Narra la historia de Óscar, un muchacho que, fascinado ante la
explicación de lo que es un láser, se fabrica uno
que, no sabemos por qué, cobra autonomía propia; Habla y piensa por si mismo,
así como tiene ciertos poderes mágicos. Por otro lado, el chaval escucha
en televisión que un niño llamado Tony ha sido secuestrado y
nadie puede localizarlo, por lo que con la ayuda del láser mágico, embutido en
su chubasquero amarillo y acompañado por una Oca, Kina -¡qué incluso se enamora
de otra oca en un momento de la película!- decidirá emprender un viaje por toda
Galicia, en busca de ese niño secuestrado, viviendo, asimismo, innumerables y
peligrosas aventuras.
Verdaderamente, y aún con los casi 40 años que pesan sobre
ella, me ha sorprendido gratamente el visionado que recientemente le he
dedicado. En mi recuerdo, ya que vi “Óscar, Kina y el laser” en repetidas ocasiones, fueran las matinales de mi cine habitual, fueran los pases del cine en el salón de actos de la parroquia, me resultaba un coñazo insoportable, de niño no me gustaba nada. Y vista hoy lo entiendo porque, aún en su condición de producto infantil, resulta demasiado adulta como para que los niños de entre 5 y 10 años la
disfrutasen. La edad ideal para
gozar al 100% de ella es la comprendida entre los 12 y 16.
Como fuere, me ha parecido muy entretenida,
bien contada y sencilla, que por otro lado, solventa con eficacia unos claros
problemas presupuestarios. Podemos decir, sin temor a despeinarnos, que “Óscar, Kina y el
láser” consigue sumergir al espectador en un ambiente de
ciencia ficción, cuando apenas hay efectos especiales. Por otro
lado, evita a toda costa la ñoñería que a priori pueda parecer que
contenga, así como los sentimentalismos baratos.
En la parte cómica, la Oca que acompaña al niño, se lleva
buena parte de los vítores.
La película fue en su momento laureada en el festival de
cine juvenil de Gijón en el año 1978, y goza de buena prensa a lo largo y ancho
del mundo. De hecho, IMDB, le da siete estrellas sobre diez. Muy buena
puntuación.
El reparto está plagado de actores desconocidos, así como
para muchas escenas se utilizaban lugareños (mención especial, en este aspecto, merece la escena en la que Óscar, Kina y el láser se encuentran en el interior de un autobús en formato invisible, y al sentirlos en las nalgas una oronda señora
gallega, esta propina un fuerte bofetón a otro gañan, intuyo, perteneciente al
pueblo donde se rodase).
Dirige José María Blanco, que si bien solo
firmó una película más 10 años después, “Bueno y tierno como un Ángel”, si tiene una dilatada, aunque poco prestigiosa, carrera como actor, habiendo
aparecido en películas como “99 Mujeres” de Jess Franco, “Made in China” de
John Liu, “El Enigma del Yate” de Carlos Aured, “Perras Callejeras” y “Tres Días de Libertad” de José Antonio dela Loma o “Corsarios del Chip”, entre otras muchas. ¡Menuda carrera! De hecho, a día de hoy sigue muy activo.