Como fuere, el Francesito concertó una entrevista con el
mago del suspense, con el fin de tener con él una entrevista que sirviera como
base para escribir un libro sobre las maneras de hacer del realizador Inglés.
Una entrevista muy mediática que
duró ocho días de conversaciones, de la que se registró todo el audio y
se sacaron abundantes fotografías, alla por el año 1962. Al fin y al cabo era
un gran acontecimiento.
De esas sesiones de charleta, salió nada menos que “Hickock
Truffaut”, que en nuestro país se titulo “El cine según Hitckcock”, libro este
que está considerado “La Biblia del director de cine”, y que, al igual que La
Biblia, la normal, la de Dios y esos rollos, no he leído. Que le vamos a hacer,
perezoso que es uno para según que cosas.
El caso es que tal impacto supuso este libro entre los
futuros directores más importantes de la historia del cine, que todos ellos
dicen haberlo usado para aprender todo lo que saben.
A partir de esa premisa, el documental ahonda en el libro y
las conversaciones que los directores tuvieron, si bien se centra en mostrarnos las declaraciones de
consumados directores de cine como Scorsese, Wes Anderson, Paul Schrader o
David Fincher, entre otros, que aseguran, por un lado, lo increíblemente bueno
que era Alfred Hitcock, y por otro, lo magistral que es el libro de Truffaut.
Pero más allá de ser “Hitchcock Truffaut” un documental sobre cabezotes
parlantes, el documental es terriblemente bueno –también- porque basándose en
explicaciones que podemos encontrar en el libro, se dedica a analizar los planos de las películas
de Hitchcock a través de las imágenes de sus películas, propiciando esto, que
en lugar de ser un documental de cabezotes parlantes, sea un documental teórico
de lo más didáctico, que ayuda a comprender a la perfección, a los neófitos de
Hitckock, por qué el director era tan excepcional. La película es como asistir
a una clase magistral del propio Alfred Hitchcock.
El tratamiento y tiempo que se le dedica a “Psicosis”,
explicando el por qué es una película tan estupenda, y por qué su técnica rodando
fue una genialidad, sin duda, vale su
peso en oro. De hecho, tras verlo, a mí, que jamás he aguantado a Hitchcok, que
no he conectado con su ritmo ni con lo que nos cuenta, ha cambiado bastante mi
percepción a cerca de él, he comprendido su idiosincrasia, y hasta puede que le
de una oportunidad.
Además hay que añadir que el dichoso documental es
endemoniadamente entretenido, así que, apaga y vamonos.
Dirige el asunto Kent Jones, que es un reputado
documentalista televisivo que sabe hacerlos. Porque además, me parece
delirante, que este no es un documental sobre un libro teórico de cine. Un
libro realizado por dos megalomaníacos muy importantes de la historia del cine,
sí, pero un libro teórico al fin y al cabo.
Muy recomendable.