El día que Paulino en representación de la comunidad de
vecinos sube a un piso a cantar las cuarenta por las continuas fiestas que
realizan en el domicilio, conocerá a Paloma, poco más que un putón verbenero
neo hippie y reivindicadora del amor libre, y se enamorará de ella precisamente
porque ofrece una imagen fresca y pizpireta, todo lo contrario que su esposa,
que es sosa y mojigata porque él la ha convertido en eso. Dejará a su esposa
para irse con Paloma y, poco a poco, la irá encerrando en la casa y
convirtiendo en otra mujer sin voluntad a imagen y semejanza de su ex esposa.
Es entonces, cuando ve que su mujer vuelve a los escenarios, cuando se da
cuenta de lo que ha perdido.
Españolada típica de
cuando, aún con Franco vivo, el cine se volvió algo más permisivo con el tema
sexual y, con esa excusa, se atrevió a mostrar cacha y algún escote. Salvo eso,
no ofrece nada de particular, ni mejor
que otro tipo de películas de su misma época. En cualquier caso, el material
mostrado causaría el resquemor de la progresía de hoy día. No en valde, “Mi
mujer es muy decente dentro de lo que cabe” es la película más misógina y
machista que existe sobre la faz de la tierra. El personaje de Paulino,
interpretado por Sacristán, es poco más que un carcelero que impone su ley y
voluntad anulando la de su mujer o su amante. El film muestra sin remilgo que
el que manda es el hombre y que la mujer no es más que un complemento que lo
más que debe hacer es obedecer,y lo hace de la manera más natural. Pero lo
“mejor” de esto, es que la actitud de Paulino no se denuncia, que va. La
película tan solo retrata una actitud por parte del protagonista masculino que
es la normal de la época. Incluso, su
mujer de vuelta al cabaret le continúa siendo fiel, aún cuando sabe que este se
está poniendo las botas con una pedazo de rubia, que además le saca la pasta a
base de pedir regalos. No lo tiene en
cuenta cuando este se cansa y vuelve con ella. Regresa con él, sin más.
La película es entretenida, como cualquier españolada de
tantas que hemos visto y con ese humor español tan característico de la época,
pero si es cierto que, al igual que otros títulos permanecen frescos y vistosos, esta, aunque solo sea por el
tratamiento machista que por defecto se le da al personaje, se queda de un rancio
que echa para atrás. Que no es que critique el machismo, que me la pela… pero
el cómo se nos muestra aquí es de un
anticuado, de un antipático y de un
facha que, la verdad, aún sabiendo que este film tiene más de 40 años y que las
cosas eran distintas, echa a uno bastante para atrás, porque, además de
normalizarlo, no está mostrado bien del todo.
Por lo demás, una españolada del montón, sin alma ni
especial gracia.
Junto a José Sacristán, Conchita Velasco, Antonio Ferrandis,
María Luisa San José, Mirta Miller, Fernanda Hurtado, Manuel Aleixandre…
El guion corre a cargo de Garci, Chumi Chumez, Summers y
José Dibildos, y por momentos le hace preguntar a uno si será en plan satírico,
cosa que dudo. Pero si lo fuese, pues sí, le han echado mala hostia, aunque
toda esa mala hostia tampoco compensa un producto en definitiva mediocre.
Dirige Antonio Drove quien firmaría la que, probablemente,
sea su película más popular.