La serie es un claro precedente de “Power Rangers” en el
sentido de que cada episodio se estructura de idéntica forma: Planteamiento del
capítulo, pelea del bueno con un montón de esbirros casi militares del malo, y
pelea final con monstruo gigante que muere cada capitulo de la misma manera y a
distancia, y así se aprovechan siempre los mismos planos filmados, en un
principio, del robot bueno.
El caso es que recientemente se ha editado en nuestro país
en DVD un largometraje, este “Robot Warrior: Tokio Spiderman” que en realidad
no es más que un montaje de algunos episodios de la serie hasta llegar a los
ochenta minutos raspados (pero raspados, raspados) y que no deja de ser una
mierdecilla, pero que, como digo siempre, para la curiosidad es, poco más que
teta de novicia. Y es que el nivel de bizarrismo que viene con el “Spider-man”
Japonés, no es para menos.
Para empezar el amigo Parker es sustituido aquí por un tal
Takuya Yamashiro, y lejos de ser fotógrafo de cualquier periódico, o brillante
estudiante de ciencia, es un macarra medio cholo que conduce una moto a toda
hostia por el descampado.
Un buen día, unos soldados con pico de pato cubriendo sus
caras y uniforme, dan matarile al padre
de este, y cuando este intenta escapar de ellos, cae en una gruta donde
un extraterrestre del planeta araña le explica, que quienes han matado a su padre,
son los mismos que han destruido su planeta: El profesor Monstruo y su ejercito
de la cruz de hierro y que alguien tiene que vengarse de ellos por todo el mal
que han ocasionado, así que, dicho esto, le inyecta al motociclero el “Suero
Araña”, le da un brazalete –una especie de Nintendo DS con pulsera de
peluco- le da sus poderes- y el traje- arácnidos,
un coche fardón con alerón y con cuernos, una nave espacial llamada “Marveller”
y un robot gigante que él mismo pilotará en caso de problemas y que responden
al nombre de “Leopardom”. Y tras esto, se pone inmediatamente a luchar contra
esos malvados, en concreto, motivado por un solo sentimiento: ¡La Venganza!...
y así da comienzo un nuevo episodio de los “Power Rangers” (y quien dice “Power
Rangers” dice, “Inframan”, “Specterman”, o “Mazinger Z, el robot de lasestrellas”).
Tal y como lo leen. Para llevarse las manos a la cabeza.
Porque el destrozo al que someten los japoneses a un personaje icónico y, ya en
los setenta, conocido en todo el mundo, es de juzgado de guardia. Aunque ver a
“Spider –Man” haciendo las veces de Koji Kabuto, pilotando su robot
gigante, no deja de tener cierto
gracejo.
Por otro lado, tan solo comentar, que como el actor que
interpreta a “Spider-Man”, debe ser conocedor de algún arte marcial, se
desenvuelve por las telas de araña, por las paredes y demás, escala y salta,
mucho mejor que su coetáneo yankie televisivo, Nicholas Hammond y, sin duda,
las escenas de acción están infinitamente mejor resueltas que en la serie
americana. Pero por lo demás, no deja de ser un “Spider-man” Japo infantiloide,
que más allá del chiste, ofrece muy poquito.
Lo que yo me pregunto es: ¿Qué pensarían los gerifaltes de
“Marvel” al comprobar lo que los Japoneses habían hecho con su personaje
estrella?, fuera como fuere, decir, como curiosidad, que el “Spider-man” con el
que Stan Lee posa en esta famosa foto, es el Japonés.
Al ser el largometraje un montaje de varios episodios,
desconozco el nombre del director/es… aunque eso, da un poco igual, supongo.