sábado, 25 de enero de 2014

EL ASESINO TRAS LA MÁSCARA

Intentar discernir cual fue la primera película que marcó la pauta del "slasher", es un tema que suele darse habitualmente entre aquellos que se consideran aficionados. Las candidatas son muchas, desde las que conforman la pre-historia como "Psicosis" o "Bahía de sangre", hasta las que dieron la campanada como "La noche de Halloween" o "Viernes 13", pasando por aquellas injustamente relegadas a un segundo plano y que, probablemente, tengan un papel más que relevante como "Noche silenciosa, noche sangrienta" o, sobre todo, "Navidades negras". En este grupo podemos incluir sin temor a equivocarnos "El asesino tras la máscara".
Esta peliculilla nos narra la historia de un grupo de variopintos personajes que deciden pasar el fin de semana en una cabaña, en pleno monte, y terminan siendo cazados uno por uno por un misterioso asesino oculto tras una careta monstruosa al que, si las circunstancias se lo permiten, le mola currarse crímenes de lo más creativos. ¿Suena verdad?, pues esto se rodó el año 1976, posterior a "Navidades negras", sí, pero anterior al clásico de John Carpenter (concretamente dos años) y, especialmente, al de Sean S. Cunningham, con las que guarda bastante puntos en común. Desafortunada e -sí!- injustamente, "El asesino tras la máscara" fue guardada bajo llave y no vio la luz hasta 1980, cuando el "slasher" comenzaba a meter caña, por lo que pasó de pionera a, esencialmente, ser una más (en algunas fuentes aparece como co-director no acreditado John Mason Kirby, uno de los productores, dato que tal vez tenga que ver con ese retraso).
Del principal responsable, David Paulsen, ya hemos hablado antes. Mientras esperaba que se estrenara su debut en la silla del dire, tuvo tiempo de rodar otro film sin alejarse demasiado de los parámetros del género, "Psicópata". Finalmente logró sacar a la luz ese primer esfuerzo, pero con otro título. De "The killer behind the mask" mutó a "Savage Weekend" (curiosamente, para su periplo hispánico contó con la traducción literal del primero). Fueron los de la "Cannon", que previamente había producido el segundo largo de Paulsen, quienes se compadecieron de él y lo adquirieron para llevarlo a las salas de los Estados Unidos.
Debo señalar que la versión que yo me he zampado tiene toda la pinta de haber sido censurada, especialmente en temas de desnudos, aunque, por lo visto, el montaje algo caótico ya venía así de fábrica, igual que con los numerosos fallos técnicos (ese micro que
asoma más de lo que debería) y la notable ausencia de sangre. En aquellos tiempos los "slashers", todavía verdes, no alardeaban de ser excesivamente gráficos, y este es tal para cual. Todos los crímenes son "off camera" a pesar de contar con uno bastante original (una chica es atada de pies y manos panza arriba, con la espalda reposando sobre una sierra circular, a la espera de que algún incauto la active sin saberlo al encender la luz de la estancia) y la presencia de una moto-sierra, lo que, junto a unos personajes algo "rednecks", denota cierta influencia de "La matanza de Texas".
David Paulsen no fue pionero únicamente respecto a las cosas buenas del cine de acuchillamientos, también las malas, es decir: largas secuencias de interrelación social entre los personajes cargadas de diálogos intrascendentes, a la espera de que el asesino actúe. "El asesino tras la máscara" es mas bien aburrida, sosica, muy cutre y tramposilla, aunque esto último se lo perdonamos porque a la hora de desenmascarar al psycho-killer nos llevamos una sorpresa... o al menos, yo me la llevé.
Para poner algo más de color, la película cuenta en su reparto con algunos rostros reconocibles e incluso entrañables: William Sanderson, famoso tanto por sus papeles en clásicos del "exploitation" como en títulos respetables (es decir, "Blade Runner"). David Gale, el ya legendario "Dr.Hill" de "Re-Animator" o Christopher Allport, actor esencialmente televisivo pero que ha dejado su huella en el "fantastique" interpretando a la primera víctima de "Muertos y enterrados", a un militar en el "Invasores de Marte" de 1986 o interviniendo en esa cutrez titulada "Jack Frost". Pa la ocasión da vida a un personaje homosexual que, teniendo en cuenta el año de producción y el tipo de película que es, se mantiene tímidamente alejado de excesivos estereotipos (o eso creo).
A pesar de su indiscutible mediocridad, "El asesino tras la máscara" puede verse si te va el cine de aquellos años, con esa tan inconfundible como fea/atractiva estética, y valoras su condición de pionera en lo suyo.
Los demás, mejor abstenerse.