Últimamente, me ha entrado una especie de fiebre con Al Pacino. No hago más que ver películas de Al Pacino, degustar su filmografía, disfrutar de sus buenas películas y también de las malas, de sus buenas interpretaciones y también de las malas… incluso estoy disfrutando más de las malas películas/ malas interpretaciones que de las buenas.
Llevo ya un tiempo comentando sus pelis en “la hora de Ving Rhames”, si son oyentes ya saben a que me refiero. Y para que en AVT, quede constancia de esta fiebre mía, que mejor que dedicarle una reseñita a la infamia protagonizada por Al Pacino mas cercana al terror (¿O al cine de juicios?).
Un abogado provinciano (Keanu Reeves), sin ningún escrúpulo y tras ganar un juicio en el que un pederasta culpable sale inocente, es contratado por un extraño bufete de Nueva York, así que allí se va con su esposa (Charlize Theron) a comenzar lo que será una prospera vida. El jefe de ese bufete (Pacino), pronto le hará saber las cosas buenas de la vida… no en vano es el diablo.
Dentro de la extensa filmografía de Al Pacino, hay tres partes muy diferenciables. Sus inicios en los setenta, gracias a los cuales hoy es una leyenda y permite que una película de tercera categoría sea un reclamo solo porque sale el, su asentamiento desde 1982 hasta 1997 donde los buenos papeles conviven con otros no tan buenos, siendo DONNIE BRASCO el final de esta etapa, y el declive, que comenzó también en 1997 con esta película y continúa hoy en día, en el que vamos viéndole envejecer, vamos siendo conscientes de sus dolencias ( la película RELACIONES CONFIDENCIALES es una muestra palpable y directa de lo mayor que es este hombre),de sus babeos, de sus sobreactuaciones, de sus infra-actuaciones, de la caricatura de si mismo en la que se está convirtiendo película tras película, y de cómo un actor espantoso, ha hecho creer a todo un planeta que es un actor cojonudo. El Al Pacino del declive es el que yo reivindico (¡¡¡que se jodan EL PADRINO o SERPICO!!!), del que me río y del que disfruto como un enano desde hace un par de meses, y PACTAR CON EL DIABLO, es la culpable de todo esto.
La peli, que va de peliculón moderno y agresivo, que tontea con el terror y con el erotismo, e incluso con la escatología, es inevitablemente un tostón que adolece de todos los elementos de los que presume, y que reduce con cuentagotas las intervenciones de Pacino, precisamente por tener en filas a un “grande” y hacer de esos momentos algo historico. También pasaba eso con Marlon Brando. Pacino en la época en la que hacía esta película también se creía “el más grande” y eso se nota a cada arqueamiento de ceja y no-parpadeo de los muchos que hay en la película . Y efectivamente, si quitas a Pacino de la película, la cosa se va a la mierda porque es muy mala, pero hay que verla, solo por verle a el, pareciendo ciego, poniendo cara diabólica, comprobar el postizo dental que luce solo para parecer mas joven, gritando como loco y, lo mejor de la película, verle hablando en español (en la versión original).
Es pionera en el sub-género del “Pacinismo” y eso lo comprobé anoche viéndola. En ello, una obra maestra. Vean, vean el video y descojonense… es una de las escenas cómicas mas graciosas de todos los tiempos.
Llevo ya un tiempo comentando sus pelis en “la hora de Ving Rhames”, si son oyentes ya saben a que me refiero. Y para que en AVT, quede constancia de esta fiebre mía, que mejor que dedicarle una reseñita a la infamia protagonizada por Al Pacino mas cercana al terror (¿O al cine de juicios?).
Un abogado provinciano (Keanu Reeves), sin ningún escrúpulo y tras ganar un juicio en el que un pederasta culpable sale inocente, es contratado por un extraño bufete de Nueva York, así que allí se va con su esposa (Charlize Theron) a comenzar lo que será una prospera vida. El jefe de ese bufete (Pacino), pronto le hará saber las cosas buenas de la vida… no en vano es el diablo.
Dentro de la extensa filmografía de Al Pacino, hay tres partes muy diferenciables. Sus inicios en los setenta, gracias a los cuales hoy es una leyenda y permite que una película de tercera categoría sea un reclamo solo porque sale el, su asentamiento desde 1982 hasta 1997 donde los buenos papeles conviven con otros no tan buenos, siendo DONNIE BRASCO el final de esta etapa, y el declive, que comenzó también en 1997 con esta película y continúa hoy en día, en el que vamos viéndole envejecer, vamos siendo conscientes de sus dolencias ( la película RELACIONES CONFIDENCIALES es una muestra palpable y directa de lo mayor que es este hombre),de sus babeos, de sus sobreactuaciones, de sus infra-actuaciones, de la caricatura de si mismo en la que se está convirtiendo película tras película, y de cómo un actor espantoso, ha hecho creer a todo un planeta que es un actor cojonudo. El Al Pacino del declive es el que yo reivindico (¡¡¡que se jodan EL PADRINO o SERPICO!!!), del que me río y del que disfruto como un enano desde hace un par de meses, y PACTAR CON EL DIABLO, es la culpable de todo esto.
La peli, que va de peliculón moderno y agresivo, que tontea con el terror y con el erotismo, e incluso con la escatología, es inevitablemente un tostón que adolece de todos los elementos de los que presume, y que reduce con cuentagotas las intervenciones de Pacino, precisamente por tener en filas a un “grande” y hacer de esos momentos algo historico. También pasaba eso con Marlon Brando. Pacino en la época en la que hacía esta película también se creía “el más grande” y eso se nota a cada arqueamiento de ceja y no-parpadeo de los muchos que hay en la película . Y efectivamente, si quitas a Pacino de la película, la cosa se va a la mierda porque es muy mala, pero hay que verla, solo por verle a el, pareciendo ciego, poniendo cara diabólica, comprobar el postizo dental que luce solo para parecer mas joven, gritando como loco y, lo mejor de la película, verle hablando en español (en la versión original).
Es pionera en el sub-género del “Pacinismo” y eso lo comprobé anoche viéndola. En ello, una obra maestra. Vean, vean el video y descojonense… es una de las escenas cómicas mas graciosas de todos los tiempos.