"Asesinos Cibernéticos" era un simpático film de 1995 que, aunque tuvo un paso discreto por la taquilla, sí se ganó el cariño de un buen sector del fandom. ¿De culto?, es probable. Les refrescaré la memoria: su prota era Peter "Robocop" Weller, estaba basada en un relato de Philip K. Dick y a los mandos del guión teníamos a Dan O´Bannon (escritor de "Alien, el 8º pasajero", "Desafío Total"... y director de "El regreso de los muertos vivientes", entre muchos otros trabajos de prestigio) acompañado por un tipo de curioso nombre, Miguel Tejada-Flores. Las estrellas de aquella peli eran unos robots originariamente creados por el hombre con el fin de combatir en una guerra. Estos habían aprendido a independizarse y auto-fabricarse, llegando al extremo de poder sacarle partido a la piel/carne humana a la hora de dar forma a híbridos. Lo dicho, no era ninguna maravilla, pero se dejaba ver con agrado.
Catorce años después, y tal vez motivados por esa aureola cultista del film original, a alguien (quizás a Miguel Tejada-Flores, que para algo también se ocupa del guión de esta) se le ocurrió rodar una secuela directa para el mercado del DVD, práctica cada vez más extendida y que, francamente, aprecio (¿por qué?, porque así estas producciones eminentemente comerciales no se han de escudar en intelectualismos baratos y dan al espectador lo que este espera, maravillosos efectismos a mansalva... en el caso de la comentada, el gore es mucho más generoso que en su antecesora).
"Screamers (Asesinos Cibernéticos 2)" es pura fórmula. Señal de socorro desde el planeta infestado por los puñeteros robotitos. Un comando de rescate, integrado por dos chicas guapas, unos cuantos blancos y un negrazo muy duro él (lo siento Victor, no es tu amigo Ving!), se presentan dispuestos a cumplir su misión en 6 días, pues pasada esa fecha, una lluvia de meteoros se cepillará el lugar. Como en "Aliens, el regreso", hay uno del grupo con malas intenciones y por su culpa las cosas se complicarán. A los "screamers" de siempre, hay que añadir una nueva raza, un híbrido entre humano y robot que le dará mucho juego -y mucho jugo- a los chicos de los efectos especiales.
Todo se ve venir desde el minuto uno, pero está lo suficientemente bien hecho, y dura lo suficientemente poco (no llega a 90 minutos por poquito), que el resultado acaba siendo tan anodino como entretenido... y en este caso, ya mola.
Ah joder! casi lo olvido... ¡y sale Lance Henriksen!.