Los aviones me producen tanta fascinación como temor, por eso -a menos que tenga un vuelo al día siguiente, cosa nada habitual- me mola ver películas catastróficas en las que estos lo pasan putas. Desafortunadamente, y salvo los puntuales caprichos de don Roland Emmerich, hoy día esa clase de cine directamente es pasto de productos televisivos o video-cluberos. Ello no me impide seguir intentándolo, como hace un par de días, cuando me enfrenté a "Airline Disaster", producto made in Asylum que, en fin, ni siquiera pude terminar (¡dolorrrr!). Aún herido, pero con más moral que el Alcoyano, 24 horas después lo intento de nuevo, esta vez la cosa se titula "Turbulent Skies", un telefilm en toda regla que aunque tiene pinta de haberse hecho en los 90... en realidad está fechado en el 2010. Sorprendente.
Su director no es otro que Fred Olen Ray, antaño ídolo del que suscribe, dedicado hoy día a parir toda clase de insulsos productos usando siempre la misma tramposa táctica: pilla las secuencias más espectaculares de varias películas de gran presupuesto, recórtalas y, a su alrededor, teje otra trama, parida con otro reparto y, claro está, mucho menos dinero. Vale, Olen Ray nunca ha sido un gran director... pero por lo menos su primera época iba plagada de films muy característicos y reconocibles. Lo que hace ahora podría dirigirlo cualquier mindundi y nos quedábamos igual. Una pena.
La cosa va de un avión al que han integrado un nuevo sistema computerizado de pilotaje. Organizan un vuelo de demostración con personal a bordo y... claro, las cosas comienzan a complicarse cuando un virus infecta al ordenador central. Resulta imposible arreglarlo desde dentro, así que el guapo y voluntarioso (y padre) informático que lo creó tendrá que saltar desde un avión militar (que te lo pintan como hiper-peligroso, para luego ver como el tipo lo hace en un pis pas y sin mayor dificultad), desconectarlo y, ya que estamos, aterrizar.
El maromo en cuestión no es otro que Casper Van Dien, por el que confieso que siento una notable simpatía. Le sigue muy de cerca Patrick Muldoon, quien ya le acompañó en el reparto de "Starship Troopers". A la moza le pone rostro y -un fondón, aunque no lo digo como algo malo- cuerpo Nicole Eggert, ex- vigilanta de la playa. Y así en plan secundario de qualité está Brad Dourif. El material robado pertenece a "El fugitivo" y a "Decisión Crítica". De esta última es de la que sacan más tajada. Puede que haya alguna más (¿¿"Turbulence"??), pero se me escapa. Al final, el único efecto especial propio es el de un motor de avión estallando y... en fin, resulta bastante costroso. CGI del peor.
Total, no es tan horripilante como para evitarla (cosa que sí es "Airline Disaster"), pero si te duermes en el proceso, o antes de que empiece, tampoco te pierdes nada.