Considerada un clásico menor del fantástico de los ochenta, "Muertos y enterrados" es una de esas pelis que conmigo no terminaron de conectar. Es decir, me gusta, me parece buena, pero no pierdo el ano por ella. Ni tan siquiera la tengo entre mis posesiones, ni en vídeo, ni en dvd, ni en nada (aunque, ahora que escribo esto, igual ha llegado el momento de darle una nueva oportunidad, quien sabe cómo me sentará en estos tiempos en los que soy ya una vieja nostálgica). Sea como fuere, está claro que tampoco necesita presentación.
Dirigida el año 1981 por Gary Sherman en su momento de mayor inspiración (suyas también son la desaprovechadísima "Subumanos", "La jauría del vicio", "Se busca vivo o muerto" o "Poltergeist 3"), venía escrita por el siempre valioso Dan O´Bannon acompañado de Ronald Shusett, responsables del libreto de "Alien, el octavo pasajero", lo que le fue de perlas a los productores a la hora de venderla (aunque, a decir verdad, es O´Bannon el que tecleó el guión del clásico de Ridley Scott, Shusett solo aportó la "story". Curiosamente, no mucho después de "Muertos y enterrados" se estrenó "Terror final", que se valía de la misma treta promocional aunque, paradójicamente, en ese caso O´Bannon no estaba implicado). La historia giraba en torno a un pueblo costero en el que los turistas morían de modo bien truculento en manos de sus habitantes para, poco después, reaparecer aparentemente vivitos y coleando, como si nada hubiese pasado. El sheriff investigaba el caso y se llevaba el susto de su vida. Sí, queridos, "Muertos y enterrados" era una peli de zombies, solo que algo distintos a aquellos con los que últimamente nos dan tanto la chapa.
No hace falta decir que uno de los varios hallazgos del film era su inquietante poster. Tan bien les quedó que en seguida le salieron imitadores de esos que tanto nos gustan en este blog. Veamos un notorio ejemplo...
"El día después del juicio final" ("The aftermath" en v.o.) es una película que no he tenido el placer de gozar y tras leer a fondo sobre ella, ya me muero de ganas (¿alguna alma caritativa que me quiera digitalizar este Beta -préstamo de Mr.Pajarillo- y cuyo nick comienza con la letra E?, ejem...). Por lo visto estamos ante una epopeya post-nuclear rodada el año 1978 pero que no cobró vida de modo oficial hasta 1983. Cuenta la historia de unos astronautas que, tras la misión espacial de rigor, llegan a una tierra sacudida por una reciente guerra atómica. Las calles están infestadas de moteros malvados o mutantes cuyo fin es joder la vida a los pocos supervivientes que quedan. Pues sí, digamos que estamos ante una mezcla de "El planeta de los simios", "Mad Max" (que no "Mad Max 2", fechada un año después del rodaje de la comentada), algo de "El último hombre vivo" y la no menos popular "Defcon-4"... ¿o no?, en realidad más bien sería al revés, porque esta última se hizo en 1985.
Según testigos, se trata de una candidata ideal para una improbable segunda parte de nuestro pest-seller. Vamos, que de tan chunga, está la mar de divertida, algo a lo que supongo ayudarán sus notables dosis de gore y violencia. Como a nosotros nos gusta. Completan el cuadro un puñado de nombres bien interesantes, tales que Sid Haig haciendo de jefe de los moteros belicosos, Forrest J. Ackerman, Jim Danforth (en realidad su especialidad son los trucajes visuales, de animación y derivados. Has gozado de su labor en títulos tan reconocibles como "El maravilloso mundo de los hermanos Grimm", "Equinox", "Dark Star", "Las aventuras de Flesh Gordon", "Cavernícola", "Creepshow", "La historia interminable", "The Stuff", "Commando", "El día de los muertos", "El príncipe de las tinieblas", "El mago de la velocidad y el tiempo", el octavo "Viernes 13" y... en fin, paro ya que me entusiasmo) o el clásico Dick Miller. En tareas de co-producción, sin acreditar, encontramos nada menos que a Ted V. Mikels. Entre el gentío de técnicos de efectos especiales (donde también figura Danforth) están Robert y Dennis Skotak, que terminarían implicados en las pelis más gordas de James Cameron. El director, co-guionista y protagonista es Steve Barkett, quien en funciones actoriles se ha dejado ver en un puñado de chusqueces de... ¡oh, no, tu otra vez!, Fred Olen Ray. Como director solo tiene otra peli más sin aparente desperdicio, "Empire of the dark", en la que un detective que persigue a un asesino da con un culto satánico de otra dimensión por el que pululan monstruos y ninjas (y es que Richard Harrison está en el reparto, algo que aclararía mucho este último punto)... ¿¿es coña??, casi parece "El anticristo 2" de Germán Monzó. Sonaba tan marciana que he buscado más info y, aunque no he leído otras referencias a los monstruos y los ninjas, la peli sí existe. ¡¡Yo quiero!! (finalmente la conseguí y AQUÍ tienen la respectiva reseña).
Pero no nos vayamos por los cérros de Úbeda, coño, que aquí hemos venido a hablar de la caratula. De la parte delantera no hay mucho que decir, es evidente que la inspiración del ilustrador ha sido "Muertos y enterrados", pero al menos se tomó la molestia de parir su propia versión, alterando un poco el original. Sin embago, para la parte trasera no se lo curraron tanto. Es fácil deducir -por el título español de la comentada y también por época- que esa imagen tan bien parida del muchacho mirando al hongo atómico seguramente pertenezca al famoso y traumático telefilm de Nicholas Meyer "El día después". ¿Seguramente?, no solo sería un dato evidente es que, encima, buscando información de esta, he dado con lo que sigue...
Y que si la pones después de la imagen extraída de la caratula de "El día después del jucio final", obtienes esto:
La secuencia completa de la huida del muchacho casi como si fuera un libro de esos que llaman "flip".
Es otra de las muchas grandezas de caratuleo chungo. Además de divertir, sorprender, emocionar e, incluso, indignar, te proporciona material para el ocio y las manualidades.
¡Lo que aprende uno en esta vida!