Tras el éxito de la película de Randal Kleiser “El Lago
azul”, los canadienses en plena era del “Canuxploitation” deciden aprovechar el
tirón rodando una película que, salvo por las circunstancias que llevan a los
jóvenes protagonistas a un paraje paradisíaco, cuenta exactamente lo mismo que
el éxito Hollywoodiense. “Paradise” resulta ser un plagio malsano y descarado
de “El lago azul”, en el que se incrementan los elementos a explotar, así, se
aumentan las escenas de sexo hasta rozar el soft, y se busca una pareja
protagonista lo más parecida posible a la original, en este caso, el infame
Willie Aames y la pizpireta Phoebe Cates, que debutaba en el cine, tienen un
parecido bastante notable con los Christopher Atkins y Brooke Shields a los que
imitan. Para mayor parecido, se filma un amasijo de planos de los chavales
buceando en pelotas entre corales y peces exóticos. Ya tenemos un producto que
recuerde a otro para vender.
Eso sí, dónde “El lago azúl” es todo fotografía, en
“Paradise” son todo cutres decorados; dónde “El lago azúl” es todo banda
sonora, en “Paradise” la música parece compuesta con un Casio PT6 (sin incluir la poco adecuada
canción pop que se marca Pohebe Cates en la banda sonora); y si en “El lago azul”
no había tiempo para la comedia, aquí se incluyen un par de chimpancés: Uno de
ellos, el macho, se masturba compulsivamente delante de los jóvenes —para solaz
de ella y escándalo de él— y la hembra queda embarazada y cuando da a luz ¡pare
un mono adulto de otra especie! Supongo que no habría bebés de chimpancés
disponibles en el set, y con un orangutancillo que tendría por ahí el cuidador,
vamos servidos.
Al margen de todas estas deficiencias, para tratarse de una
versión barata de la de Kleiser, la cosa no está tan mal; entretiene y a fin de
cuentas no es mucho peor. También hay que tener presente que “El lago azul” no
deja de ser una película un tanto sobre valorada cuyo éxito se debe, en gran
medida, al morbo que pudiera causar entre el público el ver a dos adolescentes en pelotas toda la película,
en ver como a ella le baja la regla y, finalmente, en ver como follan. Pues
“Paradise” tiene todo eso en dosis mayores.
Por lo demás es estúpida; en plena época víctoriana, en
algún lugar de Bagdad (o por ahí), huyendo de un árabe esclavista, un par de
adolescentes acaban en un Oasis paradisíaco en medio del desierto y se quedan
allí. Esa es la excusa para que veamos como van descubriendo poco a poco su
sexualidad. Para darle vidilla, los hombres del esclavista de vez en cuando les
encuentran y ellos se las ingenian para escapar ¡sin marcharse del oasis!
Finalmente, y al igual que “En el lago azul”, ella queda preñada. Fin de la
historia.
Cuando estaban rodando, los actores, se quejaban al
productor porque dicen que no consideraban necesario ese exceso de escenas de sexo. Así que Aames y Cates se
negaron a rodar tantas como venían en el guion. Como los productores no
pudieron obligarles a rodar dichas escenas, contrataron a un par de dobles de
cuerpo que las hicieran. Aún así, a Phoebe Cates le vemos hasta las amígdalas
—motivo por el que es absurdo que se redujeran las escenas eróticas. Ya solo
con la incursión de un par de ellas, el resto es de recibo— y a Willie
Aames le vemos cortar el viento con su
nabo pendenciero al aire, o usarlo cual aleta de tiburón en el agua, tan
ricamente.
Aún cediendo la producción a las exigencias de reducción de
material erótico por parte de las estrellas, cuando estas vieron el montaje
final ninguno de los dos actores quedó contento y exigieron que la cinta se
sometiera a cortes, a lo que los productores dijeron qué, por supuesto, el
nivel de erotismo lo marcarían ellos y no dos actorcillos de mierda. Con todo,
se ve que la versión que les proyectaron a los actores era mucho más fuerte que
la que finalmente quedó. Se ve que en aquella, incluso, la Cates, o mejor dicho
su doble de cuerpo, le hacía una fellatio
al Árabe esclavista, sin que ella supiera que su personaje iba a hacer eso. Sin
embargo, todo esto no sale en la versión teatral.
Willie Aames continúo con la promoción de la película a
pesar de su descontento, pero Phoebe Cates, se retiró de la misma asqueada, y a
día de hoy, reniega de esta película considerándola una cosa repugnante. Por cierto, que tenía tan solo 17 años cuando
la rodó…
Aames fue nominado a los Razzie y acabó apareciendo en
subproductos españoles como por ejemplo “Goma 2” de José Antonio de la Loma,
mientras que Phoebe Cates fue la que se hizo famosa paseando su palmito en
algunas sex comedies como “Aquél excitante curso” o “Escuela privada… para
chicas” y, sobre todo, haciendo de niña buena en “Gremlins”. Luego se casó y se
dedicó a sus labores. Y ha envejecido fatal. Está fea como un demonio.
Como anécdota, decir que la película fue duramente criticada
en su momento, no ya por ser un plagio de “El lago azul”, sino por la imagen
que dan del árabe esclavista, totalmente estereotipada y que puso en alerta a
todas las asociaciones humanitarias.
Al margen de eso, los críticos se pitorreaban de “Paradise”.
Quizás sea porque he visto a estas alturas toneladas de mierda y me he
acostumbrado a ella, pero qué quieren que les diga, el film es obvio que es un
plagio descarado, pero no me parece tan, tan, mala.
El director de esta caquilla, responde al nombre de Stuart
Gillard cuyo cenit profesional fue rodando “Las tortugas ninja III”, haciéndose
posteriormente fuerte en televisión.