“My career as a Jerk” es un documental de noventa minutos de duración dedicado a un grupo de punk rock / hardcore por el que siempre he sentido mucho afecto: “Circle Jerks”. Su responsable directo no es un mindundi cualquiera sin puñetera idea de lo que está hablando, muy al contrario, David Markey lleva metido a fondo en la escena punkera de Los Angeles desde los albores de la década de 1980. Se dedicó a tocar la batería en algunos grupos y editar un fanzine llamado “We got power!”. Aunque donde realmente destacó fue en el terreno audiovisual. Solía pillar la cámara de Super 8 y hacer cortos (que tuve ocasión de ver en un dvd editado años después y, ciertamente, no me dijeron nada). Un día quiso ir más allá y se curró un largometraje contando con la participación de todos sus colegas. El resultado fue “Desperate Teenage Lovedolls”, una especie de comedia transgresora sobre el ascenso y caída de un grupo punk rock formado por chicas. Se le dio cancha y funcionó de perlas, tanto como para parir una segunda parte, “Lovedolls Superstar”. Sin embargo, el verdadero mérito de David Markey residía en su círculo social, compuesto de auténticos astros del mundillo punk / HC que, con los años, han terminado granjeándose un respeto y una admiración que, de rebote, ha salpicado al cineasta. Así, cuando el post-punk lo petó a principios de los 90, seguido muy de cerca por el grunge, él estaba ahí para facturarle video-clips a “Sonic Youth” y grabar un documental que generó bastante ruido gracias a la notable presencia de "Nirvana" -alias, el grupo que lo jodió todo-, “1991: The Year Punk Broke”. Markey siguió haciendo sus cositas, viviendo un poco de los residuos que dejaban por el camino sus colegas músicos y, hoy por hoy, vive de otra clase de residuo: la nostalgia. Regodeándose sin descanso en todo aquello que el punk / HC aportó durante su juventud, tan venerado por las nuevas e impresionables generaciones.
Y ahí es donde entra “My career as a jerk”, que narra la trayectoria de la banda en cuestión, a base de imágenes de archivo y entrevistas con todos aquellos que formaron parte de sus filas a lo largo de los años, destacando los más constantes, el voceras Keith Morris y el guitarra Greg Hetson. Quizás lo curioso de esa escena es que estaba en buena parte integrada por chavales salidos de los suburbios, un poco en contraste con el punk original, de ahí que entre los padres de algunos “Jerks” encontremos un abogado y un miembro del ayuntamiento. También entra en el apartado curiosidad cómo ha sido realizado el documental. Markey sabe obtener buenos planos y sonido decente usando cámaras de consumo casero. Incluso me parece que un móvil. Y yo, por supuesto, lo celebro.
Es jodidamente difícil seguir la carrera al completo de cualquier creador, sea del medio que sea, y no encontrar errores. Todos los tienen (y todos los tenemos). De lejos pueden parecernos cagadas inmensas, pero si nos situamos en el contexto, comprendemos que tenían razón de ser y son perfectamente excusables. Los “Circle Jerks” pueden presumir de tres primeros discos muy decentes. “Group Sex”, “Wild in the streets” y “Golden Shower of Hits”. Luego, las cosas comienzan a torcerse. Durante muchos años viví convencido de que derivaron al heavy metal, que era “la norma” en la época. Pero no, es cierto -tal y como dice el guitarrista- que optaron por un rock más estándar. Sin embargo, y a pesar de no ser heavy metal, tampoco era el sonido que les había identificado en sus primeras grabaciones. De esta guisa parieron su peor trabajo, “Wonderful” (aunque la canción que le da nombre está muy potable), y uno que, sin ser demasiado estupendo, no me desagrada del todo, “VI”. Fue en medio del periodo de cambios cuando conocieron a Alex Cox y se apuntaron al rodaje de “Repo Man”, aportando canciones y presencia, en una divertida escena en la que fingen ser una banda insulsa de esas que tocan en bodas. Pasan los años y, ¡pumba!, llega el “nuevo punk” gracias al éxito de “Green Day”. Los “Jerks” piensan aquello de “nosotros merecemos sacar tajada de esta moda, estábamos antes” y se apuntan con resultados decentes aunque no deslumbrantes: “Oddities, Abnormalities and Curiosities”.
El documental parece concluir con la absoluta, total y completa disolución de la banda, y de la amistad entre sus integrantes, pero a día de hoy los “Circle Jerks” continúan activos y siguen viviendo de los viejos éxitos.
Aunque la parte dedicada a sus años gloriosos está muy interesante, con todas las típicas batallitas, la que más disfruté es aquella centrada en su “decadencia” . Suelo encontrar apasionantes estas historias, porque es “fácil” gozar de un buen momento, pero no tanto cuando llegan las vacas flacas, ahí es donde realmente reside la verdadera verdad de todo, y el genuino valor y mérito de un creador, tirar palante a pesar de las inclemencias. Por algo estas partes suelen ignorarse.
“My career as a jerk” es material exclusivo para fans del grupo e interesados en el punk y todas sus vertientes. Pueden localizarlo en YouTube con subtítulos en castellano.