpenteriano Keith David y Ashley ("Hellraiser") Laurence. Dirige Don Nicotero.

CAPÍTULO 3 - "The Right Snuff" / "Sibling Rivalry": "The right snuff" está un rato chula (aunque, eso sí, el "Creepshowismo" sigue brillando por su ausencia). Protagonizan el culebrón unos astronautas en pleno viaje experimental para probar una máquina capaz de juguetear con la gravedad. El inventor de esta recibe todos los laureles, mientras que el piloto vive acomplejado porque su padre, un astronauta famoso, le hace mucha sombra. Dicho complejo se acrecentará cuando les anuncien que han de entrar en contacto con vida alienígena por primera vez y el elegido sea el inventor. La envidia del otro estalla y, en fin, corre la sangre. Pues sí, para estar todo el episodio ambientado en una nave (a base de decorados y efectos bastante potables) y dos personajes, la cosa se aguanta bien gracias a lo interesante de la trama, científicamente (todo el tema de la gravedad artificial) y humanamente hablando (lo de las envidias y frustraciones. Algo que, viviendo como vivimos en este país, nos cae muy cerquita). El único pero que le pongo es el aspecto de los aliens, un poco chungo. Se agradece que estén hechos a mano y, supongo, gasten unas formas voluntariamente "camp", pero no creo que case bien con el tono del capítulo. Protagonizan Breckin Meyer de "Pesadilla final: La muerte de Freddy" y Ryan Kwanten de "Silencio desde el mal". El dire es el normalmente insufrible Joe Lynch.
La historia que sigue desciende unos peldaños. Arranca como una comedia "teen" de pijas histéricas, lo que justifica la presencia de Molly Ringwald como directora de un instituto a la que una adolescente lerda le cuenta que su hermano ha intentado matarla. Las cosas derivarán por derroteros vampíricos. Lo mejor lo tenemos cuando la adolescente comenta que sus únicas experiencias sexuales compartidas consisten en hacer pajas. Lo demás, extremadamente tontuno y olvidable. Guioniza una tipa. Dirige Rusty Cundieff de "Tales from the hood" o "Fear of a Black Hat".

CAPITULO 4 - "Pipe Screams" / "Within the Walls of Madness": Retomamos la movida del "monstruo usado como arma arrojadiza contra un ser humano detestable" -es decir, la historia del bicho de la caja en el "Creepshow" original- y lo hacemos de la mano de la entrañable Barbara Crampton, que pal caso da vida a una casera despiadada y racista (hay incluso un momento que aparece medio borracha con un vaso en la mano, igual que Adrienne Barbeau). La acompañan Eric Edelstein (uno de los nazis malotes de "Green Room") y un bicho no especialmente mal logrado a base de pelos y suciedad que se oculta en las tuberías. Una historia muy tonta, que no aporta nada, pero tampoco ofende. Dirige Joe Lynch.
Con "Within the Walls of Madness" me perdí un poco, resulta algo liosa, pero digamos que gira en torno a un tipo condenado a muerte por una serie de asesinatos que, dice él, fueron cometidos en realidad por un demonio surgido de una dimensión paralela gracias a los esfuerzos de una científica interpretada por Denise Crosby, de "El Cementerio Viviente". Sin más. Dirige todo un VIP del club "Creepshowiano", John Harrison.
Aprovecho el inciso para comentar que las transiciones animadas de esta segunda temporada molan bastante. Se alejan del tono realista de la anterior (y el film original), y evitan el look "flash" que veremos en la siguiente. Las que nos ocupan tiran de rollo caricaturesco y denotan mucho estilo. Un toque original de la serie que, por raro que suene, funciona.

CAPITULO 5 - "Night of the Living Late Show" : A modo de colofón, Nicotero y los suyos cierran la temporada con un capítulo especial de duración doble, donde retoman el "servicio oral para el fandom" pero, al menos, de un modo más inteligente, integrándolo en la trama sin que irrite excesivamente. Y pal caso, además del inevitable guiño con posterior moratón en el ojo al recurrente Señor Romero y sus zombies, tenemos una referencia constante y sangrante nada menos que a nuestra "Pánico en el Transiberiano". Se lo explico.
Justin Long -al que hemos visto en "Jeepers Creepers" o "Arrástrame al infierno"- da vida al inventor de la máquina de realidad virtual definitiva, una que permite al usuario formar parte de sus películas favoritas. En su caso se trata del clásico dirigido por Eugenio Martín. No solo lo disfruta, además anda enamorado del personaje que interpreta ¡¡¡Silvia Tortosa!!!. De esta manera el inventor huye de su mediocre realidad y, muy especialmente, su señora esposa, con la que se casó por dinero y que, obviamente, no luce tampoco muy apetecible (aunque ni mucho menos es el cayo que nos pretenden vender). La cornuda, harta de desprecios e infidelidades -virtuales-, usará la misma máquina para vengarse.
Lo cierto es que, llegado el momento, comencé a pensar aquello de "Me aburroooo", antes de descubrir que consumía un capítulo más extenso de lo habitual. Pero no está demasiado mal. Las escenas en las que Justin Long entra a formar parte de "Pánico en el Transiberiano" e interactúa con Christopher Lee, Peter Cushing o la misma Tortosa, tienen su gracejo, aunque tampoco es que estén estupendamente facturadas. Llama la atención que se busquen a una doble de la actriz catalana cuyo parecido resulta bastante discutible.
El guion corre a cargo de Dana Gould, todo un personaje mediático ligado a cosas tan distintas y curiosas como "Los Simpson", "Mystery Men" o esa rareza titulada "Me levanté temprano el día de mi muerte". Dirige Greg Nicotero.

sábado, 22 de marzo de 2025

STONEY, EL FRÍO

No solemos ser tan oportunos, pero el cruel destino ha obrado en nuestro favor. Tenía el siguiente tocho programado para dentro de dos semanas.... y justo me entero del fallecimiento de Wings Hauser, legendario astro del cine barato y prota absoluto del film en cuestión. Es por ello que he decidido adelantar su publicación a modo de tributo. Descanse pues en paz, caballero.
Dice asín...
En la reseña de "Police Force" acusaba al productor, mister todoterreno Sandy Howard, de haberme engañado con otra de sus películas previas, "Stoney, el frío", vendiendo -por título- una falsa epopeya justiciera "a lá Harry Callahan". Luego, en -precisamente- frío, lo consideré un poco injusto por mi parte, ya que la "estafa" fue cosa de los distribuidores españoles (el único país donde se tiró de tal estratagema) quienes optaron por ese bautismo troleante, cuando en realidad la película fue estrenada en USA como "Deadly Force", un rato molón (claro que traducido suena más genérico, "Fuerza Mortal"). Sin embargo, me informo -es decir, visito Imdb- y descubro que el film SÍ nació con la intención de arrancar una nueva franquicia de vigilante repartiendo tiros, citándose muy claramente "Harry, el sucio" y "Death Wish" como inspiración (así lo de "Deadly Force" cobra más sentido. Un título al que le pega mucho una posible numeración continua, "Deadly Force 2", "Deadly Force 3"... ¿a que sí?). Desconcertante, muy desconcertante, porque una vez consumida por segunda vez -cortesía de mi querido "consiguietor" Enorm- tras la inevitable y mentada decepción juvenil, no veo paralelismos por ningún lado. La cuestión es que Sandy Howard quedó impresionadísimo con el carisma y talento desplegado por Wings Hauser en su colaboración anterior, "La jauría del vicio", donde hacía de villano ultra-cabrón, y decidió fabricarle un vehículo de lucimiento, con el protagonista -esta vez un héroe- totalmente diseñado para él. No obstante, Hauser desenmascaró su limitado registro interpretándolo casi como si fuese otro villano -o eso dicen los que saben-, de ahí la imposibilidad de conectar con su condición supuestamente heróica y, de rebote, con el público. El inevitable fracaso resultante puso fin a la intención "franquiciadora" y a las colaboraciones entre productor y actor. A saber el mal rollo que generaría todo ello.
No obstante, según mi teoría -la de los que saben poco-, el descalabro no solo es cosa del amigo Wings. La película, toda ella, carece de elementos medianamente llamativos. Tal vez el enfrentamiento final entre el héroe y su némesis resulte algo más interesante, ni que sea por la inhabitual cantidad de estopa que recibe el primero. Pero, en general, abunda el muermo. Falta acción, falta violencia, falta sordidez, falta de todo. Podría pasar como semi entretenimiento de tarde de domingo, consumido mientras miras el móvil o piensas en tus mierdas, pero nada más. No deja ninguna clase de poso y Hauser da vida a un tipo demasiado normal como para resplandecer en el rol de justiciero. Es sociable, simpático, enseña el culo, está enamorado de su mujer a la que ama (fuerza un polvete reconciliador) y, en fin, no hay mucho de duro, frío y despiadado en él. Tampoco nadie se venga aquí, lo que rebaja totalmente la posible adrenalina que ello provocaría en nosotros, ilusos consumidores, y eso incluye la poco gustosa muerte del malo... uno que se supone sorpresa, pero ves venir desde lejos y sobradamente. Al parecer, el director, Paul Aaron (a quien debemos films como el "Fuerza 7" con Chuck Norris, la comedia "Maxie" con Glenn Close o -en funciones únicamente de productor- "El alucinante viaje de Bill y Ted"), aseguraba a los medios del momento que había evitado rodar "la típica peli de polis matando a diestro siniestro". Considerando ello, casi podríamos señalarle a él como total y absoluto culpable. Eso es justo lo que tendría que haber sido "Stoney, el frío".
Hay un maníaco suelto en la ciudad que elige sus víctimas a boleo. Ha asesinado a una jovenzuela cuyo abuelo pide ayuda a su amigo Stoney Cooper para que averigüe algo. Este, detective de profesión -fue expulsado de la policía, no dicen por qué razón, pero suponemos que será cosa de métodos expeditivos... ¿no es siempre así?-, se dedicará a resolver el entuerto, recuperar a su ex y, de paso, enfrentarse a viejos enemigos.
Inevitablemente, y siendo una película del año 1983, localizamos unos cuantos nombres curiosos. En cuestiones de reparto, destacan Paul "El precio del poder" Shenar, Al "El padrino parte III" Ruscio, Lincoln "Fortaleza Infernal" Kilpatrick -ambos de extensísima y sorprendente carrera-, la Estelle Getty de "Las chicas de oro" (haciendo gala ya de ese desparpajo que, en su vejez, la catapultaría hacia lo más alto), Aaron Norris -hermano de Chuck, es decir, enchufado- como policía y el bueno de Ned Eisenberg en plan ratero callejero, lo reconocerás como chico malo / víctima en "La Quema", pandillero en "El Exterminador", soldado israelí en "Ultimatum" y aficionado a la ultra-violencia en "Locademia de conductores". ¡¡Carrerón!!.
El caso de la "partenaire" de Hauser es un poco atípico. Joyce Ingalls venía de interpretar a una prostituta en "La cocina del infierno" de / con Stallone. Por lo visto, en la época el famoso actor y ella fueron pareja, o follamigos (me pregunto si cuando Estelle Getty y Sly coincidieron años después en "¡Alto! o mi madre dispara", cuchichearían al respecto). Tras "Stoney, el frío", Ingalls se lió con movidas beatas. A causa de ello, dejó la interpretación, que no retomó hasta 1998 con "Arma Letal 4". Eso sí, en un rol de enfermera, casi como extra. Debió satisfacerla más bien poco porque ya no reincidió. En 2015 abandonó esta dimensión.
En los efectos de maquillaje un clásico, Mark Shostrom, de más que lustrosa trayectoria. Aquí no es que le dejen lucirse mucho, pero cumple.
Y, ya concluyendo, en tareas de guion tenemos a un "mostro" del "exploitation" como era Robert Vincent O´Neil, padre de la saga "Angel". A Barry Schneider, responsable del libreto de "Ruby", del de la comedia "Apáñatelas como puedas" y de dos para Mark Lester, "Roller Boogie" y nada menos que "Curso 1984". Vale la pena señalar que en esta no figura acreditado, siendo el reputado Tom Holland quien se lleva la medalla. He buscado información (es decir, he vuelto a mirar a fondo Imdb), pero sin suerte. Aunque para misterios, el tercer guionista de "Stoney, el frío" (¡¡tres personas pa escribir esto!! tiene delito) Ken Barnett. Posee un único segundo crédito como guionista, otro producto Sandy Howard titulado "Las aventuras de Hambone". Lo llamativo es que, justo Ken Barnett, fue el nombre elegido por Freddie Francis y Ken Wiederhorn para ocultar sus respectivas (ir)responsabilidades con respecto a la fallidísima "Torre de cristal", recuerden, aquella de terror rodada en Barcelona el año 1987 usando como escenario exterior la Torre Trade. Aquí pueden leer al respecto. Ya, ya, seguramente haya unos cuantos Ken Barnett pululando por los USA, pero la coincidencia tiene su coña y la duda no se disipa del todo al descubrir que "Torre de cristal" venía producida por el amigo Sandy Howard..... ¡¿hein?!.

sábado, 28 de noviembre de 2020

KM.666, DESVÍO AL INFIERNO

Que una película de terror hoy día presuma de truculenta y "regresar a la esencia del crudo y duro horror yanki de los 70" no tiene nada de nuevo, ni de raro (ni de verdadero, témome). Pero en el año 2003, saliendo aún de la invasión de productos asépticos e inofensivos impuestos por el súper-éxito de "Scream" seis años antes, era todo un subidón para el aficionado medio (sector al que, me guste o no, pertenezco). Recuerdo haber leído en su día las declaraciones del tristemente fallecido Stan Winston, responsable de los efectos, co-productor y verdadero impulsor del proyecto, donde explicaba que su intención era justamente esa, retomar un tipo de terror más sucio, feo y duro. Casi me atrevo a decir que "Km 666, desvío al infierno" fue la primera en dar tal paso. Nadie puede discutir que impuso -no inventó, pero sí perfeccionó- el "survival horror" o, lo que es lo mismo, la combinación del "slasher" clásico con la temática de supervivencia nacida a raíz de la estupenda "Deliverance". Desde entonces, es un subgénero que ha abundado por doquier.
Varios jóvenes quedan accidentalmente atrapados en plena montaña a merced de un feo clan de antropófagos. Se las verán canutas para evitar que los cacen y cocinen.
La primera vez que vi “Km 666, desvío al infierno” fue en el cine y no me gustó. La encontré aburrida y previsible y, claro, la prometida truculencia no me pareció tanta. Sin embargo, a base de posteriores visionados se me fue ganando. Tanto como para que, cuando salió en dvd una edición especial de dos discos, me la comprara. Desde entonces nunca ha dejado de molarme.
Los protas/víctimas son todo lo guapos que pide el género, pero no molestan demasiado. Desmond Harrington da perfectamente el pego como héroe de la función y esa imagen suya sujetando la escopeta al final es muy chanante. Nadie se cree que a la chica de la peli, Eliza Dushku, la haya dejado su novio ¡y por teléfono!, pero no importa. Se supone que es la "hot girl" del sarao, pero a mí me gustaba (y me gusta) mucho más Lindy Booth, que hace de golfa con aspecto aniñado/angelical. Emmanuelle Chriqui tampoco es fea, tiene un nombre muy gracioso y puede presumir de dar vida a un personaje que, para variar, reacciona con verosimilitud ante la muerte de un Jeremy Sisto que no carga por los pelos. Además, su propio fenecimiento es uno de los momentos álgidos del film, cuando le parten la cabeza/cara en dos mitades por efecto de un certero hachazo. Estando Stan Winston de por medio, los efectos se reparten entre lo físico y lo digital. Los primeros siempre se agradecen más en una película así, pero los segundos, aplicados con mesura y corrección, no ofenden en exceso. Claro que no solo de FX vive la peli. Es justo destacar que posee también unas lustrosas dosis de un suspense muy bien facturado. La secuencia en la que los protas intentan salir de la cabaña de los caníbales sin hacer ruido, evitando así despertarles de la siesta, está muy lograda y consigue su fin, crear tensión.
El éxito de "Km 666, desvío al infierno" -más en vídeo-clubs que en cines- esputó varias secuelas sobre las que pueden leer en este blog (ahí van: DOS, TRES, CUATRO y CINCO. La sexta nunca llegó a reseñarse). Evidentemente, y como es norma, la calidad va decreciendo a medida que los números se acumulan. Lo gracioso es que, fieles a su fin eminentemente comercial, todas contentan al posible espectador/fan dándole aquello que se muere por ver e incluye recreaciones (y ampliaciones) de las muertes más brutas e impactantes de la primera parte. Lo que no hay en esta, y sí en todas las otras, es tetas... alguna ventaja tendría que tener el presupuesto escaso y el destino directo a estanterías.
La gran noticia es que ya se ha rodado, pendiente de estreno, otra secuela más, solo que esta se desvincula de las anteriores y conecta directamente con la original. Para darle más caché, han contado con el guionista de aquella, Alan B. McElroy, autor también de los libretos de "Halloween 4", "Rapid Fire" (lucimiento pa Brandon Lee) y "Spawn".
La novedad de contar con Rob Schmidt para la dirección de "Km 666, desvío al infierno" residía en que venía de un cine "indie" no especialmente afín al terror y que, por ello, iba a poner más atención a los aspectos humanos y actoriles. Sí, puede que sí. Pero tampoco le sirvió de mucho, porque desde entonces, y salvo su participación en las series "Masters of Horror" y "Fear Itself", no ha parido gran cosa. 
Entre el equipo de productores encontramos a Jefferson Richard, al que debemos varios títulos bien curiosos como “Maniac Cop”, “Dance Academy”, “Vampiros a la sombra”, el actioner zetoso “One Man Force”, “El silencio de los inocentes” y “Time Master” (ambas dirigidas por James "El Exterminador" Glickenhaus, de cuando intentaba convertir a su hijo en una estrella), “Gothika”, “Leyenda Urbana 3” y “Siempre sabré lo que hicisteis el último verano”. Aunque lo más destacable se encuentra en su escueta faceta como director. Por un lado tenemos “In search of a golden sky”, baboso melodrama de aventuras infantil protagonizado por un imposible Charles Napier y co-guionizado por el eterno George “Buck” Flower. Por otro el mucho más adecuado y oscuro “slasher” tardío “Berserker” (con banda sonora compuesta por el director de "Dance Academy", como bien apuntaba Víctor en su reseña de esta última, y Flower en un papel secundario. Todo queda en casa).  Fascinante carrera la suya.
"Km 666, desvío al infierno" no es un dechado de originalidad, cierto, pero tampoco creo que lo pretenda. Es pura "formula", la recuperación de un tipo de cine perdido, llevada a término sin efecto nostalgia, sin gota de humor, sin referencias, ni post-modernidades varias, totalmente consciente de su condición, honesta y, por ello, efectiva. Da lo que quieres y lo hace con dignidad y talento. No creo que se le pueda pedir más.
Me la quedo.